8os de la UEFA Champions League. El Real Madrid elimina al PSG
El Madrid desactivó al PSG en el inicio y lo hizo pedazos después. La ganó 2-1 con goles de Cristiano y Casemiro. Fue expulsado Verratti.
Zidane no politiqueó con la alineación ni con el planteamiento. El Madrid tuvo más sentido del juego y más acierto. Y tuvo también a Cristiano Ronaldo, sobre el que ha girado su historia moderna.
Detrás de la humareda, las bengalas, las pancartas maleducadas, los mensajes subliminales y los que no lo eran tanto se escondió simplemente un partido, más bajo de pulsaciones de lo esperado, como convenía al Madrid. El PSG amenazó con un ambiente turco en la grada y una descarga de tormenta alemana en el campo. El público cumplió su parte del trato, el equipo francés no. Tardó cuarenta minutos en susurrar sus primeras ocasiones y anduvo siempre un punto encogido ante un Madrid pleno de templanza, conocedor del oficio y de la competición de la que se siente cofundador y en cierto modo copropietario.
Zidane construyó un once de alto o de bajo riesgo, según la óptica. Se permitió sentar a Bale y a Isco en aras de una alineación más proletaria, con Lucas Vázquez y Asensio como exteriores de dos direcciones. Y no expuso la convalecencia de Modric y Kroos a ese vendaval que anunciaba el PSG y que no lo fue.
Así que el Madrid jugó con inteligencia y sin chifladuras. Cogió a la primera que el PSG no estaba por descamisarse desde el pitido inicial y fue a buscar su salida de pelota a campo contrario. En ese manejo del tiempo y de espacio sólo Verratti pareció estar a la altura del compromiso. Sobre el italiano se colgó el equipo de Emery, al que la baja de Neymar desarmó anímicamente. Di María es un buen jugador de este mundo y el brasileño lo es de otro planeta. Nunca sintió el Madrid esa sensación de pánico moderado que le invadió en el Bernabéu cuando Neymar pasó a la acción.