BOGOTÁ. 6 y 7 de noviembre de 1985, holocausto del Palacio de Justicia. RETOMA SANGRIENTA.

Informe comisiónde la verdad

Y tambien es bueno recordar el siguiente documento, realizado por Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Resultado de imagen para Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara y Nilson PinillaRoberto Herrera Vergara y Nilson Pinilla, integrantes de la Comisión de la Verdad, describe también eventos que determinan el contexto político y social previo a la toma del Palacio y datos desconocidos como el retiro de la protección al Palacio por parte de la Policía el 5 de noviembre de ese año.

A continuación 25 datos impactantes que reveló el informe final de dicha comisión:

1.    De los 94 muertos, sólo 68 cadáveres fueron identificados. Gustavo Ramírez, visitante ocasional, supuestamente fue identificado, con lo que la cifra ascendería a 69 personas, pero nunca fue referido el protocolo de necropsia correspondiente con su nombre, y es posible que su cuerpo haya terminado en la fosa común del Cementerio del Sur, Bogotá.

2.    Sólo 54 cuerpos, de los 68 identificados, fueron entregados a sus familiares, pero de los guerrilleros, únicamente el cadáver de Andrés Almarales corrió esta suerte, los demás pasaron a la fosa común del Cementerio del Sur, junto con los cuerpos no identificados.

3.    De los 68 identificados, 33 no presentaban quemaduras, y de éstos, 10 correspondían a personas que laboraban en el Palacio, 6 a integrantes de las fuerzas del orden, 1 a un visitante, 1 a un transeúnte y 15 a guerrilleros del M-19. En tanto que de los 35 restantes, 5 pertenecían a miembros de  las fuerzas del orden, 29 a personas que trabajaban en el Palacio y 1 a un visitante.

4.    Según sostuvo el ex fiscal General de la Nación, Alfonso Gómez Méndez en su entrevista con la Comisión de la Verdad, en el caso de la toma del Palacio de Justicia, el Presidente no abrió un espacio para el diálogo. Afirmó que inicialmente pensó que la toma del Palacio tendría un desenlace parecido al de la Embajada, “pero vi que se complicó y entonces llamé a Gabo, le expliqué lo que ocurría y le pedí que hablara con el presidente Betancur, luego me llamó y me dijo que había hablado con el Presidente pero que la situación no estaba en sus manos”.

5.    Del total de 94 protocolos de necropsia efectivamente relacionados con los hechos del Palacio de Justicia, según las observaciones realizadas, 60 corresponden a cuerpos carbonizados y 34 a no carbonizados. Entre los 60 se encuentran aquellos que presentan altos grados de incineración, es decir, en los que se conserva entre un 10% y un 50% del cuerpo, con pérdida en su mayoría de miembros superiores e inferiores y todo el cráneo o parte de él, así como una fracción de la columna.

6.    Para 1985 aún no se contaba con elementos legales suficientes en torno a la identificación y reconocimiento de los cadáveres; era práctica común, hasta mediados de los años noventa, que los familiares que buscaban a posibles víctimas ingresaran a las salas de autopsia a realizar la tarea de reconocimiento.

7.    Debido al escaso personal para adelantar las diligencias, los médicos forenses debieron cumplir con turnos continuos hasta culminar las tareas. Según Fernando Velandia, cada médico pudo haber estado trabajando a consecuencia de la tragedia durante más de 20 horas consecutivas 79 y tanto las mesas como el espacio eran insuficientes.

8.    Una vez culminadas las tareas de necropsia, los jueces penales militares asignados a las investigaciones del caso ordenaron el envío de cadáveres a fosa común en el Cementerio del Sur, sin haber concluido los procesos de identificación, aduciendo que el M-19 pretendía recuperar de la morgue los cuerpos de sus compañeros muertos.

9.    Existen documentos que certifican el envío a fosa común de un total de 36 cuerpos entre completos y carbonizados, unos identificados y otros como NN en cuatro fechas diferentes: 9, 14, 20 y 23 de noviembre de 1985. Sin embargo, al confrontar dicha documentación 98 con el listado general de las necropsias, se observa que la información reseñada es contradictoria y está incompleta.  Así, en el oficio en mención se consigna el envío de 9 cuerpos completos identificados y 27 cuerpos NN carbonizados. Comparada la información con el listado general y los protocolos de necropsia respectivos, la situación muestra inconsistencias.

10.  El periodista Juan Gossaín recibió el 6 de noviembre, aproximadamente a las 5:00 p. m., una llamada de la ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, quien le dijo que él sabía que en el exterior escuchaban su programa y lo estaban retransmitiendo, y que le pedía el favor de salir del aire, ya que se le estaba haciendo daño al país. Él le expresó que no lo haría, y la Ministra le dijo que estaba violando la ley, ante lo cual Gossaín le pidió que le dijera qué ley estaba violando.

11.  En relación con la determinación de las causas de la muerte de las personas fallecidas en el Palacio de Justicia o con ocasión de tales hechos, al analizar los 94 protocolos de necropsia levantados entre el 7 y el 10 de noviembre de 1985, la Comisión de la Verdad observó que se estableció la causa de muerte de 42 personas. De esas, 36 presentaban lesiones compatibles con proyectil de arma de fuego; 2 personas fallecieron como consecuencia directa de explosivos aunque al menos 13 cuerpos presentaban esquirlas incrustadas en diferentes partes y en 4 casos se registraron fallecimientos por asfixia debido a inhalación de humo.

12.  En la planeación de la operación de la toma al Palacio de Justicia, el ex guerrillero del M-19 Darío Villamizar manifestó que Luis Otero planeó militarmente la acción de la toma exactamente igual tanto en su ingreso como en su publicidad; además “la confrontación en el ingreso era inevitable”.

13.  Dentro de los planes originales por parte del grupo guerrillero M-19, tenían previsto durar un mes en el interior del Palacio de Justicia para abrir un dialogo y así ser escuchados por el presidente Betancur, tal como había sucedido anteriormente cuando hicieron la toma la Embajada de República Dominicana.

14.  Según Carlos Castaño, reconocido líder paramilitar, en mayo de 1985 Carlos Pizarro y el Cartel de Medellín concordaron la toma del Palacio de Justicia, en dicho suceso Pizarro le ‘cobró’ un millón de dólares por eliminar al presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes y otro millón más por la destrucción de documentos.

15.  El presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, ordinariamente no iba a la Corte los miércoles porque trabajaba desde su residencia, pero el 6 de noviembre asistió para coordinar con su magistrado auxiliar, Emiro Sandoval, lo que éste debía hacer en su ausencia y para que su secretaria le transcribiera un discurso que pronunciaría en su colegio de Honda. Había llegado al Palacio después de una reunión en la Universidad Externado, minutos antes del inicio de la toma. Según afirma su hijo Yesid Reyes, su padre no tenía por qué estar ese día en la Corte.

16.  Carlos Betancur, presidente del Consejo de Estado, bajó a la cafetería con el también magistrado Gaspar Caballero, quien le comentó que no había vigilancia, a lo que aquél repuso que “ya los podían matar tranquilos”. Cuando regresaban a su oficina empezó el tiroteo, aproximadamente a las 11:30 de la mañana.

17.  La noche del 5 de noviembre, el magistrado de la Sala Constitucional, Manuel Gaona Cruz, le comunicó a su esposa que tenía un presentimiento sobre algo malo que le podría ocurrir al día siguiente. Sin embargo, le dijo que no podía dejar de asistir a la Corte, ya que él era ponente del fallo sobre la exequibilidad del tratado de extradición, que iba a presentar el miércoles 6, y le solicitó que lo llamara a las 11:30 de la mañana, hora en la cual él estaría en sala, pero quería saber si ella estaba bien. Efectivamente, ella se comunicó con la secretaria a esa hora y en ese momento se produjo la explosión en el sótano.

18.  A sólo tres cuadras de allí, en el Palacio de Nariño, el presidente Belisario Betancur atendía la presentación de cartas credenciales de los embajadores de México, Uruguay y Argelia, cuando fue informado del ataque por el general Caviedes, jefe de la Casa Militar, a las 11:30 horas, a pesar de lo cual no suspendió la ceremonia diplomática. “Las primeras instrucciones las di sobre las 13:00 horas al Ministro de Defensa y al Director de la Policía, y consistieron en restablecer la Constitución, con la cautela de protección de los rehenes y de los guerrilleros”, afirmó Betancur.

19.  Varios de los rehenes que se encontraban en el tercer piso evocan lo que han coincidido en llamar “la letanía” que el magistrado Reyes Echandía repetía incesantemente: “¡No disparen, por favor, somos rehenes, soy el Presidente de la Corte!”, y en la respuesta consistente en bombas y disparos provenientes de los tanques que estaban en el primer piso. Agregó luego a sus ruegos que necesitaba la presencia de la Cruz Roja, que necesitaba médicos porque había con él dos mujeres embarazadas que requerían atención médica, pero la respuesta siempre fue la misma.

20.  El entonces comandante de la Policía Nacional, Víctor Delgado Mallarino, decidió no suspender el operativo en el cuarto piso del Palacio, a pesar de que el Consejo de Ministros se lo habría ordenado.

21.  Según relató a la Comisión de la Verdad el entonces ministro de Justicia Enrique Parejo González, el general Delgado le dijo a Otero que tenía que rendirse, que no había posibilidades de seguir en el Palacio porque estaba  totalmente sitiado y que el Presidente de la República se comprometía a respetarles la vida a los guerrilleros y someterlos a un juicio justo.

22.  Sólo seis personas de las que ocupaban el cuarto piso quedaron por fuera del grupo de rehenes que capturó Otero. Estas personas fueron trasladadas al baño, último lugar de resistencia del M-19 en el Palacio hasta el fin de la toma.

23.   El M-19 divulgó dos documentos con ocasión de la toma al Palacio de Justicia: la demanda y la proclama. Esta última fue parcialmente reproducida en su momento por los medios de comunicación y conocida por la opinión pública.

24. Para determinar las causas de la muerte, en todos los casos en que se conservaron los cuerpos en regular estado se tomaron muestras de sangre, con el fin de establecer la presencia de monóxido de carbono. Adicionalmente, se tomaron radiografías de casi todos los cuerpos carbonizados, para establecer la presencia de proyectiles o esquirlas. Así mismo, se realizaron análisis balísticos en los cuerpos en los que se encontraron proyectiles de arma de fuego, con grandes limitaciones que se expondrán más adelante.

25. Tal como lo han reconocido diversos analistas y los propios ex integrantes de ese movimiento subversivo, la toma del Palacio fue un craso error de cálculo político y militar de parte del M-19. Dentro del movimiento, profundamente dividido en la época, triunfó el ala militarista en la decisión de tomar por la fuerza el Palacio, con la convicción de que se repetiría el episodio de la toma de la Embajada de República Dominicana y el de Yarumales.

Respecto del número total de personas que perecieron en los hechos del Palacio de Justicia, es dramático evidenciar que 30 años después no existe claridad, ya que ninguna de las fuentes consultadas establece con certeza la cantidad real de fallecidos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.