98 líderes sociales han sido asesinados en el 2018
El informe recoge el asesinato de excombatientes de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) así como de sus familiares.
De acuerdo a las cifras del documento, enero fue el mes en que más asesinatos de líderes presentó (27) seguido de marzo con (21), mayo (18), mayo (18), febrero (17) y junio que en tan solo 5 días, ya han sido asesinados 3 líderes.
En el documento también se evidencia que las zonas donde más se han presentado la mayor cantidad de asesinatos son: Arauca, Cauca, Antioquia, Norte de Santander, Santander, Valle del Cauca, Nariño. El texto indica tres asesinatos realizados en la ciudad de Bogotá el cual es visto como un hecho atípico.
Sin respuesta del Gobierno
La corresponsal de teleSUR en Colombia, Paola Fernández indicó que la Organización Nacional indígena de Colombia han denunciado ante el Estado colombiano la situación sin recibir respuesta de las autoridades.
Fernández sostuvo la organización indígena ha entregado al Gobierno alertas tempranas para garantizar la seguridad de los líderes sociales e indígenas y permitir la labor social en las comunidades rurales. Sin embargo no han recibido la atención debida.
Razones de los asesinatos
El coordinador de la unidad de investigación de Indepaz, Leonardo González en conversación con el medio colombiano RCN informó que los estudios realizados han detectado que la expansión de los paramilitares, el aumento de narcotráficoy la falta de implementación de los acuerdos de paz, están entre los principales motivos de estos asesinatos.
González indicó que “La recomposición de los territorios dejados por las FARC ha propiciado la entrada de nuevas fuerzas a estos lugares sobre todo aumento en la llegada de grupos paramilitares”.
El investigador explicó que los líderes se han visto amenazados por la llegada de carteles mexicanos de droga que ya empiezan a ocupar lugares cada vez más grandes “hay alianzas y negocios que están empeorando esta situación, como la coca, la minería ilegal, el tránsito de elementos en fronteras, las reorganización de redes mafiosas como narcotráfico y la llegada al país de carteles mexicanos”.
En opinión de González es necesario que el Estado colombiano aumente su presencia en los territorios que no se puede ceñir solo a lo militar, “debe ser su presencia más efectiva y sobre todo en las zonas afectadas, fortalecer los instrumentos de autoprotección como las guardias indígenas, cimarronas y campesinas”.