ASESINATO DEL PERIODISTA KHASHOGGI. 6 destituidos, 18 detenidos y dudas 1.000

KHASHOGGI
Tres participantes, uno de ellos disfrazado  de príncipe heredero saudí con las manos ensangrentadas, en la vigilia por Khashoggi realizada junto al consulado saudí en Estambul el pasado jueves.

Ante la presión internacional, Arabia Saudí se ha comprometido a una investigación completa y transparente del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en su consulado de Estambul. Sin embargo, más allá de anunciar la destitución de seis altos responsables y la detención de 18 personas, la fiscalía apenas ha facilitado datos sobre los sospechosos del crimen. Sólo se conoce oficialmente la identidad de dos de ellos y no está claro, aparte de los 15 miembros del comando que llevó a cabo la operación criminal, quiénes son los otros tres detenidos.

El secretario de Defensa de EE UU, Jim Mattis, ha reiterado al ministro de Exteriores saudí, Adel al Jubeir, “la necesidad de transparencia y de una investigación total y completa”, según ha comentado este domingo al grupo de periodistas que le acompañan en su viaje a Europa. Mattis, que se entrevistó con Al Jubeir en Manama la víspera, también ha asegurado que su interlocutor estaba de acuerdo y que le prometió plena cooperación “sin reservas”.

A pesar de esa declarada voluntad de transparencia, Al Jubeir se había quejado pocas horas antes de la “histeria de los medios” sobre el caso Khashoggi y rechazó extraditar a los responsables como pide Turquía. La versión oficial saudí es que la información se da “cuándo está disponible”. De momento, los escasos datos facilitados por el fiscal general del reino, Saud al Mojeb, sobre los acusados contradicen esa imagen.

Situación legal. La fiscalía ha anunciado que hay 18 detenidos, pero no ha precisado si se encuentran en la cárcel o bajo arresto domiciliario. Tampoco ha informado de si han comparecido ante el juez, se han presentado cargos contra ellos, están siendo interrogados o cuentan con abogado defensor. El derecho de habeas corpus, que supone la presentación ante el juez para que determine la legalidad de la detención, no está reconocido en el sistema criminal saudí. Del mismo modo en que, tal como denuncian desde hace años las organizaciones de derechos humanos, tampoco está asegurada la defensa letrada.

Identidades. Las informaciones saudíes sólo han identificado a dos de los destituidos, Saud al Qahtani, un asesor del príncipe Mohamed Bin Salmán, y el general Ahmed al Asiri, número dos de los servicios secretos y también muy próximo al heredero. Junto a ellos fueron cesados otros cuatro generales cuyos nombres no han trascendido. Se asume que tres de los seis depuestos están detenidos junto a los 15 miembros del comando que ha revelado la prensa turca. Pero no se sabe exactamente quiénes son. EE UU debe de tener todos los nombres ya que ha anunciado que va a revocar los visados de los 21, o a impedir que puedan obtenerlos.

Inicialmente hubo rumores de que uno de los detenidos era Al Qahtani, a quien fuentes de los servicios secretos citadas por la agencia Reuters atribuyen haber dirigido el asesinato de Khashoggi por Skype. Pero el conocido como el Steve Bannon de Arabia Saudí ha seguido tuiteando al menos hasta el pasado martes, cuando dio cuenta de la inauguración del foro de inversiones promovido por el príncipe Mohamed. Eso sí, ha cambiado su biografía en Twitter en dos ocasiones en los pasados días: De “asesor real” a “presidente de la Federación Saudí para la Ciberseguridad, Programación y Drones” y, por último, a “cuenta personal”.

Tal como advierte alguien tan poco sospechoso como el director del diario saudí Arab News, Faisal J. Abbas, “ante la honestidad transparente, muchos pueden perdonar un error; pero es improbable que perdonen un error y que no se les diga la verdad al mismo tiempo”.

Misión: salvar al príncipe

Riad ha trazado una línea Maginot: el heredero no supo nada del operativo que mató al disidente Jamal Khashoggi

Afirmar que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, corre peligro sería, en este momento, una exageración. Asistimos a varias partidas de ajedrez simultáneas. En una juegan Arabia Saudí y Turquía; en otra, Riad y la UE, dividida en tres subgrupos: Reino Unido, Francia-Alemania y el resto. Donald Trump no está ante un tercer tablero porque él juega al póker

Riad ha trazado una línea Maginot: el heredero no supo nada del operativo que mató al periodista crítico Jamal Khashoggi. Él mismo se ha declarado horrorizado y prometido justicia. No sabemos nada del cuerpo, pero sí que hay 18 detenidos-candidatos a la ejecución. ¿Está entre ellos Maher Abdulaziz Mutreb, persona cercana al príncipe? Se le fotografió dentro del consulado. La prensa turca asegura que telefoneó tres veces a la oficina de su mentor.

Dependerá de las pruebas que pueda presentar Erdogan. Su protagonismo es un sarcasmo porque el presidente turco es un carcelero de periodistas. Afirmó ante su Parlamento que el escuadrón de la muerte saudí formado por 15 agentes viajó a Estambul con un objetivo: matar a Khashoggi. Ankara dispone de audios de lo ocurrido, de las torturas y el descuartizamiento. Erdogan responsabilizó al príncipe heredero, y no al rey Salmán, al que considera ajeno al crimen. Trump se ha sumado tímidamente a esta línea, tal vez porque conoce la verdad. The Washington Post informó de que la CIA ya ha escuchado las cintas. Todos los actores, incluso Ankara, tienen precio. Solo hay una certeza gatopardiana: nada cambiará. El reino saudí mantendrá su puño de hierro sobre su disidencia, bombardeará Yemen con nuestras armas y mantendrá la expansión global del wahabismo, su versión fanática del islam.

Tampoco cambiará Occidente; venderemos armas sin preguntas. Merkel, también. En este asunto, Pedro Sánchez es un adelantado a la hipocresía ambiental. Nuestro precio son cinco fragatas y la amenaza saudí de hacer efectivas las multas por los retrasos del AVE del desierto.

Una caída del príncipe podría llegar a ser conveniente para los partícipes en la farsa. Así podríamos presumir, “se hizo justicia”. El rey tiene otro hijo, Khaled bin Salmán, embajador en Washington. Sería una operación peligrosa. Mostrar debilidad daría vida a las familias del régimen purgadas. Su trono correría peligro.

La ejemplar Alemania es el quinto vendedor mundial de armas. Los otros líderes son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad: EE UU, Rusia, Reino Unido, Francia y China. Los responsables de mantener la paz son los beneficiarios de la existencia de guerras o del temor a ellas. A Khashoggi lo mataría una mano saudí, pero a la decencia la estamos matando entre todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.