WTA 250 de Guadalajara. CAMILA OSORIO SERRANO, juega hoy
“Solo puedo decir gracias. Es increíble. Es mi primera vez aquí y me siento como en casa. Hoy no fue por mí, fue por ustedes que pude ganar este partido”. Con esas palabras, Camila Osorio (Equipo Colsanitas, Club Comfanorte) abrió la charla luego de su sufrida -pero también disfrutada- victoria en los octavos de final del WTA 250 de Guadalajara, donde debió remontar para superar a la estadounidense Hailey Baptiste (131º) por 1-6, 6-3, 6-3 y así seguir con el mágico idilio con la ciudad mexicana que por primera vez presencia al talento colombiano.
Para Osorio, que apenas juega su tercer partido de sencillos en el año (el primero en Australia donde cayó ante Naomi Osaka), fue una victoria que le exigió sacar lo mejor de sí, de buscar soluciones ante los problemas y de intentar prevalecer de la mejor forma que lo sabe hacer: trabajando.
En el primer set fue presa de los errores y de la ansiedad, sumado a que no estaba con confianza con el servicio: apenas llegó al 48% de efectividad y solo ganó 11 puntos. Su rival, desde la devolución, le ganó más del doble y le quebró en tres oportunidades.
Sin embargo, Camila siempre ha dado muestras de que la resiliencia hace parte de su ADN. Lo hemos visto casi que con asiduidad desde que dio ese despegue en el WTA de Bogotá, donde cerró la semana alzando el título, y parece que ese será su legado para este deporte.
Un punto que encendió a la gradería, en el break point a favor del segundo game, fue el estímulo que la colombiana necesitaba para poder meterse en el partido y sacar de su zona a Baptiste, una jugadora con golpes fuertes desde el fondo y que no tenía miedo de cortar la pelota y luego ir adelante en la red para intentar quedarse con el punto.
Aquel quiebre fue más que fundamental para quedarse con el segundo, donde además puso un poco más de orden con el servicio y plantó cara en los intercambios. Pero también demostró que tenía mayor gasolina en el tanque, gestionó los puntos según la situación y supo cuándo debía cambiar la marcha para poder tener el control.
De hecho, eso le ayudó a meter presión en el inicio del tercer set, un momento donde la norteamericana notaba que no solo el público empujaba más a una Camila que, al parecer, han decidido adoptar como suya; sino que también la colombiana mostraba el porqué de su preclasificación en el cuadro, la primera vez que tenía este rótulo en un cuadro principal WTA.
Esto llevó la llevó a estar con dos quiebres a favor para adelantarse 5-2. Baptiste pidió al médico para tratar inconvenientes en su pierna, situación que enfrió un poco a la cucuteña que no pudo cerrar el partido con su servicio, pero luego, desde la devolución, decidió atacar para quedarse con el premio.
“Solo estaba tratando de jugar punto por punto. Ella estaba sirviendo súper bien y yo no podía hacer mucho con la devolución. Al principio no estaba muy bien, pero solo quise mantenerme en cancha y eso me ayudó mucho”, radiografió Camila quien logró sus sextos cuartos de final en el circuito WTA y los primeros del 2022, siendo además la colombiana que menos torneos ha necesitado para conseguir esta cifra en la ronda de las ocho mejores.
Pero hay más. la victoria ante Baptiste dejó al descubierto un impresionante hecho que lleva la actual 45 del mundo desde 2020: 15 victorias consecutivas en partidos que ha jugado en tres sets. La última vez que no sucedió fue en los cuartos de final del WTA 250 de Bogotá 2019, cuando fue Amanda Anisimova quien la venció en un parcial decisivo.
Este viernes habrá un nuevo round en suelo tapatío. La cuarta preclasificada buscará el pase a semifinales cuando enfrente a la rusa Anna Kalinskaya (100º), a quien ya venció en su experiencia en cuadro principal del pasado Wimbledon. Lo cierto es que la colombiana ya ha asegurado dos cosas en México: salir con su mejor ranking y con el amor de los fanáticos locales.