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Los profesores y estudiantes de un pequeño colegio rural, ubicado en territorio del Consejo Comunitario San Bernardo Patía Norte, en Timbiquí, Cauca, cuentan orgullosos que el Consejo, autoridad étnica local, ha conseguido mantener su territorio libre de la presencia de actores armados y proteger el río de la minería ilegal. Aunque no están allí, los actores armados cercan la comunidad.
Con el fin de promover espacios de expresión, escucha y desarrollo de habilidades con las poblaciones más jóvenes, la rectora de la institución educativa, Marila García, vinculó el colegio a la campaña ‘Aquí crece la Generación para la Paz’, por medio de la cual el Gobierno nacional promueve experiencias pedagógicas en instituciones educativas y unidades de atención en todo el país.
Los estudiantes del colegio reconocen que caminar más allá de las tierras del Consejo es peligroso. “Bajando de aquí pa’ abajo, se ve a gente armada. Le puede dar miedo, no lo dejan pasar, le pueden apuntar con un arma, porque si uno anda así normal, algún disparo le pueden hacer, una bala perdida, un accidente”, cuenta uno de ellos.
La unidad, que caracteriza a las comunidades negras del Pacífico, les ha permitido enfrentar los periodos de recrudecimiento de la violencia. “El conflicto, como en muchos lugares de la costa Pacífica, está en las comunidades; nosotros siempre somos una comunidad que tiende a unirse. Si nosotros estamos unidos, no va a haber conflicto que nos vaya a separar. San Bernardo se conoce y pervive en esa tradición, en esa costumbre, de unirse en los momentos más difíciles”, explica uno de los profesores.
En esta institución, los alumnos consideran que la paz está en la contemplación de la naturaleza y en la fuerza de la comunidad, a menudo amenazadas por las armas que las acechan. Como explica uno de ellos: “La paz es alegría; andar con amigos, alegres; no andar peleando o gritándole a los mayores. Ir de pesca, andar de paseo con los profesores, los amigos. Y también ir allá, a las montañas, a caminarlas, y mirar las aves, los animales, los insectos, los bichos que hacen parte de la naturaleza”. 

Murales para los sueños, la naturaleza y la paz

Estudiantes de primaria y secundaria se unieron para crear un mural donde el territorio es protagonista: el río San Bernardo, los peces, las serpientes, los árboles, las montañas, las estrellas, las nubes y el sol. Además de la biodiversidad, el mural representa los sueños de las niñas, niños y adolescentes: bailarines, futbolistas, músicos. Por ejemplo, también ser profesional de la salud, en lo que quiere convertirse una estudiante de grado noveno, para ayudar a mejorar la precaria atención en salud que recibe la comunidad: “Quiero ser enfermera porque aquí no hay hospitales. Tienen que bajar hasta Timbiquí para poder cuidar a un niño si se corta o le pasa algo; tienen que viajar hasta allá y eso es muy lejos. Entonces, si uno logra hacer algo, y algún día llega aquí otra vez a su pueblo, uno puede atender a esa gente que se enferma”.
El compromiso de la Institución Educativa Agrícola con la paz, plasmado en el mural, refleja el del Consejo Comunitario San Bernardo: “Paz es encontrarse con el arte, transmitir esas ideas ancestrales, congregarse, hacer minga, atender al compañero. Paz es compartir”, afirmó la rectora García.
La campaña ‘Aquí crece la generación para la paz’ estimula la creación participativa de murales por la paz, para reafirmar el carácter de las instituciones educativas como entornos protectores para las niñas, niños y adolescentes en territorios afectados por la presencia de grupos armados que los ponen en riesgo de ser víctimas de reclutamiento, uso, utilización y violencia sexual. (Con información del ICBF)

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