10 libros que todo el mundo dice que ha leído, pero pocos han acabado

Hay una serie de libros canónicos, clásicos, que todo el mundo asegura haber leído. Luego la realidad puede ser mucho más cruel y es posible que empezara a leerlo pero terminará por abandonar la empresa antes de llegar a puerto. Tal vez incluso probó más de una vez, se conjuró para lograr acabarlo, pero el naufragio resultó inevitable. Aquí va una lista para descargar culpas y reconocer que sí, que por mucho que uno repita las bondades de los siete tomos de En busca del tiempo perdido, de Proust, fue incapaz de llegar a la tercera entrega.

Otro viaje difícil es el del Ulises, de James Joyce, un artefacto literario con el que el autor irlandés se convirtió en mito, pero que no todos logran acabar. No hay que rendirse a la frustración. A algunos se les ha hecho muy pesada la persecución del gran cachalote blanco que relata Melville en Moby Dick. Y aunque todo el mundo coincide en que Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha suponen la obra cumbre de la literatura en castellano más de uno solo ha conseguido leer una de sus partes y nunca la novela completa.

David Foster Wallace es un mito, pero son pocos los que han logrado terminar su obra cumbre, la mastodóntica La broma infinita. Algo similar pasa con El arco iris de la gravedad, de Thomas Pynchon, y sus más de mil páginas. Aunque el maestro de las novelas largas es Tolstói y las mil novecientas páginas que componen Guerra y Paz. Otro libro que pocos consiguen acabar es de un compatriota suyo, Crimen y castigo, de Dostoievski.

La lectura de La rebelión del Atlas, de Ayn Rand, no es precisamente ligera. Su autora compone una monumental crítica al colectivismo ampliamente alabada por la crítica. Se han vendido más de treinta millones de ejemplares en todo el mundo, pero no todos consiguieron llegar hasta el punto final. Si se le ha atragantado algún clásico puede confesar.

    

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