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Contra todo pronóstico y afrontando la ‘nueva realidad’ que se originó tras la pandemia del COVID-19, se fabricó en Floridablanca el pesebre más dulce del mundo. Se trata de una obra inigualable que pesa cerca de 450 libras y mide al menos 12 metros.

• para la creación del pesebre se necesitaron 21 días para construir la escarpa, instalar luces, hacer soportes y figuras; más 10 días para construir árboles y casas, estás últimas hechas con láminas de arequipe.

Aunque el arequipe es el ingrediente principal de este pesebre, las manos creadoras también utilizaron azúcar de colores, brownies, dulce de apio, dulce de arroz, dulce de sidra, recortes de oblea, mazapán, cortado de leche y coco deshidratado.

Con la utilización de todos estos productos, el diseño se vuelve comestible, pero por razones de bioseguridad solo permanecerá expuesto para los cientos de visitantes que se esperan recibir, hasta el 11 de enero, en la carrera 7 #4-51 del Casco Antiguo de Floridablanca, junto a la Casa de la Cultura Piedra del Sol.

Cristian Mauricio Jiménez, propietario de Tentaciones, Dulces y Obleas y creador del dulce pesebre, aseguró que ya son ocho años consecutivos armándolo, utilizando temáticas diferentes. En esta oportunidad su inspiración la dividió en tres fases.

“Tenemos un muro de fe, de cuatro metros donde los visitantes dejan sus peticiones y deseos para el próximo año, además pueden leer mensajes motivacionales. En los otros ochos metros tenemos una parte donde se muestran las diferentes afectaciones que el ser humano le ha causado a la tierra, como montañas destruidas, retroexcavadoras, tala de árboles, contaminación de río, así como basura en las calles; y, por otro lado, está la tierra prometida, donde se refleja el amor, la unión, el respeto por la vida, la tolerancia, la armonía y la naturaleza”, comentó.

Para Jiménez, con esta propuesta lo que “estamos mostrando es que somos nosotros los que estábamos acabando con el planeta, pero a pesar de todo eso Jesús cree que cada una de las personas puede aportar al cambio en algún momento para alcanzar la tierra prometida”.

De lunes a viernes, de 9:00 a.m. a 12:00 m. y de 2:00 p.m. a 9:00 p.m., estarán abiertas las puertas para todas las personas y familias que deseen conocerlo. Los sábados, domingos y festivos, la atención al público será en jornada continua de 9:00 a.m. a 9:30 p.m.

“Se están recibiendo 10 personas máximo por cada momento para mantener los protocolos de bioseguridad. Se les explica la temática. Y si se quieren ganar un premio participan en un concurso que consiste en buscar nueve figuras perdidas del pesebre”, comentó Jiménez, quien en los últimos años, precisamente, se ha caracterizado por innovar con la preparación de las obleas, entregando sabores diferentes como oblea de chicharrón, de chorizo, de aguacate y de hormigas culonas, entre otras.

“Teníamos duda de hacer el pesebre por la dificultad económica que atravesamos a raíz de todo lo del COVID-19. Estuvimos a punto de acabar con una tradición familiar. Esperamos que nos visiten, nos apoyen, porque seguimos en el proceso de reactivación económica. Quienes quieran tener un pesebre dulce en casa, con productos frescos, para comérselo, estamos dispuestos a hacerlo también, ya sea para este año o para el próximo”, precisó.

El próximo 11 de enero se realizará una misa para orar por todas estas peticiones que se dejarán en el muro, ya que no se pudo rezar la novena de aguinaldos, como venía programándose año tras año.

DATO: Siete personas trabajaron este año en la creación del pesebre. Para la construcción de las casas se utilizaron láminas de arequipe que luego de dejarse secar, se llevan al horno, se deshidratan y se pegan con dulce de apio.