Santurbán, historia de un páramo que define su tradición y su futuro

Panorama de este ecosistema de 98.954 hectáreas, con 457 especies de flora y más de 50 lagunas

Páramo Santurbán

La laguna de Páez hace parte del complejo lagunar del páramo de Santurbán conformado por 57 lagunas entre Santander y Norte de Santander.Foto:

En medio de la cordillera Oriental, entre los departamentos de Santander y Norte de Santander, se extiende, imponente, el complejo de páramos jurisdicciones de Santurbán y Berlín. Un territorio de 98.954 hectáreas protegidas y 30 municipios que tienen influencia dentro de él.

Balnearios, estaderos, árboles frutales y robustas montañas se alzan a la vista en la ladera del río Suratá, en la vía que de Bucaramanga conduce a la provincia de Soto Norte, puerta de entrada a Santurbán.

Aunque el área más extensa del páramo se encuentra ubicada en el departamento de Norte de Santander, una de las zonas de mayor complejidad por las actividades mineras y agrícolas que se han desarrollado se encuentra en Santander, dentro de la provincia de Soto Norte, integrada por los municipios de California, Charta, Matanza, Suratá, Tona y Vetas, algunos de ellos con tradiciones mineras ancestrales.

Para conocer la ubicación del proyecto Soto Norte vea la nota: El proyecto Soto Norte
no está dentro del páramo, que se encuentra más abajo.

En el caso de Vetas, por ejemplo, el 75,9 % de su territorio está dentro del páramo de Santurbán y casi el 80 % de su población se dedica a la minería tradicional.

“Los habitantes de Soto Norte nos hemos dedicado desde hace más de 400 años a la minería, pero cuidamos el páramo, nosotros sabemos que debemos conservar el agua y todo el ecosistema”, afirma Javier Peña, minero tradicional, ingeniero metalúrgico y primer alcalde del municipio de California.

Estas actividades mineras han sido acompañadas, a menor escala, de ganadería, agricultura y pesca, todas ellas fueron desarrolladas dentro del páramo y con impactos evidentes.

Además de esto, en la zona no han faltado iniciativas turísticas con poco control que han provocado incendios forestales y contaminación, desastres en los que se han visto afectadas más de 80 hectáreas del páramo y que la propia comunidad ha tenido que enfrentar y ayudar a controlar.

Sin embargo, los cuestionamientos que más han trascendido desde diversos sectores tienen que ver con la minería, actividad que los habitantes de Soto Norte han ejercido a lo largo de sus vidas, sin desconocer la importancia de proteger Santurbán. “Nosotros nacimos en el páramo y vivimos aquí, lo hemos cuidado y lo seguiremos haciendo”, afirma Javier Peña.

En la plaza central del municipio de California (Santander) hay un monumento a los mineros.

Páramo Santurbán

Una de las actividades turísticas de California es el senderismo hasta la laguna de Páez, en donde también se realiza pesca deportiva de trucha arcoíris.

Habitantes de Soto Norte son guías y protectores del páramo.

Suratá

Para Betty Díaz, quien nació en Suratá, las manifestaciones contra el proyecto se han hecho “sin tener en cuenta a la comunidad de los municipios de Suratá y California”.

En la plaza central del municipio de California (Santander) hay un monumento a los mineros.

Páramo Santurbán

Una de las actividades turísticas de California es el senderismo hasta la laguna de Páez, en donde también se realiza pesca deportiva de trucha arcoíris.

Saliendo de Bucaramanga –con unos 51 kilómetros por delante y menos de tres horas de recorrido–, pasando por los municipios de Matanza y Suratá, se llega a California y 8 kilómetros después a Santurbán. En el camino, las pendientes hacen parte del paisaje y la ladera del río se convierte en un espacio de improvisadas minas tradicionales de la región que han operado por décadas. No es extraño encontrar entre los 2.100 y 3.100 metros de altura decenas de tímidos orificios entre las montañas.

Una base militar abandonada y un campamento de una multinacional minera que ya no opera en la zona son los últimos rezagos de cemento antes de llegar a Los Laches, el lugar donde hay que empezar a caminar.

California

Los robles altos y frondosos, típicos del bosque alto andino, empiezan a desaparecer para dar paso a pequeños arbustos que dan la bienvenida al páramo. Fuentes hídricas, pajonales, rocas sólidas, flores, arbustos y plantas medicinales hacen parte del paisaje. El viento frío y el musgo húmedo del suelo reciben a quienes lo visitan en antiguos senderos que conectan los municipios cercanos.

Luego de dos horas y media de caminata pausada se divisa, entre montañas filosas y puntiagudas, la laguna de Páez, ubicada a 3.620 metros sobre el nivel del mar, lugar de contemplación del páramo de Santurbán.

Los habitantes de Soto Norte nos hemos dedicado desde hace más de 400 años a la minería, pero cuidamos el páramo, nosotros sabemos que debemos conservar el agua y todo el ecosistema

En 1529 comienza la historia

De acuerdo con la historia ambiental documentada por el Instituto Alexander von Humboldt, el surgimiento de los ecosistemas de páramo en la región comenzó hace 60 millones de años. En el caso del páramo de Santurbán, los primeros registros históricos aparecen entre el siglo I a. C y el siglo XVI d. C, con los primeros pobladores, cuatro grupos indígenas: los guanes, los chitareros, los laches y los yariguíes.

A partir de ese momento se iniciaron las exploraciones y explotaciones de oro, lo cual atrajo rápidamente a los conquistadores españoles haciendo que las comunidades indígenas desaparecieran.

Según Javier Peña, minero tradicional, la llegada de los españoles trajo consigo un desarrollo industrial en la minería artesanal que todavía hoy se ve reflejado en el uso de algunas herramientas. Desde entonces, se inició un proceso de explotación de oro dentro de la zona que actualmente está dentro de los límites de páramo de Santurbán.

“En ese momento, hace más de 400 años, los campesinos hacían sus socavones con picas para construir túneles con vigas de madera”, afirma Peña. En contraste con lo anterior, el Instituto Humboldt plantea dentro de la historia ambiental del páramo la aparición de erosiones graves y deterioro ambiental desde el año 1953.

A partir de este momento se inicia un periodo en el que empresas de España, Francia, Japón, Canadá, Brasil y, la más reciente, de Emiratos Árabes Unidos han planteado a la comunidad y al Estado planes para hacer explotación minera en esta región.

Sin embargo, y a pesar de haber cumplido fases del proceso que el Estado colombiano les ha solicitado y de haber hecho millonarias inversiones, hasta ahora ninguno de ellos ha alcanzado la extracción del oro a gran escala.

Discusiones sobre la delimitación del páramo y el impacto medioambiental han frenado estos proyectos y han llevado al Estado a enfrentar demandas como la de la empresa canadiense Eco Oro, que debido a un cambio en los límites de Santurbán en el año 2014 tuvo que retirarse porque el proyecto estaba dentro del área de protección y conservación ambiental, es decir, sobre los 3.100 m. s. n. m. Esta demanda le costaría al país unos 764 millones de dólares.

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