Berlín. Miles de manifestantes desafiaron la prohibición de las marchas del 1o. de Mayo
Las autoridades habían dispuesto un operativo de 5.000 agentes para impedir la concentración
Miles de manifestantes desafiaron en Berlín la prohibición de las marchas del Primero de Mayo, pese al poderoso contingente policial establecido por las autoridades de la capital en medio de las restricciones impuestas para frenar la Covid-19.
El llamado Primero de Mayo Revolucionario del multiétnico barrio de Kreuzberg, no autorizado este año, puso en jaque al operativo antidisturbios, que bloqueó varias calles del distrito mientras grupos de manifestantes izquierdistas llevaban a cabo sus protestas aunque en formato reducido y diversificado.
En toda Alemania rige la prohibición de grandes actos y sólo se autorizaron pequeñas concentraciones de entre 20 o 50 asistentes. Una de ellas, en forma de caravana de coches con pancartas, cruzó la capital alemana reclamando el derecho a la manifestación.
En el céntrico barrio de Mitte hubo asimismo conatos de manifestaciones, bloqueadas de inmediato por la policía. Se trataba, en ese caso, de la tercera convocatoria lanzada en las últimas semanas, aglutinantes de defensores de teorías de la conspiración -que consideran la pandemia una farsa- y grupos de la ultraderecha.
Ya la víspera del Primero de Mayo, la llamada Noche de Walpurgis, se produjeron algunos altercados en torno a una casa ocupada del distrito de Friedrichhain, en Berlín, donde la policía impidió una concentración de la izquierda radical.
Las autoridades berlinesas habían dispuesto un operativo de 5.000 agentes para impedir las concentraciones de diverso signo. El punto más conflictivo era el Primero de Mayo Revolucionario de Kreuzberg, una marcha que, en los años 80 y 90, solía acabar en batallas campales entre la policía y grupos izquierdistas.
Simbólicas marchas virtuales sindicales
Fue una jornada de protesta atípica, que se inició por la mañana con el acto central de la Confederación de Sindicatos Alemanes -DGB-, en formato virtual a través de internet y una representación simbólica de una decena de militantes bajo la emblemática Puerta de Brandeburgo.
El presidente de la DGB, Reiner Hoffman, alertó en su mensaje en contra de un recorte de los derechos laborales en medio de la destrucción de empleo causada por la COVID-19.
“Necesitamos un plan coyuntural que garantice los puestos de trabajo y evite que se rompa la cohesión social”, afirmó Hoffmann, quien recordó que, por primera vez en la historia, su organización no estaba este año en la calle, sino en internet.
El presidente de la DGB advirtió de que Alemania vivirá este año la peor recesión desde la II Guerra Mundial y aludió a los pronósticos del gobierno que prevén una contracción del producto interior bruto (PIB) este 2020 del 6,3 %.