La nueva Constitución de Cuba
La revolución se propone renovarse frente al escenario internacional. ¿Hasta dónde llegarán las reformas?
El próximo 13 de agosto, también aniversario del natalicio de Fidel Castro, el pueblo cubano comenzará a debatir el proyecto de reforma de la actual Constitución, aprobado de forma unánime por la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Según las autoridades de Cuba, se imprimieron 700.000 ejemplares del proyecto de Constitución aprobado el 22 de julio, que se venden en las calles por el valor de 1 peso.
A la calle
El proceso de consulta popular se extenderá hasta el 15 de noviembre. El texto también está disponible en sitios web de medios de prensa e instituciones del Estado.
Una vez distribuida la propuesta, se espera que millones de cubanos puedan participar en más de 135.000 asambleas, previstas en centros de trabajo, instituciones educativas, armadas, comunidades y hasta en el exterior.
Dentro de las fronteras de la isla, 15.000 personas organizadas en dúos tendrán la misión de conducir la consulta popular sobre el proyecto, compuesto por 224 artículos, casi 90 más que la actual Constitución, vigente desde 1976.
Finalizada la consulta pública, las modificaciones, adhesiones o supresiones al proyecto serán procesadas por el Parlamento, que tendrá que elaborar un texto definitivo para someterlo a referéndum.
Sólo con la aprobación del pueblo cubano, entrará en vigor una nueva Carta Magna.
Estructura del proyecto
Aunque se mantendrá invariable el carácter socialista del sistema político, económico y social, así como el papel rector del Partido Comunista de Cuba, se introducen cambios fundamentales, según la exposición de Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, informó el diario Granma:
- Modificación de la estructura del Estado.
- Creación de los cargos de presidente y primer ministro (actualmente el presidente es jefe del Consejo de Estado y de Ministros).
- Salud y Educación se mantienen como derechos universales y gratuitos.
- Reconocimiento del papel del mercado y de nuevas formas de propiedad en Cuba, entre ellas la privada.
De manera general, la reforma abarca temas como el otorgamiento de rango constitucional a principios defendidos largamente por la Revolución cubana: la paz mundial, integración latinoamericana y caribeña, protección de los derechos humanos y el medio ambiente, así como la condena al terrorismo, la injerencia, las agresiones y el desarme, incluyendo el nuclear.
También se amplían otros: derecho a la defensa, debido proceso, participación popular y la no discriminación. Se reconocen derechos por género, identidad de género, orientación sexual, origen étnico y discapacidad.
Economía
Los cubanos también tendrán que debatir sobre artículos que atañen al desarrollo de la economía en la isla.
Los más resaltantes son:
- Reconoce el papel del mercado y de nuevas formas de propiedad no estatal, incluida la privada.
- Prescribe, como precepto constitucional, la no concentración de la propiedad en sujetos no estatales.
- Se mantiene la expropiación forzosa, únicamente atendiendo a razones de utilidad pública o interés social, y con la debida indemnización y garantías.
- Respecto a la propiedad socialista de todo el pueblo, se enumeran los bienes esenciales que la integran y su carácter inalienable, e inembargable.
- Ratifica que el Estado dirige, regula y controla la actividad económica, así como distingue la planificación como el elemento central del sistema.
- Se refiere a la participación de los trabajadores en la dirección, regulación y control de la actividad económica.
Ciudadanía
En este segmento de la reforma, el cambio más importante radica en la modificación de la afiliación cubana a la no admisión de una doble ciudadanía.
La propuesta es que el Estado asuma el principio de ciudadanía efectiva. Esto quiere decir que los nacionales, dentro del territorio, se rigen por esa condición y no podrán hacer uso de una ciudadanía extranjera.
Sociedad
La salud gratuita y universal, así como la educación, han sido bandera de la revolución cubana a lo largo de su historia, por lo que se consideran inamovibles.
La oferta constitucional resalta la consagración de nuevos derechos como el Habeas Corpuso la reinserción social de los privados de libertad.
Existe un apartado para que las personas puedan acudir a un tribunal a reclamar la restitución de sus derechos, o una indemnización, si fuesen perjudicados por órganos, directivos, funcionarios o empleados del Estado.
Otra reforma con alto impacto social es la que pretende modificar la actual concepción de que el matrimonio solo es posible entre un hombre y una mujer, pasando a definirse como la unión entre dos personas.
En socialismo
La reforma constitucional, según explica Iroel Sánchez, periodista cubano e integrante de la Oficina para la Informatización de la Sociedad cubana, es una exigencia de la población.
“El pueblo cubano quiere seguir conservando su soberanía, en medio de nuevas condiciones internacionales. Garantizar un futuro próspero para sus hijos aprovechando las potencialidades que la revolución desarrolló en 60 años (educación, salud, cultura) de experiencia socialista”.
Por otra parte, añade el también analista político, existe consenso entre los dirigentes y la sociedad para que el Estado sea cada vez “más descentralizado y que se conceda mayor peso al rol de los municipios”, indicó Sánchez.
Eso significa que la nueva Constitución recoge una práctica de los últimos años en Cuba: la reducción del paternalismo estatal en el funcionamiento económico de la sociedad.
En opinión del analista, el proyecto toma en cuenta para el desarrollo, “no solo el papel del Estado, sino de otros actores como los pequeños y medianos empresarios, así como la inversión extranjera. Algo que ya se ha venido implementando”.
No se cambia el rumbo
Buena parte de las modificaciones constitucionales en materia económica obedecen a las “adaptaciones” que Cuba ha tenido que aplicar “para insertarse en una realidad económica internacional que le es muy desfavorable, debido al bloqueo unilateral impuesto por Estados Unidos”, precisa Iroel Sánchez.
No obstante, “el socialismo como modelo político, será ratificado en la reforma”, a pesar de las presiones externas, en especial la de Estados Unidos, que sigue teniendo un peso importante en el devenir de la isla.
Sobre ese particular, Darío Machado Rodríguez, vicepresidente de la cátedra de Comunicación y Sociedad del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, escribió en Cuba Debate: “Si la sociedad cubana no defiende la cohesión de la nación frente a tan colosales presiones perderemos todos, salvo los pocos que, indolentes ante tan catastrófico retroceso, puedan beneficiarse de esa derrota”.