-.-

AudioVideo
“Pasar de 80 mil a 230 mil pesos para un viejo que no tiene, se llama comida rica, se llama un colchón amable, se llama una familia que lo abrace”, dijo el presidente Gustavo Petro durante la sanción de la Reforma Pensional en la Plaza de Bolívar.
Bogotá, 16 de julio de 2024
“Adorable presidente, honorable público, agradezco que hoy nos den 225 mil pesos; ¡soy muy feliz, gracias! Y por eso hago fuerza para que el gobernante que llegue al honorable público se acuerde de los pobres”, gritó desde el micrófono de la Plaza de Bolívar José del Carmen Estepa Carvajal, en su cumpleaños 89.
José del Carmen, vendedor de helados y reciclador, oriundo de Betéitiva, Boyacá, habló con alguna dificultad pero lúcido, lleno de emoción y con lágrimas en sus ojos, ante la multitud de abuelas y abuelos que se dieron cita para acompañar al presidente Gustavo Petro en la sanción de la nueva Ley de pensiones que les devolverá la dignidad a millones de personas que jamás soñaron con lograr una renta para su vejez.

El mandatario le cantó hoy el cumpleaños 89 a José del Carmen, beneficiario de la nueva norma que protegerá a tres millones de adultos mayores que antes no tenían derecho a una protección del Estado.

Era la 1:25 de la tarde y José del Carmen, que ha vivido por décadas en medio de dificultades económicas y en la soledad, compartió su cumpleaños con más de diez mil invitados, en directo por la televisión, que le cantaron en el otoño de su vida.
En el instante en que el jefe de Estado firmó la nueva ley de Pensiones, tres millones de personas, como él, tienen la posibilidad de sentir lo mismo, pues gracias a la Reforma recibirán mes a mes, hasta el último día de su existencia, 225 mil pesos, esos que a José lo hacen feliz, porque antes no tuvo nada.
En sus palabras, el jefe del Estado se acordó de él, en representación de los adultos mayores que pasan por iguales circunstancias: “José del Carmen, dijo el mandatario, es un beneficiario; eso que parece una tontería para el que tiene, pasar de 80 mil a 230 mil pesos para un viejo que no tiene, se llama comida rica, se llama un colchón amable, se llama una familia que lo abrace. Porque en ese abrazo va la energía de la vida. Ese simple hecho va cogiendo raíz en esta nueva Ley de pensiones, porque beneficiará a dos millones de viejos y de viejas”.
El mandatario dijo que por eso no hay que dejar perder la reforma: “Por eso le solicito a la justicia, desde aquí, que la miren desde los ojos, no del dólar, sino del amor, que es otra manera de medir, y puede ser más eficiente y eficaz, porque la Constitución de Colombia, cuando dijo Estado Social de Derecho, y ordenó al Estado todo, en sus tres ramas, construirlo como la salida a los problemas más grandes de este país, ahora demanda esa respuesta del Estado”.

El sol cómplice

Desde muy temprano, en la mañana, el sol se asomó alegre y radiante por todas las esquinas de la Plaza de Bolívar. Y bajo sus rayos llegaron cientos de viejas y viejos, apoyados en sus bastones, a paso lento, pero con la ilusión y la esperanza que habían perdido. Ahora, con la nueva Ley de pensiones, será posible para ellos recibir una mensualidad.
Hacia las 11:00 de la mañana, aún la plaza estaba vacía, pero por las calles ya comenzaban a llegar. Venían de todas partes del país a escuchar de viva voz al mandatario con la buena nueva. Lentamente fueron llenando la Plaza de Bolívar y se acomodaron algunos en sillas, mientras otros alzaron, animados, sus banderas de apoyo al Gobierno del Cambio.
Cuando arribó el mandatario con su gabinete, el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, y el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán, el público aplaudió y gritaba vivas al presidente. A su lado se sentó José del Carmen, en la mesa principal.
Y allá, a los que le cantaron el cumpleaños a José del Carmen, se unieron miles de adultos mayores que celebran hoy, con los 25 millones de colombianas y colombianas afiliados al sistema de pensiones del país, que hoy quedaron incluidos en la nueva ley, el mayor logro social, histórico, de esta primera mitad del gobierno del presidente Gustavo Petro, autor de la iniciativa aprobada en el Congreso de la República.

Mientras el mandatario hablaba a la multitud, recalcando que este logro era el resultado de “pensar en el interés general, no en el interés propio”, los adultos mayores, muchos campesinos, otros recicladores, otras madres cuidadoras, algunos en sillas de ruedas, se cubrían con sombrillas de todos los colores, con sus camisas, sus sacos o con las manos de la bravura del sol de mediodía. Era una fiesta de la dignidad.

​​Los asistentes escuchaban al jefe de Estado, quien afirmó: “¿Para quién es la ley sino es para la gente más humilde, para la gente toda de Colombia? No para hacerles el favor a unos pocos. Eso se llama egoísmo, eso se llama codicia. Y hay que tener presente, y el pueblo debe saber con claridad, que aquí se está presentando un conflicto entre el pueblo y unos pocos, pero con poder, que aún quieren que las riquezas del país vayan a unos pocos”.
José del Carmen no olvidará que este martes 16 de julio, el presidente Petro no solamente le celebró su cumpleaños número 89 en la Plaza de Bolívar, con torta y apagada de velitas incluida, sino que él y otros tres millones de adultos mayores, en situación de pobreza, por fin tuvieron otra opo​rtunidad sobre la Tierra, la posibilidad de una renta vitalicia, lo cual significa una vejez digna y una vida más amable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.