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En una carta dirigida a la consejera mayor Aida Quilcué y al consejero mayor, Hermes Pete, autoridades indígenas del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), monseñor Darío de Jesús Monsalve pidió perdón por los disturbios que dejaron heridos a bala el pasado domingo, 9 de mayo, en el sur de Cali.

En esos hechos, personas en este sector tuvieron confrontaciones con los indígenas de la minga. Ese día, además, hubo disparos por parte de civiles y caos. 

Por esos disparos, indígenas quedaron heridos. Según el Cric, se trata de 11 miembros de sus comunidades. Son Segundo Pequi Ramos, Alexander Frider Yule Ramos, Kevin Antonio Mora, Pedro Herney Ramos Perdomo, Dubán David Ciclos Ñuscue, Educardo Ul Ul, Yerson Javier Tálaga Ulcué, Marlon Yesid Matínez Canas, Jerson Ignacio Tróchez Tenorio, Sandro Leonel Camayo Ipia y Iván René Casso Hurtado. 

Daniela Soto sigue hospitalizada en el clínica Fundación Valle del Lili por causa de dos disparos en el abdomen. La joven, de 23 años, fue sometida a una cirugía. Su familia dijo que está evolucionando de manera positiva. 

En el documento enviado por el Arzobispo de Cali se lee: “He seguido con profundo dolor los tristes e inaceptables ataques contra la vida y la seguridad de la comunidad y minga indígena. Hago mío y nuestro como Iglesia, la situación de las personas heridas y de tantas víctimas indígenas, negros y mestizos, campesinos de Colombia todos”. 

Agrega: “Que sean todos sujetos de derechos, protagonistas de la solución a los graves retos de historia injusta, violencia asesina y pandemia que, con la violencia, nos ponen en estado de emergencia social, y crisis económica y política”.

Asimismo, el arzobispo de Cali anota: “Que seamos todos, hombres y mujeres de todos los lados y orillas, sujetos y protagonistas étnicos y de sociedad civil, del bien y del bienestar común” 


Al saber de su salida de la Universidad del Valle que los hospedó para regresar al Cauca, afirma que: “Les pido perdón, a nombre de la ciudad y de las autoridades de Cali, por las situaciones vividas. Ustedes son el pueblo esperanza de saber ancestral y aprendizajes de paz para todos”.

Les pido perdón, a nombre de la ciudad y de las autoridades de Cali, por las situaciones vividas
“Mi abrazo a ustedes y mi oración al Espíritu de Jesús y a los espíritus de quienes ya caminan el más allá y nos dejaron huellas de madres, maestros y servidores de la vida y de la Paz: que nos alienten y sostengan en la vida como camino universal y colectivo”, concluye.

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