En Colombia hay “ injusticia e inequidad social. Corruptos personales y grupales egoístas y desaforados contra lo destinado para el bienestar de todos, con un marcado irrespeto por la vida “: FRANCISCO
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Más de un millón de personas fueron testigos de la primera homilía del Papa Francisco en Colombia
“Aquí (en Bogotá y en Colombia) se encuentran multitudes anhelantes de una palabra de vida,que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido y la belleza de la existencia humana. Estas multitudes de hombres y mujeres, niños y ancianos habitan una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos”, dijo el Papa.
Pero además de tanta luz, en Colombia hay tinieblas. “Las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo”, precisó el Papa Francisco.
El máximo representante de la Iglesia Católica recordó que la sociedad puede enredarse en discusiones interminables y sumar intentos fallidos que conducen a nada, como ese período de seis años llamado la “patria boba” que dio origen a lo que hoy es la República de Colombia.
“Pero como Pedro, también somos capaces de confiar en el Maestro, cuya palabra suscita fecundidad incluso allí donde la inhospitalidad de las tinieblas humanas hace infructuosos tantos esfuerzos y fatigas. Pedro es el hombre que acoge decidido la invitación de Jesús, que lo deja todo y lo sigue, para transformarse en nuevo pescador, cuya misión consiste en llevar a sus hermanos al Reino de Dios, donde la vida se hace plena y feliz”, señaló el Papa.
Francisco recordó a los feligreses que echar las redes del pescador no es responsabilidad de un solo hombre, sino de toda la comunidad cristiana. “También multitudes que viven en Bogotá y en Colombia pueden llegar a ser verdaderas comunidades vivas, justas y fraternas si escuchan y acogen la Palabra de Dios”, dijo.
El Papa hizo un llamado a “hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria. (…) Jesús nos invita a ir mar adentro, nos impulsa al riesgo compartido, a dejar nuestros egoísmos y a seguirlo. A perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida”.