USA. Super Bowl. Rihanna rechazó cantar, para apoyar al antirracismo
Rihanna se suma así al movimiento de apoyo contra el racismo sistemático que inició el quarterback de 30 años –que en su segunda temporada en la liga llevó a los San Francisco 49ers a disputar una Super Bowl–. Kaepernick no ha competido en la Liga Nacional de Fútbol Americano desde 2016, cuando comenzó a hincar la rodilla durante la escucha del himno nacional. Lo hizo en señal de protesta por la brutalidad policial y la opresión contra la comunidad afroamericana, acompañado por varios compañeros y en el marco del movimiento Black Lives Matter. “No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color. Para mí esto es más grande que el fútbol y sería egoísta por mi parte mirar hacia a otro lado”, dijo sobre por qué lo había hecho.
El caso de Kaepernick está en los tribunales: el jugador decidió demandar a la NFL y a sus propietarios por un delito de conspiración en octubre de 2017, alegando que se habían puesto de acuerdo para impedir su fichaje por cualquier equipo en respuesta a su activismo. A pesar del intento de los responsables de la competición de desestimar la querella, hace unas semanas se conoció que el árbitro imparcial del caso ha considerado que existen las evidencias suficientes como para ir a juicio.
El quaterback se ha convertido en un símbolo del movimiento antirracista e icono del movimiento de los derechos civiles, también en el marketing. Nike lo ha escogido como rostro para representar el 30 aniversario del Just Do It y su campaña, aunque levantó un tímido boicot en redes donde supremacistas quemaban sus zapatillas, ha surgido efecto de forma positiva para la firma: ha ganado 5.000 millones desde que lanzó la campaña.
Rihanna, a la que no le hace falta la promoción de la Super Bowl –su fortuna está estimada en 210 millones de dólares–, ha decidido apoyar a uno de los símbolos del activismo en la era de Trump.