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¿Por qué una bandera antigua del M19 en la reunión para condecorar a Pepe Mujica?

Cualquiera que vea en Netflix la película “Los últimos 12 años” lo entenderá.

Hace exactamente 50 años, seis jóvenes militantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro, llegaron huyendo de la tortura y la muerte provocada por la dictadura uruguaya a Bogotá.

Allí se encontraron con Carlos Toledo Plata y Jaime Bateman Cayón.

Toledo había sido parlamentario de la Anapo y sentía que en las elecciones del 19 de abril de 1970 habían hecho fraude contra su candidato presidencial, el general Gustavo Rojas Pinilla; Toledo ya no veía más salida que la insurrección armada del pueblo anapista, y

Bateman venía huyendo de los fusilamientos de las farc; no veía alternativa en las farc y quería con los vientos caribeños hacer una revolución de verdad y de multitudes Bateman,

Toledo y otros colombianos empezaron a formar el M19, y los seis tupamaros les enseñaron su experiencia en la lucha armada urbana y se quedaron combatiendo en Colombia con nosotros.

He ido a Uruguay a buscarlos, y a entregarles su bandera.

Creí posible que fueran a la condecoración de su antiguo compañero de armas y presidente de la república pero me encontré con la noticia que ya todos estaban muertos.

Quise pronunciar sus nombres pero no se pudo y de allí mi descontento.

Se que una era pianista y otro carpintero y otro que se llamaba vulcano, murió en Yumbo, en combate, confundieron su cuerpo con Pizarro por la hermosura de su rostro, pero supe el día de la condecoración, que todos estaban muertos.

La bandera quedó guardada.

Ya no estaban.

Tanto el MLN como el M19 hicieron la paz, abandonaron por decisión propia las armas.

Los túneles quedaron como recuerdo.

En Montevideo hay un restaurante, “el barretín” se llama, y por debajo del piso, hoy se puede ver bajo cristales, gracias al dueño del restaurante, uno de los túneles por donde los tupamaros iban a liberar a 130 de sus compañeros torturados y encarcelados;

en Bogotá aún se puede ver el cantón norte, donde el M19, a través de un túnel, sacó 5.000 armas para el pueblo, pero aún no había pueblo para ello.

Milongas y vallenatos se juntaron, los tupamaros medio italianos, aprendieron a bailar la salsa.

De la unión tupamara/M19 llegó la tortura a Colombia traída por Turbay;

si la tortura había acabado con los tupamaros en Uruguay, porque no con el M19 que eran lo mismo?

y trajo los profesionales de la tortura del Uruguay, a enseñar en Colombia

Turbay declaró el estado de sitio y el estatuto de seguridad, detuvo 10.000 colombianos, los torturó en barracas militares y encontró a 300 del M19, pero Bateman se fue a bailar a las montañas, montañas que no tenía el Uruguay, y escribió la propuesta más revolucionaria, sobre la culata de su fusil: invitó a Belisario a hacer la paz y dialogar.

Yo mismo terminé en la cárcel y la tortura.

Unos magistrados valientes decidieron investigar a los generales de la tortura.

Por investigar generales fueron asesinados y el Palacio bombardeado y el M19 extinguido por completo en la edificación que ilusamente tomaron dizque para negociar de nuevo la paz.

Fue la última acción a la tupamaro, lo que siguió fue la guerra en las montañas hasta que en una quebrada del sur del Tolima, decidimos dejar las armas para convocar las multitudes.

Fui a entregar en Uruguay nuestra bandera común a los seis tupamaros, pero ya no estaban.

Quise pronunciar sus nombres pero no pude

Ojalá nunca se pierdan en la historia

Al menos hoy gobernamos. Ellos allá, en Uruguay, y nosotros acá, después de medio siglo y en pos de la esperanza y la justicia.

Dijo Zapata, el campesino mexicano insurrecto que si queríamos ser gusanos no nos quejáramos de ser aplastados, pero como él, apostamos a ser águilas para no ser pisados jamás.

Como revolucionarios soñamos en el día y no nos acorralaron las pesadillas de la noche.

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