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Un gabinete no debe ser una lucha por los votos del pueblo, se daña así el gobierno y el pueblo.

Hay un tiempo para cada cosa, como dice el cantar de los cantares.

Y menos debe haber una lucha furiosa entre quienes deben es aliarse.

De nuevo caemos en el error que no puedo permitir de romper el campo democrático y popular.

Si el fascismo y sus Nazis vuelven al poder en Colombia derramarán mucha sangre del pueblo y de sus jóvenes, como lo hicieron en 1933 en Alemania, o en 1936 en España, o en 1922 en Italia, o en en 1946 en Colombia.

La unidad de las fuerzas democráticas es un deber y es imperativa, el ego individual, o el tribalismo, o el ego de grupo sectario, no puede impedirlo.

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