2.500 años antes

Las pirámides mayas, el Partenón, un foro romano… Conocer las grandes obras de la humanidad motiva a viajar cada año a millones de personas. El portal Expedia pidió a una empresa de animación que tratara de recrear cómo fueron esos monumentos cuando aún estaban en uso. Y el resultado es sorprendente. ¿Te los imaginabas así?:

El Partenón de Atenas (Grecia)

Construido en época de Pericles para conmemorar la victoria sobre los persas, el Partenón dominaba la ciudad de Atenas desde la colina de la Acrópolis. Dentro se veneraba una colosal estatua de Atenea Partenos de 12 metros de altura. En 1687 los turcos los utilizaron como polvorín durante un asedio con tan mala fortuna que un cañonazo veneciano lo hizo saltar por los aires. Así lo verías si hubieras sido un turista de la época de Pericles (c. 495 a. C.-429 a. C.)

Los lugares preferidos por los turistas en Egipto es este templo construido a partir del año 1500 antes de nuestra era. El gran templo de Luxor, que toma su nombre del término árabe, al-Uksur (“fortificación”), estaba dedicado al dios Amón y fue muy mejorado por las dinastías siguientes. Así era la gran puerta de entrada de pilón que daba acceso al complejo hace 35 siglos.

La pirámide del Sol de Teotihuacán (México)

Pese a su cercanía a la capital mexicana, Teotihuacán, una de las mayores ciudades prehispánicas, nada tiene que ver con los mexica porque es muy anterior. Cuando los aztecas florecieron y empezaron a moverse hacia el valle Central, Teotihuacán ya estaba en ruinas. Las mismas que –a unos 78 kilómetros al noroeste de CDMX– siguen siendo hoy destino clásico para los turistas, que llegan hasta allí para ver las grandes pirámides del Sol y la Luna y la ceremonial Calzada de los Muertos.

La pirámide de Nohuch Mul, Cobá (México)
Cobá fue una ciudad maya que floreció entre el 500 y 900 de nuestra era. Cuando llegaron los españoles Cobá estaba abandonada. No se supo de ella hasta que en el siglo XIX unos arqueólogos europeos dieron con sus ruinas comidas por la vegetación. Entre sus atractivos está la pirámide más alta del Yucatán: Nohuch Mul, 42 metros de altura a la que está permitido subir. Así era en tiempos de los mayas. 

El templo de Júpiter (Italia)

Construido en honor a Júpiter, el dios del cielo y el trueno, este templo fue el principal centro religioso de Pompeya, una pequeña ciudad romana en la bahía de Nápoles. El sitio fue redescubierto en el siglo XVI, y muchos años de excavaciones han brindado a los millones de visitantes anuales una visión fascinante de la vida cotidiana de esta ciudad romana del siglo I.

El templo de Luxor (Egipto)

Uno de los lugares preferidos por los turistas en Egipto es este templo construido a partir del año 1500 antes de nuestra era. El gran templo de Luxor, que toma su nombre del término árabe, al-Uksur (“fortificación”), estaba dedicado al dios Amón y fue muy mejorado por las dinastías siguientes. Así era la gran puerta de entrada de pilón que daba acceso al complejo hace 35 siglos.

Milecastle 39 sobre el Muro de Adriano (Reino Unido)

Los romanos llegaron muy lejos. Tanto como a las puertas de Escocia. Para defender las tierras del sur de lo que luego sería Reino Unido de los pictos y otros bárbaros del norte, el emperador Adriano mandó construir en el año 122 un muro de costa a costa que tenía cinco metros de alto, 80 fortines y 14 fuertes principales. Así sería uno de ellos a la vista de un legionario del siglo II.

Area Sacra de Largo di Torre Argentina (Roma)

Largo di Torre Argentina es una plaza romana donde aparecieron restos de cuatro templos romanos de época republicana más el teatro de Pompeyo. Uno más de tantos lugares fascinantes de la capital italiana que nos transporta a tiempos pasados. Si te cuesta imaginar cómo fueron aquellos templos, aquí va la recreación del templo B, el más reciente de los cuatro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.