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Vivimos días chéveres y difíciles, entre más difíciles, más chéveres. En los campos que ustedes van a tener delante de sí, pues obviamente tenemos problemas, pero Bolívar lo había dicho, somos hijos de las dificultades y en el caso de las relaciones exteriores de Colombia, ni más ni menos que lo que va a haber son dificultades
Es un mundo que entra a una fase de cambios profundos, toda fase de cambio —decía Antonio Gramsci— muestra que aún no aparece totalmente lo nuevo, que aún no aparece totalmente la extinción de lo viejo, y que en ese preciso momento en que ni lo uno aparece ni lo otro desaparece, aparecen los monstruos, decía Gramsci.
Y monstruos es lo que vamos a tener, ojalá no al interior de la sociedad colombiana, pero me temo que también, porque en un mundo de transformaciones como el que vivimos, estamos afrontando una serie de crisis que ni más ni menos enfrentan la existencia misma de la especie humana. Y aquí va un primer criterio que quisiera dejar consignado, hasta ahora desde el tratado de Versalles, más o menos, aunque se puede hablar de tiempos anteriores.
El cuerpo esencial de la política internacional, de la diplomacia internacional, de los tratados internacionales, que cada vez derivaban más hacia tratados de derechos humanos, hacia la construcción de una civilización humana basada en el derecho, en la justicia, en el saber, diría yo, es sobrepasado a partir que los estados mismos, las naciones mismas, se han debilitado.
Se han debilitado porque la base económica que daba pie a una nación fuerte, el mercado interno, etcétera, pues se ha transformado sustancialmente desde hace ya dos, tres décadas, y eso tiene un efecto sobre la política, sobre lo jurídico, sobre la cultura misma y sobre los estados político-jurídicos, porque no tenemos ya economías nacionales propiamente dichas. Tenemos economías transnacionales, así lo quiso el capitalismo mismo, una globalización que hace que un proceso productivo cualquiera, construir este lápiz, tenga que ver con procesos de trabajo en muchas partes del mundo, no solo en Colombia.
Colombia en eso ha medio perdido, porque se destruyó agricultura, sin dudablemente destruyó industrias, indudablemente se fue enmarcando en una especie de rincón muy cómodo, viviendo de la renta, no de la ganancia productiva. Rentas transferidas del exterior hacia nosotros; nosotros que somos aún hoy una cultura del trabajo, de la producción.
Esas rentas derivaron del petróleo, esas rentas derivaron muchísimo del carbón, de tener la mina más grande del mundo, o casi del mundo, de América a cielo abierto, en el Cerrejón, esas rentas derivaron de la cocaína. Rentas del mundo hacia nosotros, de consumidores de gasolinas, de consumidores de carbón, de consumidores de cocaína.
Nos ha dado la estructura económica que tenemos hoy, en mi opinión raquítica, en mi opinión violenta, en mi opinión supremamente desigual, que nos ha conducido a vivir matándonos entre nosotros, aislándonos de la tierra, de la producción agraria, aislándonos de la industria, con la mitad de la población por fuera de los circuitos productivos, rebuscándose y con el crecimiento y fortalecimiento de mafias por doquier, que incluso hasta levantan banderas que antaño eran de la revolución.
Ahora todo cambia y va a cambiar, espero que para bien, y en esa medida una de las primeras crisis que tenemos que solventar es que la producción misma en el mundo no puede extinguir la especie humana. Y eso se deriva hacia dos grandes objetivos entre varios. Uno, no podemos vivir más de petróleo y de carbón. Punto.
Entre más petróleo y carbón, más crisis climática. Entre más crisis climática, dice el análisis del país de España en América, porque ahora toca referirse a la prensa internacional. Entre más afecta la crisis climática, la segunda región del mundo en ser afectada, después de Asia, es América Central, América Latina, América Central y el Caribe.
Esa es la región donde vamos a sufrir nosotros los mayores rigores, cada vez más intensos de una crisis climática que no se detendrá, sino hasta que hagamos una ruptura sustancial en todas las cadenas productivas y de consumo del carbón y del petróleo. Eso no depende solo de Colombia, pero Colombia debe ser vanguardia internacional en esa lucha de la humanidad. Entonces aquí la noción de Estado empieza a tener una diferenciación, no solo defendemos un Estado-Nación, el Estado colombiano, eso no está escrito en la Constitución, pero es la realidad de la vida de hoy, que cuando se hizo la Constitución aún no era tan clara.
Además de defender un Estado-Nación, defendemos la humanidad. Es decir, cualquier comportamiento internacional de Colombia tiene que ver con ponerse al lado de la humanidad y, por tanto, de la vida. La humanidad, por tanto, y debería ser una proposición, algunos Estados han adelantado esta discusión, la humanidad es un nuevo sujeto político en el mundo.
No es solo Estados Unidos, no es solo Colombia, no es solo Venezuela, no es Italia, no es solo China. La humanidad como concepto y como realidad. Y solo se construye en la práctica un concepto político, accionante, vinculante de humanidad, si construimos la tesis del diálogo entre las civilizaciones.
El diálogo entre las civilizaciones permite un propósito común de la humanidad y, por tanto, humanidad y vida. Ese es el eje directriz. Ojo, no solo defendemos nuestros intereses nacionales, sino que siempre, siempre debemos defender nuestros intereses nacionales y los de la humanidad.
Si la prensa cree que esto es borrachera o drogadicción, que lo piense porque vive en una burbuja, que desde hace años, porque cuando era niño me lo decían, debe ser simplemente un apéndice de propaganda de la Casa Blanca, no deben ser comunicadores sociales. Y aquí nosotros no nos plegamos a eso. Nosotros somos defensores del Estado y de los intereses de Colombia, de los colombianos y las colombianas y de la humanidad.
Entonces, la lucha contra la crisis climática es un objetivo de Colombia, que además es una oportunidad para Colombia desde el punto de vista económico. No es que porque no vayamos a vivir del petróleo y del carbón nos vamos a arruinar, lo contrario, y lo estamos demostrando. Si volvemos a vivir de la agricultura, de la agroindustria, de la industria y del turismo, seremos mucho más ricos, mucho más iguales, mucho más pacíficos, mucho más democráticos.
Y ese es un primer punto que desde el primer día de este gobierno hemos puesto en alto, que llegó a un momento culmen como la COP 16, que se tiene que extender a la COP 30 aquí en la desembocadura del río Amazonas. Yo invito a todos los jóvenes de Colombia, en lo que puedan, a ir hasta Leticia y navegar el río Amazonas hasta llegar en masa, ojalá todas las juventudes latinoamericanas, hasta la COP 30 y demostrar que el poder de la humanidad es posible y es para ya. Tarea.
La IA y el conocimiento
Hay un segundo elemento que nunca hemos discutido a profundidad, aún es difícil para la sociedad de entender, pero cada vez va a tener un componente aún de mayor peligrosidad que la crisis climática, y es la inteligencia artificial. Y nosotros también tenemos que ser vanguardia en esa materia, defendiendo los intereses colombianos, pero además los de la humanidad. ¿De qué trata ese problema? No es un jueguito más de aplicaciones en el celular, para jugar, como hasta ahora se entiende, no es eso.
En vez de hablar de inteligencia artificial, voy a hablar de la nube. La nube es el gran cerebro de la humanidad. Por primera vez tenemos un cerebro común, cada vez nos acercamos más a lo común. La palabra a veces para algunas y algunos es maldita, pero hoy tenemos un cerebro común que nuestras tecnologías no habían podido producir antes.
Antes teníamos un diálogo entre pensamientos, leíamos libros y teníamos bibliotecas, yo todavía tengo una, ya casi no hacen casas con bibliotecas, es un síntoma de los tiempos. Pero en la medida en que la tecnología fue avanzando y los libros fueron reemplazados por este tipo de redes telemáticas, fibra óptica y nuevas infraestructuras, se empezó a construir lo que se llama la nube, que no es más sino la digitalización del pensamiento humano, a través de parámetros matemáticos, colocar en algo que no se puede tocar ni oler, todo el pensamiento humano acumulado que puede ser convocado a través de una tecla.
Luego no existe ya uno y otro y otro cerebro individual como hoy aquí los tenemos, sino además un gran cerebro colectivo que es el resumen, ni siquiera el resumen, es el acumulado pleno de todo el conocimiento mundial en todos los rincones del planeta y en todas las épocas y progresa. Hay quien dice que se puede auto-generar, ya veremos. Eso es la nube. ¿Quién es el propietario de la nube? Pregunto.
Ministro, respóndame, ¿quién es el propietario de la nube? Esa es la gran pregunta hoy que el mundo debería plantearse. Cierto, es Elon Musk, es Mark Zuckerberg. ¿Quién es el propietario de la nube? El que sea el propietario de la nube será el propietario del conocimiento humano.
Imagínense a dónde nos estamos acercando. El propietario va a ser una persona privada, propiedad privada, me van a decir aquí, la nube tendrá propiedad privada, ¿sí? Entonces tendremos una humanidad bajo la democracia, tendremos un desarrollo del conocimiento bajo la libertad, tendremos política, seremos seres humanos, o lo que decía el físico Stephen Hawking, muerto ya, premio nobel de física, es el fin de la humanidad. Pues, profundicemos.
Si la nube fuese como tierra, que lo es, pero en un espacio virtual, y tuviese propietarios privados como lo tiene la tierra, entonces el propietario privado cobraría por usar su tierra, ¿no? Pues está pasando con la nube. Si la nube tiene propietarios privados de lo que es común y se cobra por usar la nube, entonces estamos en una forma de producción o de consumo igualita que existía en el feudalismo. Los que ganan son los propietarios de la tierra o, en este caso, los propietarios de la nube.
Todos le estamos pagando cada vez que bajamos una aplicación. Hasta el empresario más rico de Colombia le paga al propietario de la nube por usar su tecnología, su conocimiento, que le va a aportar en ser más productivo, es decir, en echar más trabajadores a la calle.
Tenemos un peligro inmenso, porque si los propietarios de todo el conocimiento humano son tres, cuatro o cinco, como dijera Biden, una oligarquía, que es la palabra exacta, estamos llegando a la peor de las desigualdades del mundo y al peor de los momentos de la humanidad, porque perdió su pensamiento.
Para llegar al pensamiento humano habría que pagar. Entonces, ¿qué hacemos como Estado? Le voy a decir a Trump, entonces le acepto sus condiciones para el manejo de la nube, o le tendría que decir al mundo o América Latina, entonces aceptamos y nos arrodillamos y no hacemos CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y nos vamos cada uno por su cuenta a morirnos de viejos para no ver el desastre que va a acontecer en la humanidad, que es similar al de 1933 por sus características, pero que es profundamente peor, porque es una gaza multiplicada por mil, o asumimos la pelea. Y asumir la pelea es en primer lugar tomar posición a cualquier hora de la madrugada, de la noche o del día, porque aquí no da espera.
El Che (Guevara) decía, nadie que vea una injusticia en cualquier parte del mundo se puede quedar callado y de inmediato tiene que actuar. Aquí estamos ante la peor injusticia del mundo, la privatización del saber humano. No puede ser.
Luego la nube debe tener una propiedad común. ¿Quién es el propietario de la nube? ¿O quién debería ser el propietario de la nube? La humanidad, así de simple. El primer bien común, como bien común debería ser el agua, como bien común es la atmósfera, como bien común es el planeta, como bien común es el derecho a vivir y a existir como seres humanos plenos y libres solo por el hecho de haber nacido humanos.
Es la humanidad el concepto básico que se mueve con la construcción de la nube en la existencia actual. El propietario de la nube es la humanidad porque la humanidad es la que ha producido la nube y si un propietario privado de la nube se vuelve multimillonario con la propiedad común de la humanidad, a ese señor hay que cobrarle impuestos del 99,99 % de utilidad de la renta, porque ese bien no es de él. Entonces esta pelea que empieza a darse, que hasta ahora es incógnita en nuestra prensa, tiene que darse, ministra.
Y hay que estudiar, porque obviamente no todos sabemos, ninguno de nosotros sabemos, salimos nacidos sabiendo este tema de los algoritmos.
China tiene un debate fundamental. Acaba de ganarle, hasta ahora, porque esto es una carrera, la pelea de Estados Unidos en rapidez de chips y costos. El chip es la mercancía fundamental de la nube, el chip, pero lo hizo un propietario privado de la nube China. No lo hizo China, error de la prensa.
Un señor, muy inteligente, joven relativamente, dice, en competencia con los señores amigos de Trump, que son los únicos que están en competencia por la nube, o sea, por el pensamiento mundial.
El Partido Comunista chino ha dicho, oiga, no puede ser, no puede amasarse tanta ganancia, no más el competidor perdió 600 mil millones de dólares en un día, en manos de una persona usando un bien común, dijo el Partido Comunista chino, contra su empresario chino. Pues esa es la discusión, pero no de China, del mundo, y no del Partido Comunista chino, sino de todas las formas diversas políticas y sociales de la humanidad en el planeta Tierra, la humanidad. La nube debe ser propiedad común de la humanidad y, por tanto, su regulación debe ser de los poderes públicos mundiales cualesquiera, que sean sin discriminación.
Segundo punto de la lucha internacional de Colombia, una lucha fundamental, no popular, por ahora será popular cuando millones y millones de trabajadores y trabajadoras en todo el planeta tierra vayan a la calle y ya están yendo a la calle
Del episodio con Trump y quitando las nebulosas de los cipayos de la prensa tradicional que creen ser hacedores de boletines de gobiernos extranjeros y no de la sociedad colombiana, quitando esa nebulosa, hay una serie de elecciones que hay que aprender de ellos y de nosotros. De ellos yo supongo que no tienen que sacar esposados a las personas que desean sacar de su propio país.
Allá habrá una discusión política sobre, por ejemplo, si no están repitiendo el mismo error de los alemanes en 1943, porque usaban los trenes y las líneas férreas para llevar en los trenes vagones enteros repletos de judíos socialistas y comunistas para el campo de concentración y ese uso de dinero, recursos, etcétera y tiempos y energía les hizo perder la guerra con los soviéticos.
Aquí yo me pongo a pensar, todo ese costo de las obras de construcción en Estados Unidos, de las empresas en Estados Unidos paradas, de las calles sin barrera en los Estados Unidos, de la agricultura que se queda sin labradores en los Estados Unidos, más el costo de los aviones, que esta vez asumí yo en el caso colombiano, para transportar millones y millones de inmigrantes con gasolina, con tripulaciones, con distancias diferentes, van 7 mil de la India hacia la India, todo ese costo va a impulsar la economía de los Estados Unidos o la va a detener.
Eso no se preguntó el gobierno alemán de 1943 y fracasó. Pero independientemente de eso, lo que estamos viendo es cómo hay una sonrisa de los dueños de la nube, mientras están pasando, ya no a través de los vagones, sino a través de los aviones, millones de trabajadores a la calle y a sus países de origen. Es lo mismo, pero esa sonrisa qué indica: el efecto de la nube en el mundo cuando es apropiada privadamente, es que la nube es para que máquinas hagan lo que hacen los trabajadores rutinarios y los y las trabajadoras rutinarias del mundo son centenares de millones de personas que van a salir a la calle. Los primeros los migrantes del sur, en los países del norte, pero son los primeros.
Nuestros niños no son delincuentes
Veía en los vainos de Twitter de Elon Musk —que me toca cambiar de red— veía que los blancos, digamos, los arios, los arios en Estados Unidos estaban contentos, incluido arios colombianos, que no son tan arios, contentos, sale esa chusma. Delincuentes, dijeron, nosotros trajimos 42 niños. ¿De dónde acá el señor Trump me les va a decir a 42 niños colombianos que son delincuentes? De la misma manera que lleva a decirle a 42 niños, se los dirá de centenares de miles que son delincuentes, es lo que pensaban allá en el 1933.
Eso es la humanidad y su sabiduría lo había superado, ahora suena a efectos de la drogadicción en la prensa colombiana. Y es que no se puede criminalizar grupos, colectivos. La criminalización es individual, el que causa un delito se le juzga, pero no al grupo. Entonces los judíos eran criminales, dijo un señor, mató 6 millones, ¿y eran criminales?. Eran o es una equivocación nazi o más que equivocación, un crimen de la humanidad.
El fascismo es un crimen internacional, no es un sistema de ideas, no es una ideología, es una mentalidad criminal que busca eliminar la diferencia físicamente matando y, por tanto, para eliminar la diferencia hago al diferente criminal, pero no a la persona solamente sino a todo el grupo, ese grupo puede ser de cien millones de mil millones.
Lo fue de uno o dos millones de gazatíes hace poco, que menos mal ya no están muriendo hasta este momento bajo las bombas. Cuando este presidente fue el primero en el mundo en decir que eso era un genocidio, nuestra prensa en su burbuja dijo se puso al lado del mal. ¿Quién estaba al lado del mal? ¿Los que tiraban las bombas sobre los niños o los niños? Hoy estamos viendo lo mismo, a nuestros propios niños les dicen delincuentes, pero no va a ser solo a nuestros niños, a nuestras mujeres, todo el que sea latinoamericano, indígena, negro, en Latinoamérica va a ser tratado de delincuente.
Se llama colectivizar el crimen, se lo inventó Hitler y los norteamericanos por millones, jovencitos fueron a pelear a Europa de derrotar a Hitler, se les olvidó y eran blancos y negros. Yo fui a un cementerio de esos en La Toscana, Italia, y me arrodille, que pocas veces lo hago, lo dije por ahí, no me arrodillo ante ti, me arrodillo ante los jovencitos que murieron luchando por la democracia y la humanidad en Europa.
Pues lucharon contra esa tesis de que no se puede criminalizar a todo un colectivo humano porque no es cierto, es una falsedad, es simplemente criminal el que lo hace. Los latinos que salen de los Estados Unidos o los árabes que salen de Europa, del norte, etcétera, además de criminalizados colectivamente, son los primeros trabajadores que van a ser echados de sus empresas.
Pero el trabajador blanco europeo, blanco norteamericano, que hoy aplaude el que salga el negro a la calle, el que salga el latino a la calle, también va a ser echado. Siguen ellos, como la vieja frase de que primero llegaron por mí y después por el otro, no, primero llegaron por aquel y después por aquel y ahora llegan por mí, pues eso va a pasar. ¿Por qué? Porque la nube al hacer crecer la productividad económica de manera enorme a través del reemplazo del trabajo humano por la máquina digital, saca centenares de millones de trabajadores a la calle, los primeros segregados racialmente, pero los segundos serán ellos mismos.
Luego tenemos una pelea que librar por la humanidad: la crisis climática producida por un capital codicioso que consume cada vez más petróleo y carbón y mata la vida y la naturaleza, y la nube apropiada privadamente para ganar más, es decir, más codicia sumada que va a lanzar a la calle a centenares de millones de trabajadores de todos los colores de su piel en todos los rincones del planeta.
Sumen y tenemos el inmediato futuro, por eso va a ser duro, pero en esto quienes sabemos pelear por un mundo mejor, tenemos que ponernos las botas. Un ejército de la vida, una humanidad unida, una Latinoamérica unida, un mundo que sepa defender como en Stalingrado y como la Italia, la democracia y la libertad.
Y usted, ministra, joven, dicen que sin experiencia. ¿Quién tiene experiencia en estas luchas? Le toca afrontar la tarea de llevar la voz de Colombia. Entonces, esa es una bonita tarea, olvidarse de espejuelos, de vidas cómodas y alegres, del mundo de las codicias y entrar a esta batalla fundamental de la humanidad que yo quiero en el año y medio que me queda, y lo que me queda después, librar.
Porque no salgo de esta lucha. No se llama reelección, se llama mantenerse en el combate por la vida y la libertad de los seres humanos.
Diversificar las exportaciones
Y, ministro de Hacienda, porque ya con el director del DAPRE (Jorge Rojas Rodríguez) nos iremos a Ciénaga de Oro (Córdoba) a hablar ya de otro tipo de temas.
Ministro de Hacienda (Diego Guevara), usted tiene que hacer varias correcciones que hubo en la prensa. Indudablemente, Colombia tiene que diversificar sus exportaciones cada vez más para alimentar al mundo, ojo, cada vez más para alimentar al mundo.
Venderlas en todos los países que podamos, no depender de ninguno. Lograr los financiamientos que podamos de todo el mundo, no de uno solo. Ojo, porque deja débil a Colombia. Lograr más producción en Colombia, más.
Cuando salió la estadística de la prensa real sobre que cayó el índice de crecimiento del PIB en el mes de noviembre del año pasado, la prensa no lo contó, pero hay que decirlo, fue porque hubo un recorte presupuestal. Es decir, porque pagamos el gobierno, la economía se estancó.
Luego la locomotora éramos nosotros y nos dejamos parar. ¿Cierto? Por errores internos y también porque hay quienes quieren que nos paremos. Ahora están llorando porque no hay plata para el Metro, que no hay plata para el Túnel del Toyo, que no hay plata para aquí, que en la carretera no hay plata. Pues ellos mismos hundieron la ley de financiamiento, ellos son los culpables.
El señor Efraín Cepeda se tiró a Colombia, empezando por el Caribe, por su propia ciudad, sin agüero, como dicen, porque recortó la posibilidad de financiar el presupuesto que iba para eso; lo que iba para el Metro. La señora Catherine Miranda salió muy contenta y horonda a decir recorten, recorten el gasto, recorten la financiación del gasto, y como ella creyó que el gasto es que aquí no la pasamos en fiesta, dice por ahí un periodista cómico.
No he hecho la primera fiesta desde que me posesioné en este Gobierno, que ustedes sepan o sí. Ni vallenatos ni Silvestre Dangond, como se la pasaba por aquí, ni nada, aquí nadie toma un trago siquiera, entonces como se la pasaban en eso, ahora no creen que, entonces nosotros no la pasamos en eso, no, el gasto que recortaron, pues era el Metro, era el Túnel del Toyo allá en Antioquia.
Tanto que decían que querían hacer El Toyo, un Túnel del Toyo y que hacían una vaca, y vinieron aquí y votaron, fue encontrar la financiación del Túnel del Toyo. Vinieron aquí a quitarle el dinero al pueblo, porque ese dinero es del pueblo, y entonces no podemos hacer sus obras.
Lo único que dije aquí, ministro, es que sí nos toca recortar, 12 billones, qué pena, no están, pero no paga el pueblo, no lo paga el pueblo, no hago lo de (Javier) Milei.
Un periódico de hoy dice, ustedes van a quitar las pensiones, nosotros no vamos a quitar ni una pensión, olvídese. El ministro de Hacienda tendrá que explicar en rueda de prensa subsiguiente el por qué apareció eso en un decreto que no fue de las pensiones, pero que no es más sino de un error de los funcionarios. Lo explicará muy con cuidado, para entender que la filosofía que tuvimos para el recorte, no para el recorte, para el aplazamiento, ojo, no hemos recortado nada, ni un peso, aplazar gasto, se aplaza el gasto que no perjudica al pueblo de Colombia, ni en salud ni en educación ni en pensiones ni en otras materias.
Se aplazan ciertos negocios de una gente muy poderoso en Colombia, se aplaza, no quieren que se aplace, pues el Congreso de Colombia debe estudiar cómo se financia para este año eso que se aplazó, si no quiere, bien, no me pongo bravo, entonces se recorta. ¿Quieren? Entonces discutamos cómo financiamos para este año, que ya es más difícil que cuando lo estábamos discutiendo el año pasado, pero esa fue la decisión de Efraín Cepeda, pega muy inteligente, en mi opinión, nada, pero nada inteligente.
Ahora bien, usted explicará ahora ese tema, que no va a ser muy fácil, pero que no es cierto, los titulares de la prensa colombiana alrededor de las pensiones, las pensiones se van a pagar. Es más, si la Corte Constitucional nos permite la reforma pensional, millones de viejos y de viejas de más de 70 años, entrarán a recibir un bono pensional que hoy no reciben, por 270 mil pesos mensuales, ¿cuánto es exacto? 226 mil pesos mensuales, hoy reciben cero, así que aquí no estamos disminuyendo el gasto a los viejos, estamos aumentándolo.
Y estamos logrando que por primera vez desde que la Ley 30 existe, una partida que va a ser de 2,1 billones adicionales a los presupuestos tradicionales de la educación superior va a entrar condicionada al aumento de cobertura estudiantil para la base de la Ley 30, es decir, para de aquí en todos los años hacia adelante introducirla como parte del presupuesto de la Universidad Pública en Colombia.
Hasta ahora hemos ingresado 122 mil nuevos cupos de la educación superior, nuevos, nuevos, no nuevos estudiantes, porque, obviamente, todos los años entran, sino adicionalmente a los nuevos estudiantes que tradicionalmente entran, se han creado 122 mil nuevos cupos en lo que va del Gobierno. Esperamos llegar al doble y más este año, en la educación superior de Colombia.
Si un joven, decía alguien por ahí en el Catatumbo, tiene la oportunidad de la educación, no toma el fusil, es la paz, y por tanto en nuestro aplazamiento del gasto no hemos tocado los recursos de la educación, sino que hemos hecho una maroma, esa sí, muy inteligente, no una jugadita como Cepeda, en función de que la educación superior se fortalezca.
Ya usted ya tendrá como Ministro de Hacienda en propiedad la facultad de poder explicarle a la prensa en qué consiste este tipo de temas, pero quería adelantarme porque no está bien la discusión que se está presentando, no por culpa de la prensa esta vez, sino por culpa de unos funcionarios cuyo nombre no voy a decir en este momento y que no son del alto gobierno, sino de las sinergias que hay en la administración pública colombiana.
Bueno, entonces nos vemos en Ciénaga de Oro, hay que llevar el sombrero volteado, ojo, y vamos a un acto de evaluación del Gobierno delante del pueblo, en respecto a la región de las sabanas de Córdoba y Sucre, para empezar una gira nacional siempre con el pueblo, al lado del pueblo y ojalá con el apoyo del pueblo.