“La protesta social no es un problema de orden público”: monseñor Héctor F. Henao, Pastoral Social colombiana
El director de Pastoral Social, quien junto a Naciones Unidas cumple el rol de mediador en la negociación entre el Gobierno y el Comité del Paro, hace una lectura de lo que está pasando en el país y plantea los principios que deben prevalecer: la dignidad, la vida y el bien común.
Colombia vive un momento inédito en diferentes sentidos. No solo es el prolongado paro nacional y la violencia de la que el país y el mundo entero son testigos: por lo menos 39 muertos, 16 víctimas de violencia sexual y más de 1.000 detenciones arbitrarias, según la organización Temblores. También, en la historia reciente, es la primera vez que el Gobierno se sienta a negociar con la ciudadanía, no con grupos armados o bandas delincuenciales, como sucedió con las Farc o los grupos de autodefensas.
En medio de esa negociación están las Naciones Unidas y la Iglesia católica, invitadas y ratificadas como intercesoras del proceso de negociación por su experiencia, conocimiento de las realidades en los territorios y, más que todo, por la confianza que inspiran y que es necesario instalar en toda la ciudadanía, invadida por el miedo, la rabia, la indignación y el pánico, emociones que hacen un coctel peligroso en tiempos de convulsión. El Espectador habló con monseñor Héctor Fabio Henao, director de Pastoral Social y la persona que desde la Iglesia está contribuyendo a este proceso que invita a escucharnos y encontrarnos.
¿Desde la Conferencia Episcopal cómo leen la situación actual del país?
Nosotros podríamos definir con una sola palabra la realidad que estamos viviendo: crisis. Hay una crisis social y económica de muy profunda caladura, que tiene que ver con las inequidades entre las regiones y entre distintos sectores de la población, donde han emergido unas problemáticas muy fuertes por la carencia de servicios de salud, de seguridad alimentaria, personas han dejado de comer. La pandemia nos ha develado las duras condiciones en que viven muchos colombianos.
Por otra parte, tenemos una población muy importante que cada vez es más relevante y son los jóvenes. Este es un sector particularmente golpeado por el empobrecimiento, por la falta de oportunidades, la exclusión social en muchos casos. Son jóvenes no organizados en muchos casos, pero con urgente necesidad de encontrar alternativas y esperanza, para continuar aportando al país y a la sociedad. Con un reto enorme, con una voluntad enorme de integrarse adecuadamente en los mecanismos sociales, pero que necesitan diálogo, porque como sociedad tenemos que reconocer que allí hay un vacío muy grande.
Es decir, si no hubiese sido en este momento, más adelante detonaría lo que estamos viviendo, por esa misma situación que usted ilustra…