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En su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el jefe de Estado instó a los pueblos a una revolución mundial para proteger el planeta.

“O levantamos la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios como nos lo mostró la epidemia (del covid-19). Es la hora de los pueblos y hay que actuar localmente y concertar mundialmente”, les dijo a los representantes de las naciones presentes.

Naciones Unidas, 24 de septiembre de 2024

“Necesitamos construir el mayor ejército de todos los tiempos, compuesto de guerreros y guerreras de la vida. El ejército de la vida no tendrá las armas de la oligarquía global, no tendrá armas nucleares, no competirá por armas, ni tendrá los dineros a manos llenas de los bancos, ni el poder de destrozar los niños en los genocidios de la oligarquía, pero tendrá el mayor poder de todos, el poder de una humanidad unida que no se dejará quitar su existencia en el planeta”.

Con esta exhortación, el presidente Gustavo Petro pidió a los pueblos del mundo “tomar la solución de los grandes problemas de la humanidad en las manos de la misma gente, de la gente sencilla de la humanidad. En lugar de dirigirnos a gobernantes insensibles, dirijámonos a nosotros, el común, dirijámonos a los pueblos para concertar las acciones comunes, las demostraciones de otro poder democrático”.

Ante los representantes de los países reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario convocó a “tomar las fuerzas de la mayor batalla por la vida de la historia humana” en defensa del planeta y enfatizó que “esa batalla, indudablemente, es una revolución mundial”.

Manifestó que “ya no hay más tiempo. Los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida. Hoy hay que escoger si es la vida o es la codicia, si es la humanidad o es el capital. No puedo más que decirles a los pueblos del mundo desde la voz débil de un país sin armas de destrucción masiva, sin dólares, pero hermoso por su diversidad natural y cultural, el país de la belleza y las mariposas de todos los colores que ya no es la hora de los gobiernos sino la hora de los pueblos”.

“El tiempo ya se acabó –enfatizó el presidente Petro– o levantamos la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios como nos lo mostró la epidemia (del covid-19). Es la hora de los pueblos y hay que actuar localmente y concertar mundialmente”.

Llamó la atención sobre la necesidad de una nueva bandera para defender la vida colectiva, “de todos los colores. Una bandera de toda la humanidad para defender su propia existencia en el planeta”.

Y consideró que, “quizás, la palabra socialismo hoy tiene una nueva significación. Los cerebros, que son la base verdadera del trabajo, hoy están más conectados que nunca. Hoy el saber humano es más colectivo que nunca. La ayuda mutua, la construcción colectiva del saber, la humanidad como nuevo sujeto político es la base de una nueva significación del socialismo.

Por lo cual, dijo, debe construirse una nueva riqueza, “ya no basada en el petróleo, sino en la intensidad, en el trabajo creador y libre que permite la altísima productividad alcanzada ahora, incluida la inteligencia artificial a la que hay que controlar desde un poder público mundial”.

Y subrayó: “Ya no le hablo a Biden, a Macron, a Charles, o a Xi Jinping, o a Putin. De la China recojo su idea de un diálogo entre civilizaciones, de Europa su proyecto de pacto social, de Estados Unidos su amor a la democracia original, de sus padres fundadores; de Sudamérica su diversidad huracanada, su jinete abanderado, su Simón Bolívar; del África sus tambores que llaman a comunicarnos con los espíritus de la naturaleza, de Jesús la idea del amor universal, su juntura de la luz con la vida, de esas fuentes civilizatorias y más que están en todos los pueblos del mundo”.​​

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