1 de febrero. El ayatolá Jomeini regresó a Irán, hace 40 años, para iniciar su revolución islámica

El líder iraní ayatolá Jomeini en el jardín de su hogar francés durante su exilio en Neauphle-le-Chateau.
El líder iraní ayatolá Jomeini en el jardín de su hogar francés durante su exilio en Neauphle-le-Chateau.

Fue uno de los eventos clave del siglo XX. Hace 40 años, el líder ayatolá Jomeini regresó a Irán desde el exilio y lanzó una revolución islámica.

En la aldea de Neauphle-le-Chateau, en las afueras de París, no mucho ha cambiado en los últimos 40 años, aunque el lugar que Jomeini usó como cuartel general durante su exilio fue volado a pedazos poco después de su regreso a Irán.

Pero en estas cuatro décadas, por supuesto, muchas cosas han cambiado fuera de Neauphle.

Y lo que sucedió en este tranquilo lugar tuvo mucho que ver con eso.

Catastrófico error

Cuando estallaron los disturbios revolucionarios de 1978 en Irán, el ayatolá Jomeini permanecía bajo estricto control como exiliado en la ciudad santa chiíta de Najaf, en Irak.

Irak ya estaba bajo el mando de Saddam Hussein. Entonces el sha de Irán le pidió a Hussein que lo expulsara.

Fue un error de cálculo catastrófico. El ayatolá voló a Francia y de repente pudo hablar con el mundo entero.

Con su ferocidad y su negativa a ceder, ganó estatura internacional.

Cuando el sha finalmente se fue de Irán, en enero de 1979, quedó abierto el camino para que el ayatolá volara a casa y derrocara al sistema imperial.

Logré conseguir un par de pasajes para viajar en su vuelo chárter, para un camarógrafo y para mí.

Ayatolá Jomeini a bordo del vuelo que lo llevó de regreso a Irán
“Un periodista le preguntó qué sentía, volviendo después de tantos años de exilio. ‘Nada’, respondió.”

La BBC me ordenó que no fuera, pero no pude resistir la emoción y fui de todos modos.

Rápidamente me pareció una mala idea. Durante el vuelo, uno de los oficiales del ayatolá anunció que la fuerza aérea iraní, que aún era leal al sha, planeaba dispararnos cuando entráramos en el espacio aéreo de Irán.

Los periodistas quedamos un poco golpeados con la noticia pero los revolucionarios que llenaban el resto de los asientos aplaudieron y lloraron: querían convertirse en mártires.

República Islámica

Fuimos a la parte delantera del avión para filmar al ayatolá, que estaba sentado en primera clase.

Miró por la ventana y nos ignoró hasta que un periodista le preguntó qué sentía al volver después de tantos años de exilio. “Nada”, respondió.

No fuimos derribados, por supuesto.

En lugar de eso, dimos vueltas alrededor del aeropuerto de Teherán mientras las negociaciones con las autoridades debajo se extendían y todos terminamos con mal de altura.

Jomeini bajando del avión de Air France que lo trajo a Teherán después de 15 años de exilio.
El ayatolá Jomeini regresó a su país después de 15 años en el exilio para liderar la revolución que establecería la República Islámica.

Luego aterrizamos y el ayatolá fue recibido por lo que algunos aseguran probablemente haya sido la multitud más grande en la historia de la humanidad.

La República Islámica fue establecida en Irán; la opinión musulmana en todo el mundo quedó galvanizada; y se formó un nuevo foco de oposición al liberalismo occidental.

Y todo fue planeado desde una pequeña aldea francesa, donde un atasco o una nevada son temas de conversación durante días.

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