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El jefe de Estado intervino en la Conferencia Internacional Salvemos el Planeta, donde aseguró que “empecemos a actuar en lo local y nos vamos comunicando mundialmente” con miras a salvar la humanidad de la amenaza del cambio climático.
Chicago, Illinois (EE. UU.), 21 de septiembre de 2024
“Para detener la crisis climática se necesita una acción de cambio de la economía y de las relaciones políticas y de poder a escala mundial y rápida. Una revolución mundial”.
Con estas palabras, el presidente Gustavo Petro hizo un llamado para configurar un bloque social y político de pueblos latinos, africanos, afrodescendientes, árabes y de descendientes de otras culturas del mundo que permita “cambiar las relaciones de poder mundial, para que los que tengan el poder no sean los matarifes de la humanidad, sino los pueblos del mundo, la democracia global”.
El jefe de Estado, quien intervino en la Conferencia Internacional Salvemos el Planeta, en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, señaló que “empecemos a actuar en lo local y nos vamos comunicando mundialmente”, con el objetivo de “hacer un relacionamiento con la naturaleza que nos permita sobrevivir en el planeta y pensar más allá”.
Ese bloque social y político podría hacer que las sociedades del mundo “levantaran las banderas reales de la democracia, las banderas reales de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad”.
También propugnó por propiciar una sociedad pluricultural y pluriétnica, “como nos reconocemos los colombianos” empezando a actuar en lo local “y nos vamos comunicando mundialmente”.
Ese cambio, añadió el presidente Petro, “debe permitir cambiar las relaciones sociales de producción, de tal manera que las tecnologías no contaminen la atmósfera, que la lógica no sea acumular cosas, sino acumular experiencias, saberes, existencias, sentires, la intensidad de la vida humana que se concentra en el corazón y en el cerebro”.
Esa revolución mundial, dijo, “se puede configurar en Chicago, en pequeño, comparado con la tierra”, pero también “en Nueva York, en California, en Bogotá, en Caracas, en Buenos Aires, en Haití” y donde Estados Unidos, escoja a “la humanidad como aliada”.
Por lo que instó a la humanidad, que viene midiendo la riqueza “desde hace dos siglos y medio en dólares, en libras esterlinas antes, en euros, pero en realidad deberíamos medirla en el CO2 que se emite hacia la naturaleza, hacia la atmósfera”.