ARGENTINA. A Mariana Gómez, por besar a su mujer, una la justicia “patriarcal” y “lesbofóbica” la condenó a 1 año de cárcel
“Besar no es delito”, “Basta de lesboodio” y “Absolución para Marian” podía leerse en las pancartas multicolor que desde las diez de la mañana sostenían decenas de activistas frente al Tribunal Oral Criminal Nº26 de Buenos Aires.

En el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, aguardaban el veredicto en el juicio contra Mariana Gómez, acusada de resistencia a la autoridad y lesiones leves a la policía que la arrestó cuando se besaba con su mujer, Rocío Girat, y fumaba en el vestíbulo de una estación. Los cánticos festivos que se habían escuchado durante casi dos horas se transformaron en un murmullo creciente de incredulidad: la jueza Marta Yungaro condenó a Gómez a un año de prisión en suspenso. No irá a la cárcel, pero debe pagar las costas del juicio.

“No me entra en la cabeza”, repetía la condenada entre lágrimas mientras la sala de audiencias se vaciaba para trasladar la noticia hasta la calle. Gómez, de 26 años, explotó al escuchar el fallo: “Los pedófilos tienen que estar en cana, no nosotras”. En 2012, su abuelastro y su padrastro habían sido condenados a ocho años de cárcel en un juicio abreviado por abusar sexualmente de ella y de sus dos hermanas cuando eran menores de edad. En esa ocasión, no tuvo oportunidad de declarar ante el juez.
La jueza fue acusada de homofóbica por una activista presente en la sala de audiencias y respondió con un saludo en forma de burla cuando se iba. Acompañada por familiares y abogados, Gómez se encaminó minutos después hacia la salida del juzgado pero se desmayó en la puerta.