Carles Puigdemont ha abierto la puerta al desbloqueo de la XII legislatura catalana al anunciar su intención de permanecer en Bélgica y dar un paso al lado “provisional” para que otro candidato se presente a la investidura de presidente de la Generalitat. Un cargo para el que el propio expresident ha postulado al presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, en prisión provisional desde hace cuatro meses y medio acusado de sedición.
En un mensaje transmitido desde Bruselas a través de las redes sociales, Puigdemont ha explicado que hoy ha comunicado al presidente del Parlament, Roger Torrent, que de forma “provisional” no presente su candidatura a la presidencia de la Generalitat. “Le he pedido que inicie lo antes posible la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para proceder a la elección un nuevo candidato a la presidencia de un Govern autonómico”.
Una candidatura para el que JxCat propondrá a Jordi Sànchez: “Es el número dos de nuestra lista y representa como nadie los valores de JxCat y es un hombre de paz, injustamente encerrado en una cárcel española”. Para Puigdemont, la candidatura de Sànchez “es la única manera de acordar un nuevo Govern en las actuales condiciones”.
Ratifico mi firme voluntad de mantener la legitimidad de la república votada por los ciudadanos el 1 de octubre”
En todo caso, Puigdemont ha recalcado que este paso al lado temporal no supone una renuncia: “Ratifico mi firme voluntad de mantener la legitimidad de la república votada por los ciudadanos el 1 de octubre y confirmada por el Parlament el 27 del mismo mes”. Así, se compromete a “trabajar mientras pueda gozar de libertad” para hacer posible la mentada república.
Se hace evidente, así, la hoja de ruta con la que trabajan las fuerzas independentistas del Parlament y que esboza un binomio Bélgica-Catalunya. El 130.º presidente de la Generalitat estaría al frente del autodenominado Consell per la República, que ejercería desde Bruselas, en paralelo a un Govern efectivo que trabajaría con la premisa de “legalidad autonómica y la obediencia republicana” desde Barcelona. El expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, opositará a la presidencia del Executiu convencional una vez materializada la inviabilidad de investir a Puigdemont.
El TC dictaminó cautelarmente que si Puigdemont quería ser investido debía acudir presencialmente al Parlament y pedir autorización al juez Llarena
Y es que cabe recordar que después de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, nombrara a Puigdemont como candidato a la presidencia, el Gobierno central recurrió su posible investidura al Tribunal Constitucional (TC). Un recurso ante el que el tribunal de garantías constitucionales dictaminó dos medidas cautelares antes de entrar en el fondo del asunto: el candidato a president debía estar presente en el Parlament durante la sesión de investidura y, antes, tenía que contar con la autorización del juez del Tribunal Supremo que lleva la causa del procés, Pablo Llarena.
Una vez materializado el paso al lado temporal de Puigdemont, el Parlament reactivará los mecanismos para la sesión de investidura. De este modo, Roger Torrent reabrirá los contactos con los grupos del hemiciclo y, si se cumplen los plazos trazados por los partidos independentistas, la semana que viene ya podría celebrase el pleno para elegir president –se especula con que pueda ser el miércoles 7 de marzo–. Con todo, la elección de Sànchez quedaría pendiente de la decisión del juez Llarena y el TC, que se han pronunciado reacios a permitir su excarcelación e investidura.