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- Rata de dos patas,
- Tres veces te engañé,
- Las mujeres mandan,
- Cheque en blanco,
- Que me lleve el diablo,
- Hombres malvados,
- Viejo rabo verde y
- El consejo,
- son algunos de los muchos éxitos que deja en la memoria de todos sus seguidores Francisca Viveros Barradas, conos¿cda como Paquita la del Barrio, quien falleció este lunes, 17 de febrero en su natal Veracruz.
Sus canciones, llenas de sentimiento y rabia, son la voz de muchas mujeres que, como ella, han sufrido desengaños amorosos. A lo largo de su carrera, Paquita dedicó sus interpretaciones más famosas a su esposo, Alfonso Martínez, quien fue el amor de su vida, pero también su “tormento”.“Rata de dos patas” y “Me saludas a la tuya”, tienen una historia personal detrás. Estas canciones fueron inspiradas por la experiencia de infidelidad a la que la sometió su pareja durante muchos años. Fue a través de la música que Paquita encontró la forma de expresarse sobre la traición de su segundo esposo.Alfonso Martínez fue un hombre que marcó la vida de la cantante.
Se conocieron en la década de 1970, cuando Paquita decidió dejar atrás su pueblo natal, Alto Lucero, Veracruz, y mudarse a la Ciudad de México.(Le puede interesar:
Después de haber terminado su primer matrimonio con un hombre llamado Gerardo, Paquita se trasladó a la capital mexicana en busca de nuevas oportunidades. Allí encontró refugio en un par de personas que la recibieron a ella y a sus dos hijos, permitiéndoles comenzar una etapa distinta.En ese tiempo, Paquita cantaba en un restaurante y fue ahí donde conoció a Alfonso Martínez, quien, en poco tiempo, se convirtió en su pareja. Su relación fue duradera, ya que estuvieron casados durante 30 años.En una entrevista con Gustavo Adolfo Infante, la cantante relató cómo la primera vez que sorprendió a Alfonso siendo infiel, iba llegando a su casa acompañada de su hermano. En ese momento, vio a una mujer salir de su hogar, y en ese instante, Alfonso se fue con ella.El ícono de la ranchera mexicana también mencionó que el impacto de esta revelación fue tan grande que nunca más volvió a enamorarse. La mujer murió soltera y disfrutando de sus ocho nietos.