Solsticio
Este sábado tuvo lugar el solsticio de invierno en el hemisferio sur y el solsticio de verano en el hemisferio norte.
La palabra significa “sol quieto” y este fenómeno hace que vivamos el día más corto del año y la noche más larga. Esto se debe a que el sol alcanzará una menor altura en el horizonte, por lo que son menos las horas de luz y más bajas las temperaturas. Y con el solsticio empieza la nueva estación: el invierno.
El día del solsticio cambia cada año, pero siempre ocurre entre el 20 y el 22 de junio. El año pasado el cambio de estación se produjo el 21 de junio. Pero en 2020 se adelantó un día. Esto obedece a que estamos en un año bisiesto y al habitual corrimiento de minutos acumulados en el giro de la Tierra, por lo que a la tarde del sábado el hemisferio sur empezará a transitar el invierno.
La órbita de la tierra es elíptica, por lo que tiene eje mayor y menor. Cuando comienza el invierno, el planeta pasa por el más amplio. Es por eso que cambia la duración del día y es menor el calor que irradia el sol.
Aunque en teoría el solsticio de invierno solo dura un instante, este término también se usa normalmente para referirse a las 24 horas del día en que tiene lugar. En Argentina, Chile y Uriguay ocurrió a las 18.43 horas.
Durante el solsticio de invierno, la región que ingresa en esta estación experimenta la menor exposición al sol y por ello el 20 de junio será el día más corto del año con una duración de 9 horas y 49 minutos en la Argentina .
De acuerdo al huso horario de cada país, el inicio del invierno variará por algunas horas o minutos pero en todos los casos el día será el más breve y las siguientes jornadas empezarán a extenderse hasta la llegada del verano.
Los solsticios ocurren debido a que la tierra gira alrededor del sol inclinada sobre su eje unos 23,5º. De ahí el efecto del movimiento en el cielo del astro: es el momento del año en el que el Sol está más alejado del ecuador. Es decir, los rayos inciden de forma más inclinada en la Tierra y lo hacen desde abajo, desde el sur.
En algunas culturas este fenómeno es muy relevante, por lo que se realizan festividades para celebrarlo. Las conmemoraciones de este día comenzaron desde hace miles de años.
Según National Geographic, en Newgrange en Irlanda, por ejemplo, en la Edad de Piedra se construyó un monumento funerario. Es un túnel orientado hacia el amanecer del solsticio. La luz entra en él durante 17 minutos a través de una ventana.
Desde hace varias décadas, es tradición en Inglaterra acudir al complejo Stonehenge, también llamado “El Templo del Sol”, para celebrar la llegada del verano, por lo que se permite el acceso al anillo que forman las piedras a todos aquellos que acudan a esta fiesta anual.
Este año, sin embargo, se espera que el evento sea menos concurrido por la pandemia. Entonces, la English Heritage, institución encargada de organizarlo, realizará una transmisión en tiempo real del momento, que podrá ser vista en cualquier punto del mundo.
“El Templo del Sol”, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986, es un semicírculo, y los arqueólogos nunca han podido confirmar si fue un círculo perfecto.
Se estima que entre tres mil y cinco mil personas visitarán a lo largo del día este lugar, según señaló un encargado de la Comisión de Edificios y Monumentos Históricos de Inglaterra a la agencia EFE.
Muchas de las personas que acuden a este evento van disfrazadas con túnicas blancas para simular ser miembros de los druidas, que era la clase sacerdotal que existió Gran Bretaña, Irlanda y otras partes de la Europa Céltica durante la Edad de Hierro.
En el hemisferio norte, la luz solar durará, en el día más largo del año, quince horas y tres minutos. Además, será la bienvenida para el esperado eclipse anular o “anilo de fuego” que se producirá este domingo 21 de junio en el hemisferio norte.