EFRAÍN “el caimán” SÁNCHEZ defiendiendo el arco de la otra dimensión

Caiman

Hasta 1975, los hitos de la Selección Colombia eran escasos. El empate 4-4 con la Unión Soviética, algunos triunfos contra Uruguay (un 1-0 en el Suramericano de 1957 y el 0-1 en el Centenario, en la eliminatoria para

Efraín ‘Caimán’ Sánchez, el arquero de esa igualdad con los rusos y titular en el Mundial de 1962, fue el primero que, realmente, puso a Colombia a pelear por un título continental.


El ‘Caimán’ (apodo que le pusieron en Argentina, cuando fue a jugar allí en San Lorenzo, en 1948) tiene una historia curiosa. Sus documentos dicen que sus apellidos son Sánchez Casimiro.

Pero originalmente no eran esos. Su apellido paterno era Cjndje, de origen holandés. Augusto, el padre de Efraín, había nacido en Curazao. Se dedicó a los negocios de abarrotes en Barranquilla y como casi nadie podía pronunciar correctamente el Cjndje, le empezaron a llamar por el más parecido fonéticamente, Sánchez.

El segundo apellido es aún más curioso. Era Emmer, de origen alemán. Sánchez fue al Suramericano de 1947 con la Selección Colombia y allá se cruzó con el argentino René Alejandro Pontoni, quien lo invitó a ir a San Lorenzo. Pero aún no tenía cédula.

El registrador, amigo de sus padres, lo terminó registrando como Casimiro, el nombre de su abuelo materno.

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Efraín Sánchez fue el primer futbolista colombiano que actuó en Argentina, con San Lorenzo de Almagro, en 1948.


Su carrera como entrenador comenzó paralela a sus últimos años en el arco. Dirigió al Medellín en 1960. A comienzos de 1964 lo encargaron, junto a Antonio Julio de la Hoz, de la dirección técnica de la Selección juvenil que iba a ser local en el Suramericano.
Peleó el título hasta la última fecha. Ese mismo año lo contrató Millonarios, inicialmente como arquero.

Pero el club vivía momentos convulsionados. El médico Gabriel Ochoa Uribe, que venía de ganar tres títulos seguidos, dejó el cargo tras una discusión con la junta directiva, por haber incluido a un jugador que no estaba vinculado con el club, Marino ‘Pintuco’ Aguirre, en un partido amistoso contra River Plate.

En su reemplazo se nombró al brasileño Joao Avelino, pero este dejó el cargo en agosto. El ‘Caimán’ cumplió la doble función de entrenador y portero. Y salió campeón. No sería la única vez. En 1968 volvió para ayudar al Junior en las dos funciones, aunque como DT encargado.

Pero su gran hito fue la Copa América de 1975. El torneo no se disputaba desde 1967 y ese año, la Conmebol ordenó jugarlo en un sistema de grupos, en partidos de ida y vuelta, y no en una sede fija. En el sorteo, Colombia quedó en la misma zona con Paraguay y Ecuador.

El ‘Caimán’ trató de buscar lo mejor que tenía el país en ese momento, incluyendo jugadores nacionalizados.
 Fue la primera vez que futbolistas nacidos en el exterior se vistieron de tricolor.

O mejor, de color zapote, el uniforme que había adoptado Colombia en 1971. Los pioneros fueron Nelson Silva Pacheco, uruguayo de nacimiento, que jugaba en Junior, y Hugo Horacio Lóndero, artillero argentino de Atlético Nacional.

Pero además armó una base dura en defensa y talentosa en ataque. Atrás, respondían Pedro Zape, Arturo Segovia, Miguel Escobar, ‘Boricua’ Zárate, Eduardo Retat, Óscar Bolaño… Adelante brillaban Willington Ortiz, Ernesto Díaz, Ponciano Castro, Diego Umaña, Jairo Arboleda…

“A uno de los que más tuve que consentir fue a Jairo Arboleda. Indisciplinado como ninguno, pero genial como pocos. Muchos recuerdan todavía aquella genialidad suya en la cual le hizo dos ‘paraguitas’ al mismo defensa y dos veces le pasó la pelota por entre las piernas para poner un pasegol. Eso lo hacía Jairo después de haber amanecido con una tremenda borrachera con aguardiente”, recordó el ‘Caimán’ en un conversatorio organizado por Acord Atlántico en 2015.

Colombia vs Argentina Copa América

En 1947, Argentina venció 6-0 a Colombia y de no ser por el arquero Efraín el ‘Caimán’ Sánchez la goleada pudo haber sido peor.


La primera ronda fue perfecta: triunfo frente a Paraguay en Bogotá, 1-0, con gol de Ernesto Díaz; luego, victoria 1-3 en Ecuador, con anotaciones de Willington, Retat y Ponciano. También vivieron guerras literales, como la del 30 de julio de 1975 en Puerto Sajonia (hoy Defensores del Chaco): le ganaban 0-1 a Paraguay, con gol de Ernesto Díaz, pero el juego fue violento: el rival quería ganar, pero a patadas.

El juego se suspendió a los 44 minutos, tras la intervención de la policía paraguaya, 
que también entró a pegarles a los colombianos. La primera ronda se cerró con un 2-0 a Ecuador, con tantos de Díaz y Oswaldo Calero.

Pero si el juego con Paraguay fue duro, la semifinal contra Uruguay fue otra dura batalla. En Bogotá fue goleada 3-0, con tantos de Édgar Angulo, Willington Ortiz y Ernesto Díaz. En Montevideo se repitió la fórmula: juego fuerte que dejó lesionados a ‘Boricua’ Zárate, a Willington y a Ernesto Díaz. Ganó Uruguay 1-0, con gol de Fernando Morena, quien además falló dos penaltis: uno lo desvió y el otro lo tapó Zape.

A Morena lo echaron y Zape terminó el partido con un hombro lastimado. Era una guerra.

La final fue contra un Perú brillante, que venía de eliminar a Brasil. Triunfo 1-0 en Bogotá, con gol de Ponciano Castro. Derrota 2-0 en Lima. El reglamento obligaba a jugar un tercer juego, dos días después, en Caracas. Pero la inocencia de nuestros dirigentes hizo que el partido se corriera cuatro días y Perú logró traer a Hugo Sotil, que jugaba en el Barcelona. Sotil hizo el gol del título.

El ‘Caimán’ volvió a la Selección en 1983, con la idea de repetir la gesta en la Copa América de ese año, pero la segunda parte no fue buena. Fue, curiosamente, el último torneo oficial que jugó la Selección de mayores con el uniforme zapote. Pero a Sánchez se le reconoce como el técnico que, por primera vez, puso a pensar a Colombia en sentido ganador.

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