Barcelona. Muere la soprano catalana Montserrat Caballé, la última prima donna de la ópera

La artista ha fallecido a los 85 años en un hospital de la capital catalana

La soprano  ha muerto a los 85 años en la madrugada de este 6 de octubre.

Montserrat Caballé, la soprano operística más importante de la escena internacional, ha fallecido esta madrugada en el Hospital de Sant Caballé el día que recibió la medalla de Oro del Cercle del LiceuPau de Barcelona a la edad de 85 años. La artista estaba ingresada desde mediados de septiembre en un delicado estado de salud. Su funeral tendrá lugar el lunes en el tanatorio de Les Corts.

La última prima donna de la ópera arrastraba desde hacía tiempo una enfermedad y en los últimos años había sido sometida a delicadas intervenciones quirúrgicas que durante largos periodos la mantuvieron apartada de los escenarios.

Porque hasta sus 80 años, Montserrat Caballé (Barcelona, 1933 – 2018) siguió viajando por todo el planeta ofreciendo recitales o conciertos junto a su hija, Montserrat Martí. Sin ir más lejos, en el 2012 sorprendió al público barcelonés subiendo al escenario del Liceu para celebrar los 50 años de su debut en esa plaza, su verdadera casa operística. Ahí se puso de relieve que el cariño por la Caballé no tenía límites.

“La gran señora de la ópera”

En el Liceu había dado lo mejor de su carrera contribuyendo a situar el teatro en primera fila de los coliseos de las grandes voces: Norma, Otello, Tosca, Salomé… Se había formado en el Conservatorio del Liceu, donde tuvo el acierto de prepararse para abordar el repertorio lírico en lugar de seguir la senda de soprano ligera que le era tan fácil. Siempre estuvo agradecida a la familia Bertrand y la del Dr. Rocha, que apostaron por su potencial y contribuyeron sin condiciones a su educación vocal. Al completar sus estudios en Basilea y en Bremen, entró en contacto con el repertorio alemán, que por entonces no se exploraba tanto, y debutó en el Liceu con ‘Arabella’ de Richard Strauss. Corría 1962.Caballe fue investida Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona en 2011

Su proyección internacional llegaría tres años después, cuando el Carnegie Hall de Nueva York se hundía ante su ‘Lucrezia Borgia’ de Donizetti. Con una emisión limpia, un timbre pulido, agudos brillantes y unos pianissimi inacabables, la cantante barcelonesa (con residencia fiscal en Andorra, cosa que en el 2014 le valió una imputación por fraude fiscal) logró hacer sombra a toda una Callas y a la Tebaldi. Su versatilidad era portentosa: tan hábil en la coloratura como en la vis dramática, Caballé era la reina del bel canto italiano que le exigía ser spinto sin dejar de lado los Strauss o los Wagner. Era la legendaria Maria Stuarda de la Scala; era la Norma de Bellini en Orange, era Salomé, era Isolda, era Tosca o Turandot… Con su portentosa técnica y su personal fraseo lograba que cantar ópera pareciera lo más natural del mundo.

A lo largo de su carrera –que dirigió su hermano, Carles Caballé- cantó con los más consagrados de la escena lírica. Casada con el tenor Bernabé Martí, con quien cantó a menudo, la desaparecida soprano compartió escenario con los grandes tenores de la época: Luciano Pavarotti, Alfredo Kraus, Josep Carreras y, obviamente, Plácido Domingo, con quien hizo un par de tándems con los que el Liceu batió su récord de público.

La industria discográfica se encargaría de hacerla competir con la Callas, la Shutherland, la Tebaldi. Y los más rutilantes directores de orquesta, desde Karajan a Abbado o Muti, querrían participar de su magia. El gran público tuvo una buena ración de esa magia cuando su dúo con Freddy Mercury cantando la canción ‘Barcelona’ para los Juegos Olímpicos del 92 dio la vuelta al mundo. Un eco sobrenatural que sin duda contribuyó a hacer de aquella una de las más inolvidables citas olímpicas.

A poco de conocerse la triste noticia, han empezado a circular reacciones por parte de sus colegas artistas, líderes políticos y otras personalidades. La Casa Real de España escribió en su cuenta de Twitter que “sentimos mucho su pérdida”, destacando que Montserrat era “la gran señora de la ópera, leyenda de la cultura universal, la mejor entre los mejores y capaz de descubrir nuevos espacios de creación con los más grandes”.

“Triste noticia. Muere una gran embajadora de nuestro país, una soprano de la ópera, reconocida internacionalmente. Montserrat Caballé, su voz y su dulzura, permanecerá siempre con nosotros”, escribió el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Por su parte, el tenor español José Carreras afirmó a medios locales que “de todas las sopranos que he escuchado en vivo en el teatro, no he escuchado nunca a nadie cantar como Caballé”.

Montserrat Caballé, una de las más importantes sopranos de la escena mundial, tuvo su primer éxito mundial en 1965 al sustituir a la cantante estadounidense Marilyn Horne en la opera Lucrezia Borgia, en el Carnegie Hall de Nueva York. En los años posteriores, actuó en célebres escenarios de todo el mundo como The Metropolitan Opera de Nueva York, La Scala de Milán, y Covent Garden de Londres, entre otros.

En más de una oportunidad, la cantante dio conciertos en Moscú, siendo el último en junio de este año en el Palacio Estatal del Kremlin.

Para el público general de todo el mundo, uno de los más conocidos trabajos de Montserrat fue su dúo con Freddie Mercury. En 1992, la canción ‘Barcelona’, interpretada por estos grandes de la escena musical, fue utilizada como el himno de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

 

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