In Memoriam.
Rodolfo González García, un auténtico servidor público, quien dejó en los 87 municipios de su tierra nativa, por lo menos una obra
Ha sido el santandereano que más le ha servido a su tierra, consiguiendo un lugar en las mentes de sus paisanos, de sus amigos y especialmente de las personas del común, a quienes quiso y sirvió.
Nació el 24 de septiembre de 1.941 y falleció el 10 de julio del 2003.
Todos los 87 municipios tienen al menos una obra gestionada por él, pero en la mayoría su nombre no figura en la placa porque Rodolfo odiaba las distinciones. No está en la placa pero todos saben que se ejecutó por su labor.
Economista egresado de la Universidad Nacional de Colombia, Contralor de Bucaramanga, Concejal, Diputado a la Asamblea, Secretario de Hacienda de Santander, Gobernador, encargado, Representante a la Cámara
Nacido en el ambiente de un típica familia de clase media, tuvo desde muy joven inclinaciones políticas y periodísticas que ya se manifestaban cuando, en los años sesenta, viajó a Bogotá a estudiar economía
Pero aun separado de su patria chica, siguió manteniendo estrechos vínculos con la persona que habría de tener un papel preponderante en su vida pública: Alejandro Galvis Ramírez.
El delfín de la dinastía de los Galvis impulsó la carrera de su íntimo amigo, convenciendo a su padre, el patriarca Alejandro Galvis Galvis, de nombrarlo director del periódico Vanguardia Liberal a comienzos de la década pasada, cuando González contaba apenas con 30 años de edad. 10 años duró en esta posición la cual le sirvió para convertirse en influyente personaje de la política santandereana y le dió el gran impulso intelectual y político al periódico de la calle 34.
En 1978 buscó proyección nacional, al ser elegido representante a la Cámara por Santander. El viejo Galvis consideró en ese momento que existía una incompatibilidad entre las aspiraciones políticas de su protegido y sus funciones periodísticas, lo cual produjo su desvinculación de la dirección del periódico.
Con el senador Eduardo Meste formó un poderoso bloque político regional: La Confederación Liberal de Santander.
A Rodolfo González se le debe entre otras obras:
- La biblioteca Gabriel Turbay de Bucaramanga, hoy convertida en Instituto, la autopista Floridablanca-Piedecuesta,
- La sede de varias instituciones educativas, entre ellos el Colegio del Pilar y las Unidades Tecnológicas de Santander.
- “La primera unidad de cuidado intensivo pediátrico en Colombia localizada en el HUS, proyecto respaldado por el Dr Rodolfo González García quien consiguió el dinero con el cual se construyó el servicio en el cuarto piso del HUS”: Jaime Forero Gómez, 06 de Mayo de 2017 – Vanguardia Liberal
- El Museo de Arte Moderno de Bucaramanga.
- El Instituto Colombiano del Petróleo en Piedecuesta.
- Biblioteca Alejandro Galvis Galvis en Barrancabermeja,
- El coliseo de Barrancabermeja
- Gestor del equipo profesional de Fútbol de la capital petrolera de Colombia: ALIANZA PETROLERA
- La reforma del control fiscal en la Contraloría General de la República
- y, la tenacidad de llevar a la presidencia de la República a Virgilio Barco. Pese a estas y más realizaciones , a Rodolfo no se le ha rendido un justo homenaje perenne, que podría ser: darle su nombre de una las instituciones que el logró crear, a una avenida, a un parque, por ejemplo, tal cual injustamente se le han rendido esas distinciones a extraños.
Virgilio Barco ecibió el respaldo de todas las facciones de su partido, principalmente la del dirigente liberal y contralor general de la república en el periodo de 1982 – 1990, Rodolfo González quien con su grupo político La confederación liberal de Santander del cual era su jefe máximo, ayudó e impulso para que Barco pudiese ser el triunfador de la contienda electoral popular para presidente de la época.
Cuando se empezó a hablar de la candidatura de Barco en 1984, el contralor, con las cartas en la mano, comenzó a jugarlas a favor del nortesantandereano.
El juego fue tan exitoso que llegó a producir una protesta del otro aspirante liberal, su coterráneo Augusto Espinosa Valderrama, quien había sido uno de sus padrinos en Bogotá cuando Rodolfo estudiaba en la U Nacional de Colombia y trabajaba en la Caja Agraria.. La gestión de González se caracterizó por un trabajo concienzudo a nivel técnico, mezclado con bastante política.
Contralor General de la República de 1982 a 1986 y de 1986 a 1990
En una elección considerada palo en su momento, González derrotó a Jaime Castro en la carrera para la Contraloría en 1982.
La relación de González con esa entidad había comenzado tiempo atrás, como presidente de la Comisión de Cuentas de la Cámara, cargo desde el cual rindió un informe favorable a la gestión de su antecesor Aníbal Martínez Zuleta.
Ya como cabeza de la Contraloría, el parlamentario santanderano se convirtió no sólo en un eficiente fiscalizador de las cuentas públicas sino en hábil negociador de cuotas políticas, consolidando su poder en muy poco tiempo.
En su administración la situación fiscal del gobierno nacional no era la mejor, se deterioraba con el tiempo, se esperaba para 1986 un déficit real cercano al 5.0 % del Producto Interno Bruto (PIB), los ingresos totales estaban alrededor del 13.7 % , mientras que los gastos alcanzaban un 18.7 % del PIB. Se redefinió todo el proceso de la revisión de cuentas, el cual era una de las áreas más complejas en materia normativa en ese entonces. Desde el Ente de Control trabajo varias reformas como: la urbana, de la deuda externa y la de renta e impuestos. Apoyó la consolidación del Proyecto de Cambio y Fortalecimiento Institucional de la CGR, ya que la modificación de un control simplemente numérico por el legal y a un control de gestión y de resultados, esto implicó generar una nueva cultura de control, también lideró la reforma constitucional. Además su gestión resalto la rendición de cuentas, la elaboración de la contabilidad general de la República y la realización de la estadística nacional y de las publicaciones económicas.
Rodolfo González su gestión en la Contraloría, fue técnicamente competente.
Fue un hombre tan poderoso quien aspiró a ser Presidente de la República, A la Casa de Nariño no lleguó, pero lo cierto es que en sus primeros 44 años recorrió muy rápidamente un gran trecho para llegar.
Durante su primer perído como Contralor General de la Repúblca 1982 a 1986 la situación fiscal del gobierno nacional no era la mejor, se deterioraba con el tiempo, se esperaba para 1986 un déficit real cercano al 5.0 % del Producto Interno Bruto (PIB), los ingresos totales estaban alrededor del 13.7 % , mientras que los gastos alcanzaban un 18.7 % del PIB. Se redefinió todo el proceso de la revisión de cuentas, el cual era una de las áreas más complejas en materia normativa en ese entonces. Desde el Ente de Control trabajo varias reformas como: la urbana, de la deuda externa y la de renta e impuestos. Apoyó a la consolidación del Proyecto de Cambio y Fortalecimiento Institucional de la CGR, ya que la modificación de un control simplemente numérico por el legal y a un control de gestión y de resultados, esto implicó generar una nueva cultura de control, también lideró la reforma constitucional. Además su gestión resalto la rendición de cuentas, la elaboración de la contabilidad general de la República y la realización de la estadística nacional y de las publicaciones económicas.
Fue reelegido para el cuatrenío 1986 a 1990.
Si el Procurador Jiménez Gómez dijo, en su momento que iba a ejercer una “procuraduría opinante” puede decirse que González hizo lo mismo en el caso de la Contraloría.
Rodeado de un grupo de técnicos bastante competentes, González le cantó la tabla en más de una oportunidad a la administración Betancur.
El programa de ajuste y los proyectos de carbón y petróleo fueron duramente criticados por el contralor González en forma repetida. Igualmente se enfrentó a otros poderes como la Federación de Cafeteros, metiéndose con el intocable Fondo Nacional del Café.
Estas opiniones no fueron siempre bien recibidas pero, no obstante, demostraron una independencia frente al gobierno de Betancur .
El contralor General de la República González García enfrentó, ni más ni menos, que al Presidente de la República en la elección de designado. Sus susceptibilidades políticas por el no nombramiento de Mestre en el gabinete llevaron a González a la decisión de desagraviar a su amigo midiendo fuerzas y dejándose contar, haciéndolo elegir designado.
Luego de sus paso por la gran burocracia capitalina, sus ojos estuvieron clavados en la candidatura presidencial de 1990. Que finalmente no logró.
Eso si: consiguió un lugar en las mentes de sus paisanos, de sus amigos y especialmente de las personas del común, a quienes quiso y sirvió.