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“Nosotros decimos que pueden marchar, porque se lo vamos a permitir: ni un gas lacrimógeno, ni una mujer violada, ningún joven con pérdida de ojo, ninguna persona aprisionada, ninguna persona tratada de terrorista, como hicieron con centenares de miles de jóvenes que quisieron protestar hace tres o cuatro años en este país”.
Así lo manifestó el presidente Gustavo Petro desde el municipio de Chimichagua, Cesar, donde este viernes entregó tierras de la Reforma Agraria a familias campesinas de la región, muchas de ellas despojadas de sus predios y desplazadas en el pasado por grupos paramilitares.
Respecto a las marchas programadas por la oposición, el mandatario expresó: “Mañana marcharán, convocan los victimarios: los que quieren que esta injusticia siga padeciéndose en el país, los que quieren que no haya una reivindicación para las víctimas, los que quieren que las hijas del campesino terminen en los burdeles de la gran ciudad o que el hijo del campesino termine levantando un fusil para matar a su hermano de sangre o a su hermano de tierra, a otro ser humilde”.
Reiteró que “pueden hacerlo, porque este gobierno garantiza una democracia que nunca habían vivido, que no habían sentido”, aunque se debe tener en cuenta –expuso– que “la democracia es para toda Colombia, la democracia no es para unos pocos, la democracia es para el conjunto del pueblo”.
En su intervención, el presidente Petro cuestionó si los colombianos y las colombianas debemos contentarnos con los avances logrados en estos primeros dos años de su gobierno o si queremos profundizar los cambios en el país.
Al respecto, el jefe de Estado preguntó: “Entonces el pueblo de Colombia tiene que decidir: ¿nos quedamos con 22 mil hectáreas o pasamos a 220 mil hectáreas? ¿Qué quiere el departamento del Cesar?”. “En unos años, en apenas dos o cuatro años, las minas del carbón que están al norte exportando carbón al mundo se van a cerrar, porque el mundo ya no puede comprar carbón, porque extingue a la humanidad. Ahí queda un ferrocarril moderno, que va a dos puertos, el de Santa Marta y el de Puerto Bolívar, en el norte de La Guajira”, dijo el mandatario.
Y agregó: “¿Los dejamos oxidar o los llenamos de alimentación para que vaya esa alimentación a Qatar, al mundo árabe, al mundo de África, a Europa o a los Estados Unidos? ¿Volvemos a cultivar la tierra o la dejamos que se convierta en un desierto?”.
En este punto, el presidente Petro volvió a preguntar: “¿Volvemos a construir un Cesar que sea agricultor, que mire al sol y use el sol como energía limpia, que use el ferrocarril y salga al mar, y que mire al mundo como un instrumento de su propia prosperidad, o nos quedamos asustados en las casas y les devolvemos el poder a los nuevos políticos paramilitares?”.

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