En la oficina de la representante Ángela María Robledo no se encuentran vasos desechables para los visitantes. El café se sirve en un pocillo grande de cerámica con algún diseño artesanal y da la sensación de que no hay diferencias entre los amigos que se encuentran allí a diario para trabajar y los amigos esporádicos que pasan a saludar. Habla con confianza, aun si es la primera vez que te ve, y en su cara se mantiene una sonrisa que sabe que valió la pena dejar la academia y el mundo de la universidad para dedicarse a la política desde el Congreso.
Dejó la decanatura de psicología de la Universidad Javeriana para llegar a la Cámara de Representantes en 2010, de la mano del profesor Antanas Mockus (¡no había otra manera!) y se ha quedado por dos períodos consecutivos, no sin dejar una huella que muchos reconocen en el camino por la consecución y la consolidación de la paz. Si alguno no tiene en mente su cara, seguramente recordará la paloma gigante que tanta prensa ha mojado y que adorna de vez en cuando la entrada del salón Elíptico del Congreso o aquellas decenas de palomas de origami que llenaban las barras en el recinto del Senado, como recordando a cada congresista que la paz es un asunto que no se puede marchitar. Ella estuvo tras la idea.
En el Congreso se destacó por dar una dura batalla contra la exdirectora del ICBF, Elvira Forero y el denominado “grupo Torrado”. Unos contratistas señalados de corrupción en dicha entidad.
Por su mano revivieron las Comisiones de Paz y ha acompañado decididamente los proyectos que buscan la implementación del acuerdo que firmaron entre el Gobierno y las antiguas Farc. Sabe que con ese trabajo juicioso logró hacer una pequeña grieta en la completa y hermética política colombiana, como una gota de agua que cae constante y sin descanso sobre una piedra. Pero todo tiene su final. Por eso considera que cumplió su ciclo en el Legislativo, que ocho años son más que suficientes y que la política se puede —y es necesario— hacerla desde otros espacios más cercanos a la gente.
De hecho, una de sus iniciativas más destacadas como congresista se tradujo, en 2014, en la modificación del Código Penal para garantizar el acceso a la justicia por parte de las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. Pero sobre todo, se destacó en la defensa del proceso de paz con las Farc.
Ha hecho parte la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes y es reconocida por ser una incansable activista de la igualdad de género y los derechos de la infancia. Nació en Manizales, estudió psicología en la Universidad Javeriana de Bogotá, e hizo una maestría en política social. Su vida pública se ha desarrollado de la mano del hoy senador electo, Antanas Mokus.
Se conocieron en el grupo de estudio de Carlo Federici Casa. Desde ese momento inició su vida en la academia, como profesora en universidades como la Javeriana de Bogotá o el Rosario. Durante la primera administración de Mockus en la Alcaldía de Bogotá, lo acompañó del Departamento Administrativo de Bienestar Social.
Luego se desempeñó como decana de psicología en la Universidad Javeriana. En 2010 se lanzó a la Cámara de Representantes por el Partido Verde. En su trabajo legislativo siempre se le vio acompañada del exsenador Jhon Sudarsky, el senador Iván Cepeda, y los representantes Germán Navas Talero, Alirio Uribe e Inti Asprilla.
Ahora, será la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, en donde buscará atraer los votos de los jóvenes, el movimiento feminista, pero sobre todo tiene una función: lograr tender puentes entre el exgobernador Sergio Fajardo, el exjefe negociador Humberto de la Calle, y el exalcalde Gustavo Petro.
De hecho, pocas horas antes de su designación como fórmula vicepresidencial, Robledo hizo parte de un grupo de parlamentarios del Polo Democrático y la Alianza Verde que piden a los candidatos a la Presidencia por los sectores alternativo unirse de cara a las elecciones presidenciales.
“Está absolutamente clara la urgencia del diálogo que solicitamos. El llamado de la sociedad colombiana es cada vez más contundente en el sentido de que no podemos permitir que se clausure la posibilidad de acuerdos. Que no regresemos al pasado y que empiece un nuevo tiempo justo y digno en Colombia, depende en gran medida de que avancemos lo más pronto posible en la conversación sincera y generosa”, señalaron en el comunicado.
Durante el anuncio de su candidatura a la vicepresidencia, Robledo explicó que esta nueva tarea la obligaba a renunciar a la Alianza Verde para no incurrir en doble militancia. “Es una aspiración por encima de los partidos. Más allá, estamos ratificando con el candidato Gustavo Petro que nosotros queremos hacer una campaña que sume. Tranquila. Yo represento cerca del 53% de las mujeres”, expresó la representante.