US OPEN 2019. “Coco”, 15 años, cayó ante la No.1 del mundo y campeona defensora del título: Naomi Osaka, de 21 abriles. Son las 2 sensaciones del tenis femenino mundial
Con lágrimas, lo propio de una niña de 15 años que acababa de perder un partido importante, Coco Gauff se despidió este sábado en tercera ronda de su primer US Open, un torneo que, como el pasado Wimbledon, nunca olvidará. La adolescente que ha vuelto locos a los estadounidenses topó en su camino con la mejor tenista del momento, la vigente campeona y número uno del mundo Naomi Osaka, que venció por un contundente 6-3 y 6-0 en 65 minutos y se enfrentará en octavos a la suiza Bencic, que pasó por abandono previo de la estonia Kontaveit, enferma por un virus.
“Has triunfado, no te dejes llevar por las emociones, vénte conmigo y demos las dos juntas las declaraciones”, le alentó Osaka a Gauff, que entendió que todo lo que le decía la número uno del mundo era algo completamente sincero, verdadero, que sentía lo de la invitación.
“Le dije que no, porque sabía que iba a llorar todo el tiempo, pero ella me animó a hacerlo”, admitió Gauff a la comentarista Mary Joe Fernández en la cancha. “Ella fue increíble, voy a aprender mucho de este partido”.
Japonesa, pero con la cultura americana muy arraigada (vive en Boca Ratón, Florida), la vencedora que ahora tiene 21 años pero fue también una niña cuando empezó, consoló a Gauff y tuvo detalles que a ella no le brindó en la final del año pasado Serena Williams. Le animó, por ejemplo, a que se quedara en la pista para ser entrevistada por la exjugadora Mary Joe Fernández. “No quiero robarte este momento”, dijo Coco a su magnánima rival. “Es una gran jugadora, voy a aprender mucho de este partido y ella ha sido muy dulce conmigo, no lo olvidaré”. Osaka tampoco pudo contener el llanto cuando comenzó a hablar dirigiéndose al equipo y la familia de Gauff, embargada por la emoción de un momento bonito y algo teatral, al más puro estilo estadounidense. “Habéis educado a una gran niña”.
El hecho es que en el partido, la nipona le dio una auténtica lección de tenis a Coco y puso en perspectiva que quizá aún es pronto para esta niña, que no deja de asombrar por su competitividad a tan tierna edad. El castigo en la segunda manga, con ese rosco que debió dolerle en su orgullo, fue duro para Gauff, que delante del público que le animó de manera incesante y de toda su familia, se llevó una soberana paliza, lo normal por la diferencia que hay ahora mismo entre ambas tenistas. Lo anormal es lo que ha logrado hasta ahora la muchacha y su explosión este año. Ha demostrado que está lista para seguir compitiendo en el circuito y que puede ser alguien importante en la historia del deporte si nada se le tuerce, aunque lo aconsejable es que ella y todos tengamos paciencia.