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Él es Juan Pablo Barrientos, el periodista que indignado por censura de Gustavo Gómez en Caracol Radio, renunció; proque no lo dejaron exponer un cartel de medios dedicado a fabricar notas amañadas para enlodar contradictores.

El jueves 30 de junio presenté mi último reportaje en Caracol Radio: la octava escena de El show de las marionetas, una serie periodística en la que estaba resumiendo las 43 horas de las 11 audiencias de legalización de captura contra la red criminal del senador liberal Mario Castaño, entre el 7 y el 22 de marzo de 2022.

La Fiscalía tiene tantas pruebas, que podría capturar mañana mismo a más de un centenar de funcionarios, entre congresistas, gobernadores, alcaldes, ministros, fiscales, jueces, procuradores, contralores, concejales, diputados y hasta el presidente de la República si sus facultades se lo permitieran. Solo unas acaloradas elecciones podían opacar los hallazgos que sigue coleccionando la fiscal Ángela Córdoba Carrera, a cargo del caso.

Me pareció tan grande la historia, que decidí contarla en escenas. Contar todo lo que pasó en esas audiencias judiciales públicas que están al alcance de todos en canales de Youtube. Todo está en la red, yo solo me puse curioso con mi equipo y consideré que es un tema relevante para la ciudadanía, de interés público.

Entre las pruebas hay 3.535 llamadas interceptadas por la Fiscalía. Una de esas llamadas fue la que me llevó a tomar la decisión de renunciar a Caracol Radio que, muy generosamente, me invitó a trabajar en el noticiero 6AM Hoy por Hoy que dirige Gustavo Gómez. Ahí estaba desde marzo. Caracol Radio contrató a Vorágine, medio del que soy cofundador y editor de investigaciones, para que armara un equipo que publicara en la emisora una investigación diaria.

La sección se llamaba Las cuentas claras, un espacio de 10 minutos aproximadamente en el que tuve libertad editorial hasta el capítulo 74, el del 30 de junio. En el siguiente capítulo, el 75, tuve una diferencia de opiniones con Gustavo Gómez porque, según él, si revelaba la lectura de la transcripción de una llamada en una audiencia judicial, le haría un daño irreparable al periodismo.

En el capítulo 75 iba a presentar la novena escena de El show de las marionetas del senador Mario Castaño. Además de revelar un audio en el que una de las marionetas dice que Mario Castaño era “tan zorro” que hasta tenía un secretario de despacho en la Alcaldía de Medellín, iba a publicar otro audio que lee la fiscal y en el que se menciona a cuatro medios de comunicación, incluyendo Caracol Radio.

Entre las llamadas interceptadas hay una del 24 de febrero de 2022 entre Nova Lorena Cañón, relacionista pública hoy capturada, y un hombre desconocido. En el audio, el hombre habla de un candidato a la Cámara de Representantes por Boyacá que quiere hacer pública una información que le llegó acerca de otra candidata. 

La señora Cañón le dice que tiene acceso a cuatro medios de comunicación para publicar la información de la candidata a la Cámara: Caracol Radio, RCN Radio, El Tiempo y Red+. Incluso habla del precio que costaría la publicación: 4.500.000 pesos.

Siguiendo la lógica de lo que venía haciendo desde el 9 de junio con las otras escenas, estaba en la obligación ética de publicar ese audio. Era lo correcto. Por respeto, le comenté a Gustavo Gómez el miércoles 29 de junio sobre ese hallazgo. Y digo por respeto, porque yo nunca compartía con el director, ni él me preguntaba, por los temas que estaba trabajando o que iba a publicar. 

Esta vez le compartí esa información, le dije que era muy grave y que lo mejor era ser transparentes y contarle a la audiencia. Al terminar el reportaje de ese día, Gustavo me dijo que me llamaba en la tarde. No pudimos hablar. El jueves presenté la octava escena de El show de las marionetas sin lío. Luego fui a la oficina del ingeniero Jhon Camacho, director de la cadena. Le conté que iba a publicar ese audio porque me parecía lo correcto y estuvo de acuerdo. Prometió una investigación inmediata y que en la tarde me daría alguna declaración para incluir en la novena escena.

Les escribí también a David Matoses, gerente de El Tiempo; Fernando Molina, presidente de RCN Radio; y Giovanni Celis, director de Red+. Con el mensaje anexé el audio. El primero en responder fue Molina, a través de Esperanza Rico, directora del sistema informativo de RCN Radio. Me escuchó y muy amablemente me dijo que ya mismo se ponían a investigar. Al rato me escribió el gerente jurídico Javier Márquez Vargas: “En atención al asunto mencionado le comunico que se procederá con la averiguación pertinente”.

Luego vino la respuesta de El Tiempo. Su director, Andrés Mompotes, mandó el mensaje a través de mi jefe, Gustavo Gómez: “Acusamos recibido de su comunicación y del audio adjunto, y al respecto haremos la revisión y evaluación pertinente. Es importante señalar que confiamos plenamente en la ética y profesionalismo de nuestros periodistas, que conocen los protocolos de verificación y contrastación de las informaciones noticiosas. Frente a la señora Nova Lorena Cañón, la misma no tiene vinculación laboral o de servicios con Casa Editorial El Tiempo” .

Después me llamó Giovanni Celis y, muy querido, me dijo que la señora Cañón no ha tenido ningún vínculo con Red+. Aseguró que iban a investigar, pero que en el rastreo inicial no encontraron nada irregular. Por último vino la respuesta de Caracol Radio. El ingeniero Camacho me dijo vía WhatsApp que le entregarían la respuesta a Gustavo Gómez para que él le diera el manejo que considerara.

A los pocos minutos llegó la respuesta de Gustavo. Palabras más, palabras menos, dijo que no veía conveniente publicar ese audio porque era algo que no tenía ningún soporte ni investigación previa. Aseguró que en el rastreo que hizo Caracol Radio no encontraron algo que relacionara a Lorena Cañón con la cadena. Razón no le falta. Entiendo su posición y le agradezco que se haya tomado el trabajo de responder con altura y exponiendo argumentos.

Sin embargo, creo que es importante publicar el audio porque es lo correcto. El ejercicio que hemos hecho con El show de las marionetas del senador Mario Castaño busca resumir las 43 horas de las 11 audiencias con las que la Fiscalía legalizó la captura de 9 miembros de esta red criminal. Las pruebas más importantes que tiene la Fiscalía son las llamadas telefónicas interceptadas, 3.535 en total. De esas, fueron leídas o reproducidas menos del 10% en la audiencia pública de imputación. A la fiscal le pareció importante revelar la llamada en la que mencionan a los medios de comunicación. ¿Por qué? No lo sé, sus razones tendrá. 

El hecho es que esa llamada hace parte del material probatorio de un proceso judicial, como lo son también las otras llamadas que la Fiscalía reveló. Publicar la llamada en cuestión no es hacer nada diferente de lo que hemos hecho hasta el momento en las primeras ocho escenas. En cambio, no publicarla es enviar el mensaje de que la presunción de inocencia solo aplica para los periodistas. Y no es así, la presunción de inocencia es para todos, y por eso en lo que hemos publicado solo hemos hecho el registro de todos los pormenores de las audiencias. Demostrar que todo lo que se dice ahí es cierto es una responsabilidad de la Fiscalía, no de nosotros, aunque hagamos el esfuerzo de llamar a X o a Y o de buscar las conexiones y los contratos no para enriquecer la investigación judicial, sino la periodística. La judicial está ahí, y nosotros, responsablemente, hemos contado todos los detalles. Ignorar un segmento es ir en contravía de lo que hemos hecho hasta el momento.

Uno de los argumentos expuestos por Gustavo Gómez acudía a la presunción de inocencia. Podría tratarse de un tercero diciendo mentiras, afirmando que tiene acceso a periodistas a los que se les tenía que pagar un dinero para que publicaran X o Y información. Esa teoría también era válida, nunca la contradije. En este mundo hay mucho timador, de eso no tengo duda. Ya tenía las respuestas de los directores de los medios en mención, de modo que solo faltaba publicar el audio y no meterlo bajo la alfombra, teniendo en cuenta que la fiscal lo consideró importante. 

El viernes primero de julio no presenté ninguna historia, previa solicitud de permiso a Gustavo Gómez. Me tomé el fin de semana para pensar y consultar con algunos colegas. 

El lunes 4 de julio le expuse de nuevo mis razones a Gustavo. Como ninguno de los dos cedió, decidí renunciar. El jueves 30 de junio fue mi última intervención en Caracol Radio. 

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