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“Este monumento simboliza todo el sentido de nuestra lucha: dejar las armas para construir una sociedad sin violencia, con esperanza, justicia social y dignidad”, dijo Diego Ferney”, firmante del acuerdo de paz.
“Comprender que esto que hoy hacemos aquí es, de cierta manera, darnos un abrazo colectivo y volver a encontrarnos siendo distintos”, Mario Opazo.

Nueva York, 11 de julio de 2024
En el corazón de la sede de Naciones Unidas, el Jardín de las Esculturas se convirtió en un espacio de esperanza y reconciliación con la inauguración del Monumento Kusikawsay, una obra del artista chileno Mario Opazo. 
La ceremonia, que contó con la presencia del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se convirtió en un símbolo del compromiso con la paz y un reconocimiento al apoyo internacional al acuerdo de paz de 2016.
“Este monumento simboliza todo el sentido de nuestra lucha: dejar las armas para construir una sociedad sin violencia, con esperanza, justicia social y dignidad”, dijo Diego Ferney, firmante del acuerdo de paz, quien viajó a Nueva York por primera vez para expresar su agradecimiento a la comunidad internacional.
Ferney, quien ingresó a la guerrilla a los 19 años, enfatizó la importancia del apoyo internacional para la construcción de la paz en Colombia. “Sin el apoyo internacional y de todos ustedes, el acuerdo de paz no estaría vivo hoy en Colombia”, afirmó.

“Sabiduría y Vida”

El Monumento Kusikawsay, que significa “Sabiduría y Vida” en quechua, fue concebido por su autor como un espacio para conmemorar los vínculos culturales y la relación con el territorio, un recordatorio de la fuerza de la memoria para impulsar la transformación.
“El exilio que heredé de mi familia es un exilio que vemos también como auto exilio de la realidad, auto exilio del rito y es por qué hoy estoy aquí, porque esta era una urgente necesidad de rito”, explicó Opazo. 
“El desocultar de esta balsa, monumento, es un desocultar que también incide en esa dimensión simbólica, es un desocultar, es poner delante, hacer imagen en nuestra conciencia de aquello que somos y si lo pensamos en lo que somos en términos de rito, pensamos en que lo que somos es un volver a encontrarnos siendo distintos, es la magia del rito, volver al encuentro, a conmemorar nuestros linderos culturales, a conmemorar nuestros vínculos, nuestras relaciones interhumanas, nuestra relación con el territorio y el paisaje, siendo distintos”, puntualizó.
“Comprender que esto que hoy hacemos aquí es, de cierta manera, darnos un abrazo colectivo y volver a encontrarnos siendo distintos”, concluyó Opazo.

La inauguración del Monumento Kusikawsay en la sede de las Naciones Unidas es un símbolo de esperanza y un llamado a la reconciliación y la convivencia.

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