JOSÉ MARÍA el auténtico héroe del 20 de julio de 1810

Nació el 3 de febrero 1778, Santafe de Bogotá y lo asesinaron el19 de junio de 1816, Santafé de Bogotá) Hijo del español José Carbonell yde la señora María Josefa Martínez Valderrama. Tuvo 6 hermanos: Rufina, Pedro, Manuela, María Josefa, José María y José luis.

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Tres personajes: Antonio Morales, Camilo Torres y Francisco José de Caldas, todos criollos, ejecutaron el plan que sería la causa de la sublevación. De acuerdo a una visible impopularidad del gobierno, sobresalió la propuesta de impulsar un incidente con los españoles, para así crear el conflicto hacia el descontento enorme que había en Santa Fe contra la audiencia española, debido a diferencias en cuestiones de negocios, como el caso de Antonio Morales en el altercado contra un comerciante español con el nombre de José González Llorente.

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El plan, aunque sencillo, procedía de complejas condiciones: enviar a un personaje ajeno a la bronca y pedir prestado un florero para la posterior visita de Don Antonio Villavicencio. Sin embargo, existía la posibilidad de que Llorente facilitara el florero o por el contrario se negara muy cortésmente, en tal caso la opción más conveniente era agredirlo para que respondiera de igual forma.

Siendo Llorente un hombre de avanzada edad y de apariencia tranquila, la provocación no dio espera y procedieron a insultos en plena Plaza Mayor (actualmente Plaza de Bolívar, en Bogotá) que en ese día estaba colmada de gante de todas las clases en su habitual día de mercado. La escogencia del día hacía parte fundamental del plan para, de esta manera, exagerar la situación.

Maltratado Llorente en demasía, empezaron los gritos de la muchedumbre: ¡están insultando a los americanos! Mientras había conmoción en toda la plaza. La ira de la multitud se manifestó con pedradas en las casas españolas. Mientras tanto, el virrey observaba, estupefacto, los hechos.

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La multitud, sin embargo, tendía a desvanecerse porque gran parte vivía en las afueras, en la Sabana, y tenían que regresar luego de comprar los víveres. Por tanto, Acevedo y Gómez, un hombre firme y valeroso, perteneciente a la oligarquía criolla sale a las calles para convocar la multitud que pidiera la reunión del cabildo. A pesar de ello, ya cayendo la noche la situación era poco alentadora.

Luego de un tiempo, inesperadamente, se aproxima una multitud a la plaza, dirigida por don José María Carbonell, quien reuniera gente de los barrios santafereños en búsqueda del pronunciamiento popular que daría contrapeso a las fuerzas realistas y conseguir la tan anhelada independencia.

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Por esta razón, este hombre –don José María Carbonell- es el verdadero prócer del 20 de julio, a quien la historia pública ha tratado de apartar, convirtiéndolo en un personaje secundario. La historia sólo ha concedido el apelativo de “prócer” a quien ha agachado la cabeza ante la oligarquía, y a los verdaderos defensores del pueblo mal nombrados demagogos o agitadores(Liévano Aguirre, 2002: 681).

Carbonell era un hombre joven con una fuerte personalidad de caudillo, similar a la de Nariño, de acuerdo a su pasión por la igualdad y una profunda compasión por los oprimidos, características de las cuales carecían los altos mandos de la oligarquía criolla.

Ya entrada la noche empieza a llegar la multitud citada por Carbonell de los rincones de Santa Fe, y sin darse cuenta con su llegada a la Plaza Mayor forman el camino hacia la historia. Reunida la multitud de esta enorme masa popular, los altos dirigentes de la oligarquía apoyados en esto, escondidos en sus hogares, salen a reclamar sus privilegios.

Fue este pueblo desgraciado y humillado guiado por Carbonell el que destituyó al virrey, formando el tan anhelado cabildo abierto. Por esta razón sería injustificable anunciar que escasos hombres -altos mandos de la oligarquía avaros– fueron los próceres del pueblo, porque fue el mismo pueblo el que salvó la independencia guiado por el hombre de ideas valerosas, de cuya imagen no existe ninguna estatua, cuando él la merecía mucho más que aquellos próceres estirados y convertidos en símbolos de la historia oficial.

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En 1782 quedó huérfano de padre y su familia entró en decadencia económica. Recibió sus primeras enseñanzas en el Colegio Mayor de San Bartolomé desde el 21 de octubre de 1786 pero en 1794 a causa de las dificultades económicas se retira, y después trabajó con la Expedición Botánica. Influenciado por la Ilustración y el racionalismo cuando las ideas de la modernidad entraron al Nuevo Reino de Granada, precisamente por el camino de la Expedición Botánica, fue nombrado amanuense de la Expedición, bajo las órdenes de Sinforoso Mutis. Era un escribiente u oficial de pluma, y le correspondía copiar lo que se necesitara en las investigaciones de los miembros de la Expedición Botánica, en especial del sobrino de Mutis. Una de las obras que escribió como amanuense fue la Historia de los árboles de la quina, obra póstuma del sabio José Celestino Mutis.

El 24 de febrero de 1800 se casó con doña Petrona López Duro y Álvarez del Casal en la iglesia de Santa Bárbara, Santafé de Bogotá, donde no tuvo descendencia y firmaron el divorcio en 1804 s.

El chispero de la revolución

Tomó cariño del pueblo por defender los derechos del procurador general Ignacio de Herrera y Vergara por los atropellos cometidos contra el pueblo por el fiscal Ramón de Infiesta donde es acuñado como el pionero de los golpes. El ambiente de libertad y de independencia que se vivía en la Expedición Botánica resultó esencial en el pensamiento y la acción del criollo José María Carbonell. Él pensaba que lo más importante en el proceso revolucionario era la acción del pueblo, de las clases humildes; ello señala que, según Carbonell, el pueblo era la base única de toda empresa fecunda.1

El 20 de julio de 1810 fue Carbonell quien movió las masas santafereñas en las horas de la tarde y de la noche. Según los cronistas de esta fecha, los próceres Francisco José de Caldas y José Joaquin Camacho desde el Diario Político, Carbonell realizó una inmensa actividad con los sectores populares junto a los chisperos conformados por Manuel Ponton, Eduardo García y Ignacio de Herrera y Vergara: corría de taller en taller, de casa en casa, sacaba gentes y aumentaba la masa. Carbonell atacó la casa de Infiesta; él lo prendió y, a la vez, fue su ángel tutelar para salvarle la vida. Carbonell ponía fuego por su lado al edificio de la tiranía, y nacido con una constitución sensible y enérgica, rayaba en el entusiasmo y se embriagaba con la libertad que renacía entre las manos, decía el Diario Político y lo apodaban el chispero de la revolución además de ponerle grillos al virrey Antonio Amar y Borbón, a la virreyna Francisca Villanova, al oidor Juan de Hernández y Alba y a los fiscales Ramón de Infiesta y Diego Frías.

En la primera República granadina, Carbonell fue apasionado centralista, siguiendo la tendencia partidista del precursor Antonio Nariño. Se recuerda la escena cuando Carbonell pisoteó públicamente el periódico La Gaceta, órgano de los federalistas, lo cual dio origen a la denominación de “carracos” y “pateadores”.

Fue enviado a la cárcel por la junta suprema de Gobierno de Santafé en agosto de 1810 el día 13 junto a los chisperos, siendo el argumento su presunta participación en el levantamiento popular, que podía desestabilizar la recién creada estructura por parte de los criollos pudientes, sin contar con la participación de las masas. Por presión de las mismas, la junta decidió devolverle su libertad en diciembre del mismo año. El 18 de enero de 1811 es detenido nuevamente por un mes y el 30 de abril recibió el cargo de Oficial Mayor de las Reales Cajas de Cundinamarca y Capitán de Milicias de Infantería agregado.

Durante la Primera República, Carbonell ocupó diversos cargos: capitán de milicias de infantería, oficial mayor de cajas, contador y tesorero de Hacienda de Cundinamarca. Siempre abogó por la libertad y la independencia; abogó también por una administración más pura, más amplia, liberal, más acorde con las nuevas y necesidades del recientemente conformado Estado nacional además de ser el primer ministro de hacienda de Colombia.

Durante la campaña del sur de Antonio Nariño fue arrestado por el tío de este Manuel Bernardo Álvarez del Casal en enero de 1814 hasta el 12 de marzo de 1814 donde fue liberado por Simon Bolívar durante su toma a la ciudad de Bogotá donde es nombrado ministro de hacienda de Colombia y protector de los naturales por su labor en favor de los indígenas de Chocontá.

En los años de la reconquista española en el Nuevo Reino de Granada, cuando se instauró el terror y la persecución a los criollos revolucionarios, cayó el chispero de la revolución del 20 de julio de 1810.

La reseña que el pacificador Pablo Morillo hizo sobre la participación de Carbonell en la Independencia dice: José María Carbonell. Fue el primer presidente de la Junta tumultuaria que se formó en esta capital, quien puso los grillos al excelentísimo señor virrey Amar, y lo condujo a la cárcel; el principal autor y cabeza del motín, el que sedujo a las revendedoras y a la plebe para insultar a la excelentísima señora virreyna, cuando la pasaban presa de la Enseñanza a la Casa del Divorcio; ministro principal de Tesoro Público; acérrimo perseguidor de los españoles americanos y europeos que defendían al rey, y uno de los hombres más perversos y crueles que se han señalado entre los traidores>

. El 19 de junio de 1816 Carbonell fue ahorcado siendo el único prócer de la independencia de Colombia en morir de esta manera en la Huerta de Jaime, en Bogotá junto a los patriotas Jose Ramon de LeyvaIgnacio Vargas y José de la Cruz Contreras, quienes fueron fusilados, y fue enterrado en la iglesia de Veracruz en la misma ciudad y sus últimas palabras son unas de las más desafiantes y revolucionarias de la independencia:No piensen que este día es el más infeliz sino el más dichoso de toda mi vida. Antes de morir hizo al pie del suplicio una plática que enterneció a los patriotas; le dijo al verdugo: Yo te perdono de corazón, que tú no tienes la culpa.

En Bogota

En Bosa existe el barrio José María Carbonell con un IED (institución educativa distrital) y una unidad de servicios de salud además de un parque público, y en San Cristóbal hay un IED que lleva su nombre. En Chapinero se encuentra el parque José María Carbonell en la carrera 8 con diagonal 63, donde hay un busto suyo.

En Cali

En la ciudad de Cali hay dos instituciones educativas que llevan su nombre.

 
 

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