ALEMANIA. Annalena Baerbock: candidata verde a la Cancillería
De la nueva candidata de Los Verdes alemanes a canciller se dice que es dura, talentosa y muy ambiciosa.

Medallista de salto de trampolín, en política ha demostrado ser una oradora solvente con los temas económicos
Annalena Baerbock, de 40 años, jurista especializada en Derecho Internacional y diputada en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) desde el 2013, tiene un pasado de gimnasta de salto de trampolín, disciplina en la que ganó tres bronces en los campeonatos alemanes.
Ella misma ha trazado similitudes entre esta modalidad deportiva y la arena política. En los dos ámbitos “verdaderamente se necesita coraje”, aseguró en un reciente documental de la cadena pública NDR. En el salto, “a cada nueva figura que aprendes, no sabes si aterrizarás con la cabeza o con los pies o dónde –dijo Baerbock–, por lo que tienes que ser capaz de evaluarte increíblemente bien; tienes que conocer tus fortalezas y tus límites”.
Nacida en 1980 en Hannover, Annalena Baerbock creció en una granja del land de Baja Sajonia, y dejó por lesiones su carrera de atleta de alta competición. Empezó a trabajar de periodista, hasta que un periodo de prácticas con un eurodiputado verde le cambió los planes. Una joven Annalena se afilió a Alianza 90/Los Verdes en el 2005, año en que el partido salió del poder tras dos legislaturas consecutivas como socio del Gobierno de coalición del socialdemócrata Gerhard Schröder. Fue también el año en que Angela Merkel alcanzó la cancillería, la primera mujer en lograrlo en la historia de Alemania.
Un gran salto, el más audaz de su carrera hasta ahora, ha dado esta semana la ecologista Annalena Baerbock, al ser designada por la cúpula de su formación, Alianza 90/Los Verdes, como candidata a la cancillería de Alemania en las elecciones del próximo 26 de septiembre. Baerbock, copresidenta del partido, encarna no solo la firme aspiración de los ecologistas a estar en el futuro gobierno –los sondeos así lo sugieren, al otorgarles el segundo lugar en intención de voto–, sino también el valor simbólico de que, tras la anunciada marcha de la canciller democristiana Angela Merkel, otra mujer pueda sucederla en el puesto.
Para que Baerbock alcance la cancillería, las urnas deberían arrojar una suma de resultados que permitiera a los verdes liderar una coalición de gobierno en vez de ser los socios menores del bloque conservador, que, aunque cae en las encuestas, sigue siendo el preferido de los votantes. A cinco meses de la cita electoral, este segundo escenario parece aún el más plausible. Pero la suerte todavía no está echada, y la flamante candidata va por todo.
Annalena Baerbock acaba de ser nombrada candidata a canciller de Alemania por el partido de Los Verdes, un anuncio que se hizo en rueda de prensa poniendo énfasis en la unanimidad de la decisión tomada con el otro colíder del partido ecologista, Robert Habeck. Es la primera vez que el partido designa un candidato o candidata a canciller de cara a las elecciones generales, que se celebrarán el próximo mes de septiembre.
“Hoy quiero ofrecer algo a toda la sociedad: una invitación para liderar nuestro diverso, fuerte y rico país hacia un buen futuro”, dijo la política.
El ascenso político de Baerbock ha sido vertiginoso. La política de 40 años empezó a cobrar protagonismo en una conferencia de la formación ecologista a principios de 2018. Con una chaqueta de cuero negra, Baerbock, que entonces era una política regional poco conocida del estado oriental de Brandenburgo, se subió al estrado sorprendida de que los delegados de su partido la hubieran convertido en una de los dos jefes de Los Verdes.
Los ecologistas ya tenían una estrella política: el (relativamente) joven y carismático Robert Habeck, de quien ya se destacaba su potencial como canciller.

Pero desde que ascendió a lo más alto de su partida, Baerbock no ha bajado el ritmo. Al contrario. La política ha seguido profundizando en su perfil político y proyectándose como experta en cómo hacer frente al cambio climático.
Tampoco se ha alejado de los asuntos espinosos de política exterior. Ha hablado claramente sobre la amenaza del populismo de extrema derecha y la xenofobia. Así que, cuando el partido se volvió a reunir en el invierno boreal de 2019, Baerbock logró el apoyo masivo de los delegados con un 97% de los votos, más que su compañero, que recibió el 90% de los apoyos.

Robert Habeck y Annalena Baerbock.
Baerbock siempre ha sido ambiciosa. Nacida en 1980 en el pequeño pueblo de Pattensen, en Baja Sajonia, en su juventud era atleta y quedó en tercer lugar en el campeonato nacional de salto de trampolín. Con 16 años se fue a un curso de intercambio a Estados Unidos. Estudió Derecho en Hannover para luego especializarse en Derecho Internacional en la London School of Economics. Por eso no tiene problemas en dar entrevistas en un fluido inglés, algo que no es precisamente común entre los políticos alemanes, ni siquiera el día de hoy.
Desde que se convirtió en colíder de Los Verdes, la formación ecologista se ha mantenido por el 20% en los sondeos nacionales de intención de voto. Además, logró buenos resultados en las elecciones europeas, así como en los comicios regionales de varios estados alemanes.
Pero no todo es un camino de rosas, pues Los Verdes todavía lo tienen difícil en los estados del Este del país. A su favor juega, no obstante, que la política y su familia (está casada y tiene dos hijos) vive desde hace mucho en la ciudad oriental de Potsdam, a unos 30 kilómetros de Berlín.
Abandono de los combustibles fósiles y límites de velocidad en las autopistas
Tanto Baerbock como Habeck tienen pocos reparos para mantener conversaciones con miembros de otros partidos, incluyendo a conservadores. Y se especula sobre la posibilidad de una coalición entre Los Verdes y los cristianodemócratas de la CDU/CSU tras las elecciones de septiembre de 2021.
Pero Baerbock ha trabajado duro para dar forma a una plataforma de partido bien diferenciada de las políticas del bloque conservador. Quiere, por ejemplo, que Alemania abandone el carbón mucho antes de lo que está planeado hasta ahora (en 2038). También pide un límite de velocidad de 130 kilómetros por hora en las autopistas. Y se opone a un aumento del gasto en defensa.
Sucesión de Merkel abre lucha de poder
Todo eso pone en evidencia que cualquier posible acuerdo entre Los Verdes de Baerbock y los conservadores podría ser muy volátil.
En su programa electoral, publicado recientemente, Los Verdes no han declarado tener preferencia por gobernar en coalición con los socialdemócratas, como sí ha ocurrido en el pasado. En cualquier caso, una alianza entre ecologistas y conservadores requeriría igualmente de la participación de un tercer partido, que tendría que ser o bien el liberal FDP o La Izquierda.
(eal/ers)
ANGELA MERKEL, 15 AÑOS GOBERNANDO ALEMANIAYa no es la “niña” de Helmut Kohl. El canciller Helmut Kohl llamó una vez de manera paternalista a Merkel la “niña”. Ella ya hacía ya tiempo que destacaba por sí sola en 2001, cuando la CDU estaba en la oposición y Merkel era la líder del partido. Su gran día llegó en 2005.