LP de vinilo vuelven a romper récords de ventas
Ya se venden tantos discos como en los años 90s.
El último disco de vinilo nuevo que compró el que esto escribe fue hace muy poco: se trata del disco Los Angeles, de Rosalía y Raül Refree. Hacía años que, con la excepción de algún LP de segunda mano, no compraba un disco en este formato. Al parecer, el caso del que escribe estas líneas no es para nada excepcional.
La empresa BuzzAngle calculó recientemente en un informe (PDF) que las ventas de estos discos se incrementaron en un 20,1 por ciento en 2017. Y ya son muchos años creciendo. Aunque lo cierto es que precisamente debido a su carácter de producto físico, y a las peculiaridades de los sistemas de ventas, no está del todo claro el número de unidades vendidas en todo el mundo.
Un informe dice que en 2017 aumentaron las ventas de esos discos un 20,1 respecto a 2016
Tengamos en cuenta que muchos de estos discos se venden en ferias del disco y mercadillos. También a través de webs tan conocidas como eBay. Además, algunos discos son prensados por discográficas muy pequeñas. Todo esto hace que las ventas sean complicadas de cuantificar.
En cualquier caso nos encontramos con noticias sorprendentes; como que el diario Independent el año pasado se hiciera eco de su en su momento de que el volumen de negocio de la venta de discos en vinilo había alcanzado una cifra que no se veía desde los años 90.
Cambios en el consumo
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles sigue siendo uno de los discos en vinilo que mejor se venden
Los motivos sobre cómo se ha llegado a esta situación son múltiples y tienen mucho que ver con los cambios de consumo de los que aficionados a la música. Evidentemente, existe un componente melancólico en la compra de estos discos. Basta con saber que uno de los títulos más vendidos en vinilo sigue siendo el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles. Pero la melancolía únicamente no explica el enorme auge del vinilo.
Los vetustos discos LP siempre tuvieron una gran virtud: sus enormes carátulas permitían que el contenedor de la música pudiese ser mucho más espectacular en lo que al diseño se refiere. De hecho, se llegaron a realizar, y se realizan, auténticos prodigios en la creación de esa clase de discos.
Hay auténticos prodigios de creación en las carátulas de los discos de vinilo
Por lo que el auge del disco de vinilo tiene mucho que ver con la resistencia a comprar libros digitales y a que sigamos prefiriendo leer en papel. El contenedor sigue teniendo su importancia, y seguramente será importante mucho tiempo. Además, no hay que menospreciar la concentración que supone escuchar un disco de vinilo frente a escuchar una canción en Spotify en un teléfono, dónde en cualquier momento nos puede llegar la notificación de que hemos recibido un correo del trabajo.
Pero hay algo más: la música digital lleva implícito seguir usando una pantalla para controlarla, algo que para algunos, aunque parezca mentira, es un problema. Por otra parte, es sabido que muchos discos de vinilo en cualquier caso permiten descargar una copia digital del disco si queremos escucharlo por la calle o en un coche.
La música digital lleva implícito seguir usando una pantalla para controlarla, algo que para algunos, aunque parezca mentira, es un problema
Y finalmente está el eterno debate sobre si un disco de vinilo reproducido con un equipo de calidad puede superar la calidad de audio de otros soportes. En realidad este debate es algo falso, pues sería complicado responder simplemente con un sí o con un no.
Es algo similar a lo que sucede cuando se compara la fotografía analógica con la digital: es cierto que las cámaras digitales han logrado unos niveles de definición que superan al típico carrete de 35mm. Pero hay otros aspectos a considerar: como por ejemplo la reproducción del color, que para muchos sigue siendo más convincente en película que usando un sensor digital.
Aguja para siempre
El viejo debate sobre la calidad del audio de un vinilo frente a un soporte digital sigue candente
Algo parecido sucede con el vinilo. En ciertos aspectos su sonido es mejor que el de una canción reproducida en un servicio de streaming o en un CD. Pero no hay que olvidar que hay montones de variables que influyen en esto: cómo se ha realizado la grabación del máster, el equipo con el que se escuche y también la calidad de la grabación en el disco de vinilo o en digital. Aunque esto, como decimos, es un debate interminable.
Por otra parte, aunque en principio parecen mucho más rentables los servicios de streaming, si pagas una cantidad de unos 10 euros mensuales, tienes a tu alcance un gran número de canciones, está claro que en el momento de darnos de baja de la plataforma no podemos volver a escuchar ninguna de esas canciones. Y esto, por muy evidente que parezca, es más importante de lo que sospechamos para entender el auge de los discos que suenan gracias al roce con una aguja.
Muchos discos incluyen la posibilidad de descargarlos en formato digital para escucharlos fuera de casa