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Por LUCERO MARTÍNEZ KASAB*


 María Jimena le pregunta al presidente Gustavo Petro que diga públicamente si tiene una adicción porque, a juicio de ella, la presidencia de él no va como María Jimena desea. ¿Pero qué medios lee María Jimena que no se entera de los avances de este gobierno? ¿Ella también sólo consume aquella revista, los medios calumniadores radiales, el periódico del más poderoso de Colombia, sin asomarse a los otros medios ni siquiera los internacionales para contrarrestar la parcializada información de la oposición?

Una de las razones por las cuales Sigmund Freud fue inicialmente rechazado por la sociedad vienesa fue porque dijo que todos los seres humanos, incluyendo los niños, somos perversos polimorfos, es decir, somos, potencialmente, capaces de todo: de sentir placer sexual al ver un lápiz, de ser capaces de asesinar, de hacer sufrir, sin embargo, y la salvedad la negó la sociedad vienesa, Freud, aclaró que, llegada la resolución del Edipo algunas pulsiones se encausan, se SUBLIMAN.

¿Qué es la sublimación? Es el mecanismo del aparato psíquico por medio del cual los impulsos y deseos inconscientes encuentran una vía de realización trasformada en acciones socialmente aceptadas. No de otra manera se explica a la luz del psicoanálisis la actividad del cirujano, cuchillo en mano, cortando carne humana y la de su muy cercano profesional el expendedor de carne que debe sacrificar a la vaca. La del abogado que arregla los problemas de los demás porque no puede con los suyos. La de la bailarina que vuela para escapar de su vida…, en fin, así, en algunas personas se pueden rastrear sus pulsiones más profundas partiendo de su actividad profesional. ¿Y la del periodismo? ¿Cuál es la pulsión que le subyace, de la que debe cuidarse todo buen periodista porque, como el cirujano, como el carnicero tiene un arma en la mano con la que, si se aparta de su propósito loable puede causar daño? El voyerismo, el placer de mirar por la cerradura de la puerta, en otras palabras, el mismo placer del chisme.

María Jimena Duzán quiere saber, ella, no por la profesión, sino ella, por su pulsión voyerista incontrolable de sentir placer al observar curiosa por la cerradura qué hace el presidente Petro con la puerta cerrada y, lo disfraza, lo justifica, diciendo que, es que le parece que el presidente no está gobernando como ella quisiera. Es decir, que María Jimena, además, de chismosa, de voyerista, padece de impaciencia política, de falta de tolerancia a la frustración como la niña de cuatro años a la que el papá por razones de la vida no le puede cumplir con una parte de lo prometido en el tiempo que él creyó poder hacerlo; a la niña le da una pataleta, chilla y tomando al padre de la corbata lo arrastra al piso junto con ella.

El presidente Gustavo Petro como todos, tiene una vida privada que merece respeto, en la que nadie tiene el derecho de curiosear, máxime cuando es una persona que cumple con sus funciones laborales como es debido, incluso mucho más, pues tiene jornadas maratónicas como ningún otro presidente tratando de juntar los mil pedazos en que han dejado quebrada a Colombia los gobiernos anteriores.  Y de ese voyerismo padece la gran mayoría de la oposición, un placer mal sano por saber qué sucede de la puerta para adentro del presidente Petro, como si ellos y ellas no tuvieran actividades personales íntimas, vicios, en su día a día de políticos, enfermeras, comerciantes, médicos… Cada profesión, hay que decirle a María Jimena Duzán tiene su lado oscuro y, en su caso el periodista debe estar atento de no resbalarse por querer saber una información que pertenece a la vida privada de una persona y caer en eso, en el lodo del chisme porque, ensucia su profesión, faltando a la ética.

Hay una anécdota del presidente Abraham Lincoln cuando estaba luchando para que los Estados Unidos no quedaran separados durante la Guerra de Secesión, él un hombre campechano surgido de la más grande miseria es el presidente, recibe la exigencia de los generales de alcurnia del ejército que envidiaban los triunfos del general Ulysses Grant, el que ganaba las batallas para que EEUU no se dividiera, solicitan los generales la destitución de Grant, para eso inventan que era un borracho empedernido. Lincoln les preguntó con qué, supuestamente, se emborrachaba Grant, con whisky, le dijeron. El presidente Lincoln averiguó la marca del whisky, mandó una caja a cada uno de los generales envidiosos a ver si estos ganaban tantas batallas como el general Ulysses Grand. Grand, fue el general victorioso de la Guerra de Secesión, el que salvó a ese país del colapso, luego sería el presidente número dieciocho de Estados Unidos.

Que hay que decirlo públicamente: Gustavo Petro es, hasta ahora, el presidente más culto, más leído, más inteligente de la historia de la república de Colombia. El más curtido en política desde los catorce años. Que por su condición humilde es el blanco de la envidia de la oposición y también porque al atacar la corrupción y el narcotráfico se ha ganado medio país elitista de enemigo.  En lo que lleva de presidente ha logrado darle prestancia a Colombia a nivel internacional donde le rinden respeto por su inteligencia y por su talante democrático ajustado a las leyes nacionales e internacionales. En el tiempo que lleva no ha censurado ni lo hará ningún medio de comunicación, ni ha perseguido a nadie ni lo hará porque hablen mal de él porque, es demócrata. Y sus logros como presidente están reseñados en los medios de comunicación.

La periodista Duzán con esa solicitud muestra más desequilibrio emocional que lo que ella le endilga al presidente.  Debe controlar su voyerismo, el que la llevó a la atrevida e insolente solicitud de que el presidente cuente qué hace puertas hacia adentro; con eso se resbaló y cayó públicamente de una manera tan vergonzosa, mucho más que cualquier cosa que haga el presidente puertas hacia dentro.

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