Gonzalo Frasca, el uruguayo que enseña matemáticas con videojuegos en Finlandia
Forma parte de un equipo internacional de maestros, pedagogos y diseñadores que desarrollaron DragonBox School, un sistema para incorporar la modalidad del videojuego en los sistemas educativos de Francia y países nórdicos; espera que pronto llegue a América latina
¿Quién no ha entonado alguna vez la canción de “Los elefantes”? ¿No la recordás? Dice así: “Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña…”. Para muchos, esta canción matemática es un ejemplo de cómo jugar aprendiendo.
Sin embargo, el uruguayo Gonzalo Frasca, uno de los creadores de videojuegos educativos más conocido fuera y dentro de América Latina, dice que este tipo de estrategias de aprendizaje son un error.
“Uno de los problemas que sucede en la escuela a nivel global es que muchos niños aprenden a contar con una canción sin entender realmente qué es cada número”, le cuenta a BBC Mundo el catedrático e investigador de videojuegos.
Para Frasca, ese sistema es “pésimo” porque no tiene en cuenta el sentido numérico. Y éste es, según indica el especialista, “una de las causas más significativas del fracaso escolar”.
Frasca no es profesor, pero su trabajo está muy vinculado a la educación y, más concretamente, a las matemáticas. Junto a un equipo internacional compuesto por una veintena de maestros, pedagogos y diseñadores de videojuegos , ha creado un sistema para enseñar matemáticas a niños de primaria que ya se ha probado en escuelas de Francia, Noruega y Finlandia, y que espera poder exportar próximamente a América Latina.
Se trata de DragonBox School, un proyecto que combina libros de texto y de ficción con algo más novedoso en el sector educativo: los videojuegos.
Más autonomía
Gonzalo Frasca es desde hace dos años diseñador jefe en WeWantToKnow, la empresa detrás del desarrollo de DragonBox, un videojuego educativo que el diario estadounidense The New York Times calificó en 2013 como “la más impresionante aplicación de enseñanza”.
El trabajo del uruguayo hoy día es trasladar esa exitosa aplicación -que ya lleva 6 años en el mercado- a escuelas de todo el mundo.
Frasca dice que a través de los videojuegos los niños pueden “experimentar y descubrir conceptos”, y no sólo que alguien les cuente en qué consisten.
Por ejemplo, a través de unos personajes pueden “conocer” cómo es cada número y “mirar” cómo son por dentro para comprender ese concepto de sentido numérico que nos permite entender lo que es una suma, resta o división más fácilmente.
Además, asegura que estas herramientas tienen en cuenta los diferentes ritmos a los que aprende cada niño y les proporcionan un aprendizaje más autónomo.
Es un enfoque pedagógico que cada vez se practica más en los países nórdicos y del que, según el especialista, podría aprender mucho América Latina, que está “muy mal posicionada en educación a nivel mundial”.
Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Cuba es el único país en la región que cumple los objetivos globales de educación establecidos en los últimos 15 años.
“Los problemas de América Latina son variados y es importante entender que no hay un solo elemento que vaya a solucionarlo”, explica Frasca.
Pero ¿son los videojuegos la solución?
“Los videojuegos por sí solos no cambian los sistemas educativos. Pero sí son una poderosa herramienta pedagógica que necesita para dar todo su potencial del trabajo activo del docente”, responde Frasca.
Y es que el desarrollador de videojuegos señala que en este sistema “el docente es fundamental” para guiar a los alumnos.
Las dificultades
El uruguayo afirma que “no se trata de que los niños estén todo el día con la tableta, sino de que haya una dieta balanceada” que combine lo digital con elementos tradicionales.
Esto supone que si, por ejemplo, un niño tiene tres clases por semana de matemáticas, use el videojuego entre 45 y 50 minutos. Lo importante, sostiene Frasca, es que los niños hablen y discutan sobre lo que aprenden, y no que sea una experiencia individual.
Y América Latina todavía está lejos de implementar esta tecnología en sus aulas.
“Tal vez uno de los inconvenientes es que es un sistema caro”, reconoce. “Pero también el hecho de que en nuestra región falta experiencia… y también una cuestión cultural”.
“Los niños saben de forma innata que la mejor manera de aprender es jugando”
“En América Latina hay muchos prejuicios sobre el entretenimiento juvenil”, dice Frasca, quien asegura que los videojuegos son útiles para aprender y que los buenos resultados de países como Noruega o Finlandia salan a la vista.
“Quizás uno de los mayores desafíos educativos de América Latina es comprender que hacen falta dos revoluciones educativas: una logística, que permita tener buenas escuelas y maestros mejor formados, y otra pedagógica, que respete las necesidades de los niños”, añade el catedrático.
Otro desafío es mantener motivados al mismo tiempo al niño y al maestro. Pero Frasca asegura que con los videojuegos es posible lograr ambas.
El especialista cree que “las matemáticas están mal enseñadas” y que la única manera de captar la atención de los niños escon desafíos.
“Las matemáticas son como la música: no podemos enseñarla sin instrumentos. Y sabemos que los videojuegos funcionan en todo el mundo”, cuenta Frasca.
“Los niños pueden aprender sin sufrir. Ellos saben de forma innata que la mejor manera de aprender es jugando”.