-.-

Leo a Mujica, el viejo combatiente subversivo tupamaro, y además expresidente del Uruguay y se me refleja tambien el viejo M19, el cual fue hijo directo de los tupamaros en Colombia del que hice parte y que planteaba una revolución democrática para Colombia,
Fueron los Tupamaros los que fundaron el M19 con Bateman y otros revolucionarios colombianos, y veo, reflejado también mi propio pensamiento y mi propio sueño
Lo que llamamos izquierda siempre fue universal y lo que llamamos derecha siempre fue parroquial y de grupos.}
Lo universal incluye a los grupos, a lo particular, pero los supera, por eso el arte que es universal, siempre se acercó más a la izquierda.
La derecha se quedó con lo particular y no salió de las razas inexistentes, de los nacionalismo reaccionarios, de la supremacía de género y de las cárceles y la muerte para los y las libres; siempre aprisionó a “las brujas” y los insumisos hasta la hoguera, el cepo, la cadena y la muerte
Sin embargo la transformación de la artesanía y el folclore en arte, los ministerios de cultura lo olvidan, es un salto de lo particular a lo universal.
Por eso lo universal se acerca más a la izquierda
Pero cuando se observa el arte socialista siempre aparece algo que va mas allá: el hombre y la mujer alcanzando las estrellas, como lo vemos en la escultura de Betancur en Medellín en su propio centro universitario.
Dicen que el ELN secuestró al maestro Betancur y no me extrañaría
Siempre hay arte que va más allá de la izquierda, que escapa libre de la izquierda.
La izquierda decadente quiso encarcelar a Stravinski, no entendió la sensibilIdad de Pasternak, y lo hizo escapar, hizo cárceles también para el arte, y demostró que lo universal le quedaba grande, y volvió al concepto de Nación y abandonó lo universal, las internacionales se acabaron y su himno mayor se quedó sin alama.
La bandera roja de los marxistas o la rojinegra de los anarquistas qué gritaban libertad o muerte, terminó matándose entre sí en Barcelona, o más antes, una mato a la otra con los marineros de Kronstadt qué habían disparado contra el palacio del Zar, o aquí en Colombia la rojinegra, terminó sucia asesinando a los aurelianos en el cuerpo del campesinado como cualquier chulavita o paramilitar de la extrema derecha.
El Arte fue censurado por la izquierda después de ser suyo y perdió el arte.
Él violín rojo fue perseguido por derechas e izquierdas en diferentes fases de la historia como lo dibuja la bella película.
Pero ese arte que supera lo universal, es simplemente humano.
Lo humano, supera lo universal.
Es por eso, por lo cual la izquierda tradicional ya no entiende del porqué de la crisis climática y de su lucha decidida contra quienes desde el capital quieren irradiar, aún más, el uso generalizado del carbón y del petróleo, o sea, lo que hoy llamamos capital fósil, el progresismo latinoamericano se quedó en el petróleo, lo discutí con Mujica.
También el progresismo se quedó en la mercancía y no en la persona
La derecha entiende menos: sabedores por la ciencia que puede extinguir la vida, el capital fósil se ha convertido en enemigo de la vida.
La universalidad que era de la izquierda y que se basaba en la clase obrera como sujeto universal se la revolución, un grupo, hoy debe ser superada. L
a izquierda portadora de una idea revolucionaria, como cualquier revolución social, económica, cultural o espiritual, tiene una frontera
Jesús alcanza la universalidad por la humanidad
Se quedó con un grupo, una clase social que dijo representar y cambió el concepto de revolución mundial por nacional, perdió universalidad.
Cambio la libertad por la cárcel Lo que supera la universalidad, no es retroceder al grupo, sino es el avanzar a la humanidad; lo que defenderá la vida planetaria es la humanidad, el nuevo sujeto revolucionario de la historia, porque las revoluciones de hoy son las revoluciones que luchan por la vida y no solo por una clase o un pueblo.
Por eso el arte que alcanza las estrellas
FUNDADORES DE LOS TUPAMAROS
RAÚL SENDIC ANTONACCIO
Raúl Sendic Antonaccio, conocido como “el Bebe”, nació el 16 de marzo de 1925 en Chamangá, Flores.
Al culminar la Secundaria en 1943, se trasladó a Montevideo, donde cursó estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. No se recibió de abogado por decisión propia, pero sí obtuvo el título de procurador.
Junto a otros militantes de la izquierda organizó un grupo de acción directa que luego se integró al denominado “Coordinador”, y conformó el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).
Con posterioridad organizó la Unión de Trabajadores del Azúcar de Artigas (UTAA), los cañeros o los peludos, con quienes realizó varias marchas hacia Montevideo.
En agosto de 1970 fue detenido y encarcelado en el Penal de Punta Carretas, y casi un año después, en septiembre de 1971, protagonizó junto a 105 tupamaros y seis presos comunes la fuga masiva de la cárcel conocida como “Operación El Abuso”.
En 1972 fue herido en el rostro en un enfrentamiento armado con los Fusileros Navales, en la Ciudad Vieja. Fue uno de los rehenes de la dictadura militar.
Sendic fue liberado junto a sus compañeros en marzo de 1985, tras el retorno a la democracia.
Falleció el 28 de abril de 1989 en París, donde había viajado para tratarse de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth.
El 8 de mayo de 1989 sus restos fueron sepultados en el cementerio de La Teja.
Julio Marenales
Fue uno de los que encabezó la lucha armada durante la década del ’60, junto a dirigentes políticos como José Mujica, luego presidente del país
Julio Marenales
Julio Marenales, ex guerrillero, fundador del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) de Uruguay y prisionero durante la dictadura cívico-militar del país sudamericano, falleció a los 89 años y este miércoles fue recordado por la izquierda uruguaya.
Marenales fue una de las personas que encabezó la guerrilla armada durante la década del ’60 en Uruguay, junto con destacados dirigentes políticos como el que después fuera presidente del país José Mujica.
El ex tupamaro participó de varias acciones de este movimiento y fue apresado por el gobierno democrático en 1964 y entre 1968 y 1971, en la cárcel de Punta Carretas, ubicada en Montevideo.T
En dicha prisión, Marenales participó de uno de los hechos que marcaron la realidad política de esa época en Uruguay, que fue “la fuga de Punta Carretas“, cuando un centenar de guerrilleros tupamaros -entre los que se encontraban Mujica y el ex ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro (1942-2016)- lograron cavar un túnel y escapar.
En 1972 (un año antes de que comenzara la dictadura en el país austral, que duró hasta 1985), el MLN-T fue derrotado por el Gobierno de Juan María Bordaberry y todos sus dirigentes, entre ellos Marenales, fueron llevados a prisión.Julio Marenales
Durante todo el periodo dictatorial, Marenales y sus compañeros de lucha se mantuvieron en la cárcel y no fueron liberados hasta el retorno a la democracia.
El guerrillero también fue uno de los responsables de la formación del Movimiento de Participación Popular (MPP) que se creó para unirse a la coalición de izquierdas, el Frente Amplio (FA).
El MPP, movimiento que hoy tiene a Mujica como su principal líder, actualmente es uno de los sectores con mayor popularidad dentro del oficialismo.
Pese a la histórica relación entre Mujica y Marenales, en los últimos años se distanciaron e incluso semanas antes de su fallecimiento el ex tupamaro acusó al ex presidente de ser “un showman internacional“.José Mujica (Lihue Althabe)
El MLN-T informó de la muerte de Marenales y lo describió como “un revolucionario” con un “pensamiento transgresor“.
“El viejo vivió como pensaba, fue y es un revolucionario que no abandonó nunca sus principios, un compañero consecuente, austero, que con su entrega permanente nos ha enseñado el valor de la lucha y de no anquilosarse con lo establecido”, afirma el movimiento en un escrito.
Además, los tupamaros señalaron que, a petición del propio dirigente político, no se hará acto velatorio de ningún tipo.
“Sabemos que el viejo Julio permanecerá presente, como horizonte posible, en cada acto cotidiano de sus militantes, en esta construcción de una patria para todos”, concluye el texto.
El MPP también lo despidió en su cuenta oficial de Twitter y destacó que Marenales les enseñó que “en la vida hay que hacer lo que se dice y vivir como se piensa“.
Otros dirigentes políticos del FA también publicaron palabras en recuerdo al ex tupamaro, como la precandidata a la Presidencia Carolina Cosse, quien cuenta con el apoyo del MPP, y lo describió como “un valioso compañero, de gran visión y compromiso“.
Una cicatriz, una rumba, una revolución
En un retén del Ejército, en medio de la ruta, lo detuvieron. Sabían que había una forma inconfundible de reconocer al Comandante Pablo, líder del Movimiento 19 de abril (M-19): su cicatriz en la pierna izquierda era la “seña particular” difundida por todo el país.
El Comandante, con tranquilidad, se levantó el pantalón. No había cicatriz. Después de las disculpas del militar por la confusión, siguió su viaje. Inexplicablemente se había salvado: la pierna que le había mostrado al militar era la derecha… Pablo era el tipo más buscado en Colombia desde hacía más de cinco años. Porque no era afecto a los reglamentos, ni siquiera pudo haber sabido que en el de «la Sociedad de Amigos de la Escondida» el método más denostado, el prohibido, era el de estar a la vista de todo el mundo. Como si con poner cara de inocente y andar como si nada bastara para engañar a policía, ejército y servicios secretos…
Cuatro días antes de ser devorado por la selva, había festejado su cumpleaños 43 en Santa Marta, su pueblo natal: rodeado de familia, amigos, mangos y rumba. Es que, afirmaba: “La mejor forma de guardarse es dejarse ver. A mí me paran a cada rato y me dicen que me parezco mucho a Jaime Bateman”. Jaime Bateman Cayón, el Comandante Pablo, el Flaco, había nacido el 23 de abril de 1940 en Santa Marta, Colombia. Cuenta su madre, Clementina Cayón, que de niño “lloraba con grito fuerte. Tenía la energía de los seres que protestan por llegar a un sitio desconocido”.
A los tres años padeció de cerca la prepotencia de las multinacionales: su familia vivió poco tiempo en Guacamayal, zona bananera propiedad de la United Fruit Company; y tuvo que emigrar del barrio Sevilla porque, dice Clementina, “era de americanos, ellos tenían cine, club, neveras; nosotros vivíamos en tambos con el agua y las culebras debajo”. Después de ser expulsado del Liceo por su activismo político, encontró en la Juventud Comunista un espacio desde el cual desarrollar sus inquietudes; viajó a la Unión Soviética a estudiar Ciencias Políticas y marxismo y cuando regresó a Colombia a principios de los sesenta ya se libraban fuertes luchas sociales. Por esa época, otra de sus influencias fue la de Camilo Torres, a quien respetó y admiró por su entrega; del cura guerrillero aprendió que “la revolución tiene que ser popular; hay que hacerla con todo el mundo”. Así que Jaime se fue al monte junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque al poco tiempo surgieron las primeras diferencias: El Flaco percibía que la guerrilla no avanzaba ni se desarrollaba lo suficiente en las zonas de influencia y planteaba la necesidad de combinar el accionar rural con el urbano. Esas críticas le valieron la expulsión y hasta una sospecha de infiltración, de la que se arrepentirían años más tarde.
El espacio en el que pudo articular su perspectiva de una organización nueva, que superara el dogmatismo de los grupos armados y que intentara erigirse en un verdadero movimiento de masas fue el M-19, que conformó junto con un grupo de antiguos miembros de las FARC, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de la Alianza Nacional Popular (ANAPO) y otros dirigentes sociales, a mediados de 1973. Tres años antes, se habían desarrollado las elecciones presidenciales en Colombia. Por el ANAPO, el candidato era el general Gustavo Rojas Pinilla (un caudillo con dudosos métodos democráticos, pero que sin duda era el más popular de los candidatos), que terminó perdiendo las elecciones y quedó en el aire una sensación de fraude. El ala socialista del ANAPO sufrió la desilusión por la pasividad de su líder ante semejante despojo y vislumbró la posibilidad de que el pueblo expresara su bronca más allá de las urnas. Iván Marino, Álvaro Fayad, Luis Otero, Carlos Pizarro, Carlos Toledo, Antonio Navarro, además de Bateman y otros compañeros, toman la fecha del fraude para el lanzamiento de su Movimiento y salen con un lema como bandera: “Con el pueblo, con las armas, al poder”.