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Presidente Petro propuso crear un fondo nacional con vigencias futuras, a 20 años, para revitalizar la selva, como en el Putumayo
• Así lo expresó el Mandatario, durante el encuentro con líderes comunitarios, indígenas y campesinos de Puerto Leguízamo, Putumayo, a quienes invitó a sumarse a los Diálogos Regionales Vinculantes y construir su futuro.
• Cada familia que se acoja a este programa de revitalización de la selva, la cuide y la deje reverdecer, recibirá entre $2 a $3 millones mensuales, y tendrán concesiones hereditarias por cuidar el suelo de la nación.
• Advirtió que hay dos millones de hectáreas de selva en peligro de ser destruidas.
El Presidente de la República, Gustavo Petro, propuso este sábado a la comunidad de Putumayo discutir y acoger la propuesta del Gobierno del Cambio, de crear un fondo nacional con vigencias futuras, a 20 años, que tenga como objetivo revitalizar la selva amazónica.
El Jefe de Estado explicó esta iniciativa a los líderes comunitarios, indígenas y campesinos de Puerto Leguízamo, en el departamento de Putumayo.
“Estamos dispuestos a crear un fondo abierto a la nación y al mundo, financiado por el presupuesto nacional, y no por los cuatro años de Gobierno; queremos aprobar a través de procedimientos legales unas vigencias futuras durante 20 años, tiempo en el que creemos la selva se puede regenerar, con unas cuantías del presupuesto nacional mínimas” afirmó, indicando que también tendría apoyo mundial.
Manifestó que esas cuantías buscan que esas familias puedan recibir un ingreso de $2 a $3 millones mensuales de hoy. “El intercambio de ese dinero pago de servicio ambiental sea porque esa familia se dedica a dejar que la selva crezca en su potrero” añadió, explicando que propuso, además, haya un límite de 200 hectáreas por familia.
“Los invito a que hagamos este fondo poderoso, asegurado durante 20 años, independientemente de cuál Gobierno llegue, que permita que las familias del Putumayo que se inscriban en este programa puedan ayudarnos a reconstruir la selva amazónica y se pueda vivir dignamente de ello”, puntualizó.
Agregó que el contrato que se firme con cada familia le dará unos derechos, unas concesiones de tierras hereditarias, y no de propiedad, ya que la selva es pública, es el baldío, el suelo de la nación.
Investigación y usufructo
El Presidente Petro dijo que la academia y las instituciones dedicadas a la investigación tendrán la posibilidad de hacer desarrollo, con el fin de poder sacarle provecho a los miles de productos que pueden ser utilizados por la humanidad, como nutrientes, transformadores e insumos para la industria y la base económica del Putumayo. Sumados también los saberes ancestrales.
“Lo que se veía como maleza, que había que destruir y que se sigue destruyendo hoy, quemándola; quemando lo que podría ser la principal riqueza de la región: la biodiversidad, la cantidad de posibilidades benéficas incluso para la humanidad, de productos naturales que la selva misma recrea, crea, transforma, y que simplemente hay es que conocer, como bien venían haciendo desde hace mucho tiempo, las comunidades indígenas”, añadió.
Manifestó que la sustitución de cultivos no es solo la de la hoja de coca por otro producto, como el cacao, por ejemplo, sino para dejar crecer la selva, que se revitalice.
Agregó que competir contra el narcotráfico no es fácil, pero si ese es el camino que eligen los putumayenses el Gobierno los respaldará a fondo. “Sustituyamos la coca por selva. Y pagamos”, dijo, ratificando que de esta forma también se reduciría la violencia en la región.
El Mandatario expreso su preocupación con el riesgo que corren actualmente dos millones de hectáreas de selva que están en peligro de destrucción y como “el Putumayo está en la vanguardia de esa destrucción. ¿Destruimos la selva en el Putumayo, o revitalizamos la selva en el Putumayo?”, puntualizó.
Agregó que la propuesta final es que la gente se pregunte ¿qué Putumayo queremos? Y, por tanto, los invitó a sumarse a los Diálogos Regionales Vinculantes, con el fin de contribuir con la construcción del Plan Nacional de Desarrollo.
“Habría que hacerse una pregunta, ¿qué es el diálogo social? Un diálogo social en la perspectiva que participe la sociedad en el diseño de lo que se quiere en el territorio, no lo que yo crea que es conveniente sobre el territorio, o algún técnico por aquí, de Planeación Nacional, o de un Ministerio o un Gobernante local; sino lo que la sociedad misma, a través de su experiencia vital, la de habitar el territorio por generaciones, quiere de su propio territorio, de su lugar”, aseveró.