ITALIA. Sardinas contra Salvini
Miles de jóvenes italianos se alzan contra Matteo Salvini y protestan en las plazas italianas en un movimiento que crea dificultades a la Liga ante las elecciones en Emilia-Romaña
Matteo Salvini empuja desde fuera y el palacio Chigi se tambalea. El Gobierno formado por el PD y el Movimiento 5 Estrellas el pasado septiembre no logra avanzar sin peleas, desacuerdos y estridencias. El líder de la Liga, causante principal de su propia debacle en pleno verano, continúa esgrimiendo que el Ejecutivo no tiene la legitimidad de las urnas y que deben convocarse elecciones anticipadas. Un discurso que empieza a calar y ha marcado en rojo una fecha en el calendario político italiano. El próximo 26 de enero se celebran los comicios regionales de Emilia-Romaña, el feudo de la izquierda por excelencia. La coalición de centroderecha que lidera Salvini podría vencer por primera vez en la historia y provocar el ansiado adelanto electoral. Pero la tensión también ha abierto una brecha en el muro de la ultraderecha.
El lunes en Módena (186.000 habitantes), bajo una persistente lluvia y siguiendo los pasos de Salvini por las grandes ciudades emilianas, 7.000 personas se juntaron para recibirle desgañitándose con el Bella ciao. Una canción convertida ya en himno de la resistencia al avance de la Liga en un territorio hasta ahora inexpugnable para la derecha. Las imágenes son impresionantes, pero había sucedido antes. El pasado jueves, en Bolonia unas 12.000 personas más se concentraron en la plaza Mayor para ensordecer el desembarco del exministro del Interior en el corazón de la izquierda en Italia. Es la primera vez en Italia que se forma una corriente organizada de jóvenes contra el ascenso de la ultraderecha. Y también que el propio Salvini debe reconocer que no está pisando el territorio donde más admiradores tiene.
La corriente se ha extendido ya a ciudades como Turín, Florencia y Milán, donde la tarde del lunes miles de personas salieron a la calle. Pero todo empezó como un llamamiento a manifestarse “como sardinas” en la plaza mayor de Bolonia, símbolo de la Italia estudiantil que nunca ha comulgado con el vendaval populista que ha sacudido Italia en los últimos tiempos.
“El objetivo es ser muchos. Apretados como sardinas y todos con la sonrisa”, decían, animando a todo el mundo a tirar de cartón, lápiz e imaginación. Creían que si aparecían “6.000 sardinas contra Salvini” –el título del evento– ya habrían ganado, porque iban a ser más que la capacidad del Paladozza. Al final superaron todas las expectativas: la mayor plaza de Bolonia, la roja, se llenó con unas 12.000 sardinas . La fuerza del movimiento no se quedó en la capital de la Emilia-Romaña. El lunes se repitió en Módena, una ciudad de 176.000 habitantes donde 7.000 personas se unieron bajo los paraguas para cantar el Bella ciao , que ya se ha convertido en el himno de la resistencia ante la Liga. Esta imagen tan poderosa se está extendiendo hacia Turín, Milán, Florencia o Palermo y, según uno de los organizadores, Mattia Santori, están organizando lo mismo en otra veintena de plazas.
“Cuando empezamos a pensar en esto soñábamos con llegar a un máximo de 4.000 personas. Con este éxito, hemos demostrado que Salvini pertenece a una época pasada. Por primera vez hemos derrotado al populismo, siendo sólo cuatro chicos sin un euro, pero con buenas ideas”, cuenta a La Vanguardia . La respuesta de Salvini a esta pequeña revuelta cívica ha sido llenar las redes sociales de imágenes de “gatitos” que comen sardinas con una etiqueta que hasta rima, “gattini con Salvini”. “Los gatitos son inteligentes, limpios, libres y se portan bien”, tuiteó junto a la imagen de Miro, el felino de uno de los cientos de seguidores que le mandan fotos de sus mascotas. El ultraderechista insiste en desmontar la espontaneidad de la campaña, pero Santori asegura que ni él ni ninguno de sus otros compañeros han militado nunca en ningún partido ni durante estos días han recibido ofertas de formaciones políticas. Eso sí, su propuesta ha sido muy bienvenida por el centroizquierda. “Como italiano digo gracias con gran respeto a esta fuerza cívica”, ha aplaudido el líder del Partido Demócrata (PD), Nicola Zingaretti.
El movimiento de las sardinas es todavía muy incipiente y queda por ver si tendrá continuidad a nivel nacional, pero es evidente que ayuda al actual presidente de la región, Stefano Bonaccini, a quien la Liga quiere derrocar como ya hizo con Umbría este pasado octubre, otro feudo en que la izquierda había gobernado durante 50 años. La candidata de Salvini no es una desconocida. Lucia Borgonzoni fue viceministra de Cultura del anterior Gobierno, y la artífice de una de las mayores polémicas al negar a Francia el préstamo de las obras italianas de Leonardo Da Vinci para la enorme muestra en el Louvre que celebra al genio toscano. “Pero las sardinas, como los pececitos, son fuertes y pueden convertirse en un tsunami”, comentaba uno de los animadores del movimiento en Facebook. Santori asegura que hace una semana Bonaccini estaba seis puntos por debajo de Borgonzoni, y ahora, gracias a las sardinas , 12 por encima.
El líder de la Liga ha respondido llenando las redes de gatos, que son “listos, limpios, libres y se portan bien”
Para Lorenzo Castellani, politólogo de la Universidad Luiss Guido Carli, esta revolución pone en evidencia no sólo que Salvini y Borgonzoni han encontrado en Emilia-Romaña un territorio más hostil del esperado, sino sobre todo el descontento de los ciudadanos con los partidos de izquierda. “Demuestra la crisis de las formaciones tradicionales, y hablo del PD pero también del M5E. Ante un Gobierno débil los ciudadanos se han dado cuenta de que para parar a Salvini tienen que hacerlo de otro modo”, analiza. Salvini estará nervioso: con las sardinas , ha quedado claro que las plazas italianas que presumía de llenar con sus partidarios han dejado de ser solamente suyas.