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Hoy es 26 de abril, y en un día como hoy, asesinaron al comandante del M19 y candidato presidencial, Carlos Pizarro.
Hoy envío este mensaje al comandante, esté donde esté:
“Te mataron por hacer la paz para Colombia. Porque querías los vientos de la democracia en la Gran Colombia. Porque querías que fueran más felices todas y todos. Te mataron porque amabas la Vida, no solo la tuya, sino la de los demás, la vida humana, la vida del planeta, te mataron porque querías menos sufrimientos para el pueblo y porque querías una humanidad libre. Una humanidad libre no es una abstracción, una humanidad libre consiste en que cada ser humano, cada persona, tenga derechos, cubra sus necesidades físicas fundamentales, quizás derechos tan simples, pero que la codicia quiso hacer inalcanzables; solo si lo logramos, comandante, y estamos cerca y te informo, la humanidad será libre, el pueblo ya lo sabe, y tiene en su corazón a Bolívar y a su espada, y la espada de Bolívar esta con nosotros, la tenemos comandante, y es del pueblo y lo guía, y ya sabe el pueblo que es él, el gran comandante, y empieza a decidir las cosas en la Gran Colombia. Ya sabe el pueblo que si tiene sus derechos, será libre; lo dijo el filósofo Hegel que te acompaña: superar la necesidad es la libertad. En la Gran Colombia se lucha hoy por las reformas para garantizar los derechos, y son millones los que luchan, la Gran Colombia se está liberando, estamos cumpliendo comandante. Eres ya libre, como le dije tambien al Papa Francisco, que creo te acompaña: la muerte acaba la vida de una persona, pero la energía sigue, y se junta poderosa más allá, en la energía sideral, lo dice la primera ley de la termodinámica, lo dice la ciencia. Comandante Carlos Pizarro, desde esta presidencia que debió ser tuya, pero te asesinaron para que no lo fuera, hoy con el alma atribulada por las muertes de tantos amigos que se van como Francisco, el Papa, y empezando este dia de abril revolucionario, te tengo que decir, comandante, que he sabido sobrevivir, no se como, y que sigo en la trinchera vivo y, que solo salgo de ahí, sin fusiles y sin armas como tú, muy libre, a abrazarme con el pueblo, y el pueblo me ha protegido y me quiere comandante, como a ti te quería, no debes estar solo, me decías, hay que liderar, seguí tu consejo, ahora me acompañan multitudes poderosas, y su amor me rodea, y era cierto, era verdad, que la certeza del amor protege, como decía el brillante Jaime Bateman que estoy seguro, está a tu lado, y pude llegar a tu presidencia, que te interrumpieron los codiciosos, los guerreros de la muerte, que tantos colombianos han matado y que nos quieren condenar como estirpe, para ser eliminados como los aurelianos, pero pude llevar tu sombrero que usabas, al consejo de ministros y lo hice patrimonio nacional, a pesar de la oposición de los amantes de la muerte, los herederos de tus asesinos, pero no les hice caso, solo al pueblo hay que obedecer, y sus leyes dignas, por eso te hablo como vivo, porque si uno piensa en la muerte ya uno esta muerto, y ellos, tus asesinos y malquerientes, ya estan muertos en vida por no saber amar al pueblo, como decía Bateman, el samario; tu me lo dijiste allá en Natagaima, donde juntos mirabamos la quebrada hermosa, tu igual hermoso, mas que por tu físico, que envidiaban, por tu alma libre que aparecía en la mirada y la sonrisa, que la revolución era la paz. La revolución era la paz, hermano, compañero. Vuela libre y feliz compañero, hemos luchado por la vida y allá, donde estés, como energía que se transforma y fluye, siente que aun aquí, seguimos resistiendo hermano, y que cada vez más creemos en, y hacemos el poder del pueblo; que la Gran Colombia, esa bella que amamos, pueda liberarse, pueda hacer esa revolución abierta al mundo, que una vez escribiste, una revolución mundial por la vida; lo estamos intentando y se acerca,
los oficiales de Bolívar seguimos combatiendo y gritamos,
rompan filas, la hora ha llegado”