Final de la Champions League femenina 2.018. Olympique Lyonnais CAMPEONAS
WOLFSBURGO 1-4 LYON
El Lyon aprovechó de la inferioridad numérica del Wolfsburgo para lograr en la prórroga la quinta Champions de su historia. Marcaron Henry, Le Sommer, Hegerberg y Abily por las francesas mientras que Harder hizo el tanto alemán.
El Olympique Lyonnais se proclamó campeón de Europa por tercer año consecutivo (y quinto cetro en su palmarés) después de imponerse al Wolfsburgo por 1-4 en un choque que se decidió en la prórroga tras llegar al tiempo reglamentario sin goles en el luminoso. Las alemanas tuvieron en sus manos dar la campanada, pues se adelantaron en el marcador, pero una reacción descomunal de la mejor plantilla del mundo dejó la final de Kiev en manos de las galas.
Los 90 minutos reglamentarios mostraron el mejor físico-técnico del fútbol femenino que se puede ver hoy en día, una partida de ajedrez a la que le faltó el gol. Hubo ocasiones para ambos conjuntos, pero las dos porteras se erigieron como dos de las mejores guardametas del planeta (Sarah Bouhaddi y Almuth Schult). Quizá a los puntos, si hubiera sido un combate de boxeo, la balanza se hubiera declinado del lado de las galas. También si hubiera estado presente el VAR, una trencilla de línea de fondo o la árbitro hubiera tenido mejor vista a la hora de no validar un gol fantasma en el segundo acto a favor del Olympique con remate de cabeza de Eugenie Le Sommer que una defensa alemana sacó bajo palos (viendo la repetición por televisión, parece que el esférico supera por completo la línea de gol). 
La prórroga, lejos de convertirse en un acto de especulación, se convirtió en el mejor momento de la fiesta. Pernille Harder abrió la lata con un disparo mordido desde fuera que hizo especular con la sorpresa y el asalto al trono europeo del Lyon. Pero este equipo tiene mucho fondo de armario, muchos recursos, mucha calidad… y sacó provecho en el momento indicado. Ayudó también que el Wolfsburgo se quedara con una jugadora menos sobre el verde por la expulsión por doble 
amonestación de Alexandra Popp, la última por una entrada a destiempo al lado de la banda.
Y en dos minutos, las francesas reventaron el partido. Primero fue Amandine Henry quien igualó la contienda con un disparo cruzado desde el borde del área tras un buen desmarque. Un minuto después fue Eugenie Le Sommer quien aprovechó un pase medido desde línea de fondo de Van de Sanden para marcar el segundo. Y antes del descanso de la prórroga la holandesa, que salió como refresco, asistió para que Ada Hegerberg se convirtiera en la jugadora (y jugador) con más goles en una edición de la Champions League (15).
Y la justicia poética del fútbol tuvo también presencia en esta final. Camille Abily, que en la previa había anunciado que colgaría las botas a final de temporada, entró en el terreno de juego en la segunda parte y marcó. Lo hizo tras otra nueva asistencia de Van de Sanden, un gol de esos que independientemente de los colores que defiendas hay que levantarse y aplaudir.
Con este título, el tercero consecutivo y quinto en total del Olympique Lyonnais, el galo se convierte en el equipo con más Champions League en su haber, por delante de los cuatro cetros del FFC Frankfurt, los dos de Umea, Turbine Potsdam y Wolfsburgo y uno de Arsenal y Duisburgo.