Antes del Mundial de Rusia, Bélgica entraba en la lista de candidatos aunque con menos posibilidades que las seleccionas históricas, pero tras la exhibición de los belgas contra Túnez (5-2) sus opciones al título se han multiplicado. El cuadro europeo no tuvo piedad de los tunecinos, que sufrieron un acoso total y sucumbieron con dos dobletes de Lukaku y Hazard y un postrero tanto de Batshuayi. Los diablos rojos ya han llegado y parece que para quedarse hasta el día 15 de julio.

Los belgas ya avisaron de su potencial en su estreno contra Panamá, a la que acabaron goleando, aunque sólo brillaron en la segunda parte. Sobre el papel, los de Robert Martínez aterrizaban en Rusia sin el pedigrí de los campeones pero aspirando al título gracias al enorme talento que atesoran. Contra los centroamericanos, Hazard, De Bruyne, Lukaku, Mertens y compañía ofrecieron un aperitivo de su calidad y ante los africanos mostraron el plato principal de sus virtudes.

Los mismos once jugadores que debutaron en Rusia saltaron al césped en la segunda jornada del grupo G. Los belgas, despojados de la tensión del estreno, salieron totalmente revolucionados contra los magrebíes, que se mostraron superados en todo momento. Sin poder frenar las embestidas de los europeos, Khaoui, ya en el minuto 5, sólo pudo hacer falta a Hazard en la misma línea del área. El colegiado, sin esperar al VAR, señaló el punto de penalti, desde donde estrenó su casillero goleador el 10 de Bélgica.

Fue un primer anticipo de la tormenta que sufrieron los tunecinos, muy lejos de la rocosa defensa que exhibieron contra Inglaterra cuando sólo cayeron derrotados en el descuento. Combinaban los de Robert Martínez con velocidad y precisión en tres cuartos y se internaban a su antojo en el área rival. Volvió a probar Hazard sobre la portería de Mustapha gracias a un centro preciso de Lukaku pero su remate salió mordido.

Apenas unos minutos después, sin dar respiro a los africanos, el delantero del United dejó su papel de asistente para enfundarse el traje de goleador, ese que tan bien le sienta. Perdió la posesión Túnez en el centro del campo y Mertens, con un gran pase, dejó a su ariete en una ocasión inmejorable. Lukaku batió al arquero con un tiro raso y cruzado que significó su tercer tanto en el torneo.

Con los africanos en la lona y sin respuesta, los de Maaloul encontraron la luz en una jugada a balón parado. Sin armas para hacer frente a la exhibición de los belgas, lograron el camino el gol con una falta colgada al área que encontró el remate preciso de Bronn. El central batió a Courtois con un gran cabezazo, aunque sin una gran oposición. Pese a la inyección de moral, la dinámica del encuentro siguió igual.

La disposición táctica de los de Martínez, con tres centrales y dos carrileros, Meunier y Carrasco, resultó muy efectiva contra Túnez, a pesar de ser el mismo esquema que presentaron los ingleses contra los africanos. Los dos teóricos laterales aparecían constantemente en campo contrario, acumulando los belgas hasta cinco jugadores para finalizar la jugada, con De Bruyne abandonando su tarea de organizador y buscando el camino del gol.

Además, los diablos rojos se mostraron muy efectivos en la presión y en la recuperación, haciendo muy difícil el juego tunecino, al menos durante la primera parte.Del mismo modo que en el segundo tanto, el cuadro africano regaló el esférico y en esta ocasión Meunier realizó el pase definitivo a Lukaku para que firmara su segundo tanto del encuentro tras picar el balón por encima del arquero. El potente delantero ya lleva cuatro goles en Rusia e iguala a Ronaldo en lo alto de la tabla de goleadores.

Hasta el descanso fue un carrusel de ocasiones belgas y sólo la falta de puntería dio cierta esperanza a su rival para la segunda parte. Túnez, sin su plan habitual de primar la defensa, debió buscar la portería de Courtois, pudiendo los belgas salir al contragolpe. Otro escenario que también maneja el equipo europeo.

Sin Sliti en el verde hasta el minuto 60, unas de las principales bazas en ataque de los tunecinos, fue Khazri el encargado de tratar de asustar a los belgas tras la reanudación. Los africanos adelantaron su línea en busca de una remontada que les mantuviera con vida en Rusia pero su temerario plan provocó el efecto inverso. Con tanto espacio en la espalda de la zaga tunecina, Alderweireld sólo necesitó un pase largo para que Hazard controlara a la perfección entre los dos centrales y driblara al meta para marcar a puerta vacía. A los seis minutos de la segunda parte Túnez ya estaba sentenciada ante una Bélgica total.

Los africanos, en el abismo de la eliminación, siguieron intentándolo ante una Bélgica que esperó atrás y trató de descansar para la última jornada de la fase de grupos cuando se medirán a Inglaterra, en un duelo que servirá para dirimir qué equipo pasa como primera de grupo. Dejó su lugar Hazard a Batshuayi, que pudo unirse a la fiesta cuando recortó al portero, pero su disparo lo sacó el defensa en la línea de gol. No parecía el día del jugador del Dortmund que, aunque muy activo, tiró al travesaño otro remate franco y en otra ocasión Mustapha le negó el gol con un paradón. Insistió el ariete y gracias a un buen centro de Tielemans logró poner el quinto en el marcador para su equipo.

La incómoda presencia de Batshuayi para los tunecinos fue la guinda que confirmó los enormes recursos de Bélgica en Rusia, que explotaron ante una Túnez incapaz de capear el temporal y que prácticamente se despide del Mundial. Los de Maaloul sólo se llevaron una última alegría con el tanto de Khazri.

Tras pincharse el globo de su favoritismo en cuartos de final tanto en el pasado Mundial como en la última Eurocopa, Bélgica quiere que a la tercera sea la vencida de una gran generación de jugadores. Ante Inglaterra, con la clasificación virtualmente asegurada, será la primera prueba de nivel para unos diablos rojos que ahora sí confirman su candidatura al título.

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