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Así lo indicó el Presidente Gustavo Petro, al entregar los incentivos del Estado que, por ley, se les otorga a las y los campeones mundiales, en este caso el equipo nacional femenino de fútbol de salón, o microfútbol. Son $420 millones.

• Esta selección ganó el IV Mundial de forma invicta, sin recibir goles en contra y con el mayor número de anotaciones (56) de todo el certamen, que se llevó a cabo en Mosquera, Cundinamarca.

• El microfútbol es el deporte del pueblo y se requiere de una liga profesional de ocho meses y no de tres, aseguraron la capitana Shandira Wright y el director técnico, el boyacense Willington Rolando Ortiz.

Bogotá, 4 de noviembre de 2022.

Conquistar el IV Mundial de Fútbol de Salón, que se llevó a cabo en Mosquera, Cundinamarca es un ejemplo más de cómo los colombianos demuestran empuje, disciplina y constancia a la hora de lograr triunfos, y como, a través de las sensibilidades que despierta el deporte se logra un blindaje contra la violencia.

Para el Presidente de la República, Gustavo Petro, es justamente esa sensibilidad de la cultura y en este caso del deporte con el popular “micro”, que las y los niños y jóvenes tienen oportunidades con su práctica.

“Les agradezco el título, un campeonato mundial, ni más ni menos; ustedes son campeonas y en esa medida, indudablemente, ponen a Colombia a vibrar, a sentir. Sentir es algo muy importante en un país que ha sido tan llevado por la violencia, porque la sensibilidad en cierta forma puede ser el blindaje para que toda esa violencia no se eternice, no permanezca”, declaró.

El Jefe de Estado destacó el desempeño de la capitana de la selección nacional, Shandira Wright y su origen raizal, al ser del archipiélago de San Andrés, el territorio insular donde los deportes bandera son el baloncesto y el béisbol, pero donde la diversidad tiene cabida, en este caso, con el microfútbol.

“A nosotros nos corresponde la tarea de reivindicar la diversidad como base de la democracia, la democracia multicolor y por tanto de reivindicar esa especificidad propia de la cultura antillana”, dijo.

El Presidente Petro, quien recordó que practicó las también populares ‘banquitas’, siendo niño, aseguró que ahora la mujer tiene cabida en un deporte que durante décadas fue terreno exclusivo de los hombres.

“Ese fue el deporte de los niños en ese entonces, no estaba la mujer presente sino mirando desde la acera como un espectador y, eso, se aburría de mirar esos muchachos de jugar fútbol (…) Hoy es muy diferente. La revolución es la insurgencia del mundo femenino en el poder”, declaró.

Hizo un llamado a la Ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, para hacer las gestiones que lleven al microfútbol, nacido en Colombia, por el esfuerzo de dirigentes como Jaime Arroyave, a ser declarado como parte de los Olímpicos.

“Ustedes en su campo y en lo que les gusta en su propia libertad al decidir jugar lo que yo llamaba banquitas y ahora con nombres más elegantes, ‘fútbol de salón’, que ojalá se vuelva olímpico, Ministra, yo no sé cómo se hace eso para que un deporte se vuelva olímpico, pero es una presión me imagino, que debe ejercerse sobre un mundo del poder, que sigue siendo de hombres”, afirmó.

El grupo de jugadoras recibieron el incentivo global por $420 millones, que, por ley, el Estado decide otorgar a las y los campeones del país, y a las y los subcampeones. Este sistema de incentivos también aplica para las medallas logradas en los ciclos olímpico y paralímpico.

Voces del deporte del pueblo

La también goleadora del certamen, Shandira Wright, dijo al Servicio Informativo de Presidencia de la República que el microfútbol es el deporte del pueblo, porque cada día, noche o fines de semana, en cualquier rincón del país hay partidos de niños, niñas, mujeres, jóvenes, adultos mayores.

Hizo un llamado a que haya más apoyo social en los barrios donde se practica, con el fin de rodear a la juventud y darles oportunidades a partir del deporte, sacándolos de la violencia.

A su turno, el director técnico del equipo, Willington Rolando Ortiz Acuña, boyacense y homónimo de la gloria del fútbol colombiano, Willington Ortiz Palacio, afirmó que la liga profesional debería ser de ocho meses y no de los tres de la actualidad.

Además, que sea profesional y las jugadoras vivan del deporte, y no tengan que hacer dobles o triples esfuerzos para sostenerse y a sus hogares.

Esta selección hizo respetar la localía, con un puntaje perfecto de 56 goles anotados en seis partidos y no recibir uno solo en contra.

Patricia Puchigay mantuvo su arco invicto. El promedio anotador fue de 9,3 anotaciones por encuentro.

A Canadá, el subcampeón y con quien disputó la final, le hizo 20 goles en los dos partidos disputados: ocho a cero, en la inauguración y 12 a cero en el último encuentro.

El IV Mundial Femenino de Fútbol de Salón contó con la participación de 13 selecciones y fue un evento apoyado por el Ministerio del Deporte con $200 millones.

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