Hemos crecido más del 10% real en un año en la agricultura.
¡Es como si fuera la economía china!
Crece el trabajo y la generación de riqueza en el mundo rural, precisamente donde había más pobreza.
Colombia volvió a ser cafetera y no carbonera, que es la distancia entre la vida o la muerte.
Crece también el turismo extranjero y nacional.
El turismo sobrepasa las divisas que consigue el carbón
Crece la industria no vinculada al petróleo
Decrece el carbón y el petróleo por la caída de los precios internacionales, pero superamos ese vacío con mucha más agricultura, turismo e industria, y por eso, Colombia crece y crece el trabajo.
Solo falta impulsar la construcción y el mejoramiento de viviendas, y para ello, el Banco de la República debe bajar la tasa de interés real.
Solo falta impulsar más aceleradamente a Ecopetrol hacia la generación de energías limpias.
Estamos en plena transición de una economía extractivista fósil basada en el carbón y el petróleo, con baja productividad y bajos niveles de trabajo, hacia una economía productiva basada en la agricultura y la industria y en transito hacia la descarbonización, que es el verdadero objetivo de la política económica de hoy. Colombia crece, crece el trabajo productivo, crece la riqueza social, crece la paz.