CATALUÑA. Puigdemont proclama la independencia y suspende sus efectos para abrir el diálogo

El president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, ha declarado este martes la independencia ante el Parlament de Catalunya y acto seguido ha asegurado que tanto él como su gobierno han decidido suspender los efectos de una posible declaración unilateral de independencia, con el objetivo de iniciar el diálogo durante las próximas semanas con el gobierno de España y otros actores.

El president lo ha anunciado tras asegurar que tiene intención de aplicar el resultado del referéndum del pasado 1-0: “Asumo el mandato del pueblo de Catalunya para que Catalunya se convierta en un estado independiente en forma de república”, ha sentencuiado a las 19.38 horas de este martes.

Puigdemont ha empezado su discurso a las 19.13 afirmando que el momento que vive Catalunya es histórico porque no se trata de un asunto doméstico o interno, sino que “Catalunya es un asunto europeo”.

Puigdemont en el pleno del Parlamento en la que presentó su propuesta para aplicar los resultados del referéndum

El president entiende que los resultados del referéndum del 1-O deben ser considerados válidos, al considerar que “la urnas” avalaron la independencia de Catalunya. De esta forma, ha presentado ante el Parlament “el mandato” democrático para que “Catalunya se convierta en un Estado independiente”.

Al final de su discurso, Puigdemont ha hecho un llamamiento a los distintos agentes políticos, sociales, empresariales y mediáticos para contribuir al diálogo y no a tensar más la situación política. En este sentido, ha pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que actúe con “la misma responsabilidad y generosidad” y que “escuche” las peticiones que han legado para llevar a cabo una mediación. El presidente catalán ha concluido que si todo el mundo actúa con responsabilidad, “el conflicto se puede resolver de forma serena y acordada, y respetando la voluntad de los catalanes”.

Objetivo: desescalar la tensión

En posiblemente su alocución que más expectación ha generado, Puigdemont ha comenzado avisando de que no va a verter “ni amenazas ni chantajes ni insultos” y que atendera a la “necesidad imperiosa” de “desescalar la tensión”.

El president ha hecho su lectura personal sobre lo ocurrido el pasado 1-O. A su juicio, lo que se vivió fue una jornada electoral que se desarrolló “entre brutales ataques policiales contra ciudadanos que hacían cola en los colegios”. Puigdemont ha considerado que la estrategia del Estado pasaba por “provocar el pánico generalizado para que la gente se quedara en casa”, pero que “les salió el tiro por la culata”. Ha subrayado que más de 2,2 millones de personas acudieron a votar a pesar de ello y que además pudieron votar porque “encontraron urnas, papeletas y un censo fiable”.

El presidente catalán ha admitido que existe un clima de tensión en Catalunya y ha constatado que muchos ciudadanos están “preocupados y asustados”. A su juicio, eso se ha debido a “la intervención del Estado” y, en concreto, a dos cosas: a la “violencia gratuita” y a la decisión de muchas empresas” de mover su sede social fuera de Catalunya, unos movimientos que ha considerado que deben leerse más en clave de “relato ante los mercados” que de “efectos reales” a la economía catalana.

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