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“Beatriz González pertenece a una generación que ha dejado una huella muy importante en el arte y la historia de nuestro país: formó parte de un grupo de vanguardia que se desarrolló en la Universidad de los Andes en el que estaban Marta Traba, Juan Antonio Roda y Luis Caballero, entre otros”, explicó Patricia Zalamea, decana de la Facultad de Artes y Humanidades.
Por tanto, el Consejo Superior, El Rector y el Consejo Académico de la Universidad de los Andes confirieron a la maestra Beatriz González, reconocida artista, historiadora del arte, curadora e investigadora colombiana, “el título de Doctora Honoris Causa en consideración a sus contribuciones al desarrollo de las artes plásticas a través de una obra destacada nacional e internacionalmente; por su visión ética y política, en la que combina un lenguaje universal con la memoria y las imágenes populares en un contexto local; su contribución al desarrollo de la investigación de la historia de arte y la cultura intelectual colombiana del siglo XIX; y a la formación de múltiples generaciones de artistas, historiadores del arte, curadores e investigadores educados con visiones amplias de las artes y la historia de Colombia”, informó la universidad en un comunicado.
El conjunto de la obra de la maestra Beatriz González, egresada uniandina de bellas artes en 1962, es relevante nacional e internacionalmente y se caracteriza, además de su riqueza, por darles un espacio a las imágenes de la cultura popular y cotidiana de Colombia junto a las tradiciones más amplias del arte. Sin embargo, como lo escribe el Museum of Fine Arts de Houston, “su mayor aporte al arte contemporáneo quizás sea la profundidad e intensidad con que aborda el dolor en lo individual y en lo colectivo”.
De hecho, una buena parte de las obras de Beatriz González está dedicada a tratar temas relacionados con el conflicto armado y la memoria histórica de Colombia. “Yo pienso que lo que hago yo y que he hecho siempre es hacerle un servicio a la memoria. La memoria es cuestionada, la memoria es frágil. […] En cierta forma al transformarlas [las noticias de los periódicos] en una obra de arte, la gente accede más, porque uno mira esto [en el periódico] y retira la mirada. Para mí, uno necesita conmoverse y no ser un receptor frío”, cuenta la maestra en una crónica audiovisual que guarda Señal Memoria.